Fútbol sin mediocampo. Con ritmo, vértigo, velocidad, llegadas. Y poca puntería, eso también. Eso fue lo que plantearon Racing y Defensa y Justicia, que anoche empataron 0-0 en el Cilindro. Con esta igualdad, a La Academia se le complicó la clasificación en la Copa de la Liga.
El vértigo se anunció desde el primer minuto: Rodrigo Bogarín disparó de media distancia y la pelota pasó cerca del palo de Gabriel Arias. La respuesta de Racing fue inmediata: Bruno Zuculini desvió un tiro a metros del arco. Las posibilidades siguieron con el arquero Cristopher Fiermarin que le achicó una vaselina a Adrián Martínez y desvió un disparo de Juanfer Quintero.
Y hubo más: se lo perdieron Santiago Solari y Santiago Sosa, mientras que Arias tapó dos ataques de Kevin López. Y el reloj todavía no había llegado a marcar los treinta minutos.
El cero a cero que cerró el primer tiempo solo se explica por el desempeño de los arqueros y la mala fortuna de los definidores.
En esta igualdad inexplicable, Racing fue más protagonista, con la calidad de Juanfer Quintero al servicio del equipo.
Hasta que llegó el festejo frustrado de Racing. Iban diez minutos del segundo tiempo y Defensa tenía arrinconada a La Academia, pero un contragolpe de manual terminó en gol. Sin embargo, una leve posición adelantada de Salas revisada por el VAR ahogó el grito. Dos minutos después, ocurrió una situación inversa: Santiago Ramos Mingo puso en ventaja al Halcón en una jugada que anuló el juez de línea pero, VAR mediante, el árbitro convalidó.
A diez del final, llegó en empate de la manera que tenía que llegar: de los pies de Juanfer. Un tiro libre exquisito, pegado al palo de Mansilla, selló el 1-1.
