Lo único que se sabe hasta el momento es que Boca no tiene técnico. Mariano Herrón dirigirá al equipo hoy contra Barracas Central y el miércoles en la visita al Monagas de Venezuela por el debut de la Copa Libertadores, pero lo que suceda después es una incógnita. Hasta ahí llega la información. Todo lo que viene de ahora en más es una mezcla de especulación, análisis, datos parcializados y otras cuestiones que podrían graficar bastante bien el momento futbolístico del club, quizá del fútbol argentino, o quizá de la Argentina en su conjunto.
Por un tema más personal que económico, o para no meterse en la boca del lobo de un año electoral de alto impacto, con Mauricio Macri y el kirchnerismo jugando sus fichas para conquistar a un club que incide más –al menos en su visibilidad– que muchas provincias, Gerardo “Tata” Martino rechazó la oferta esta semana, lo que abrió muchos signos de preguntas y un abanico de posibilidades.
La respuesta negativa del ex DT de Newell’s y de la Selección argentina y mexicana sorprendió al vicepresidente Juan Román Riquelme y al Consejo de Fútbol, que desbordaba optimismo. Riquelme quería que Martino, de 60 años, fuera el DT de Boca desde hace tiempo: en el predio de Ezeiza señalaban que la salida del inolvidable lateral derecho se aceleró justamente para ir en busca del Tata, quien estaba dispuesto a escuchar y negociar, pero que de ninguna manera iba a hacerlo mientras el equipo tuviera DT. El Tata escuchó, evaluó, pero finalmente desestimó la posibilidad.
Ahora, en una búsqueda que contempla un abanico de candidatos, hay dos entrenadores que encabezan la lista: Diego Martínez, actual director técnico de Tigre; y Alexander “Cacique” Medina, sin club desde que Vélez lo cesó en su cargo a fines de febrero, precisamente tras la derrota ante Boca por 2-1 en Liniers por la quinta fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF).
Mientras tanto, la acefalía técnica repercute en una campaña electoral que se calentará mañana domingo, el día en que el club cumpla 118 años de vida. “Los entrenadores con experiencia y serios no irán. Saben cómo se maneja Riquelme”, sueltan desde una oposición que arma su campaña detrás del exministro de Modernización, Andrés Ibarra, y que apunta a Riquelme porque saben que es el rival a vencer: el ídolo que tiene los votos.
“Tenemos que acertar con el técnico”, aluden en un oficialismo que también se tensiona por estas y otras razones, más de índole política o de gestión que deportiva. Saben, sin embargo, que una buena temporada futbolística les allana el camino de la reelección.
“Entiendo que los muchachos (del Consejo) estaban en una situación difícil para sostener lo que se venía diciendo, es muy difícil cuando se reciben tiros de todos lados”, reconoció el jueves Roberto “Tito” Pompei, ayudante de Ibarra.
El clima de la Bombonera y las derrotas o victorias, en este tiempo, se convierten rápidamente en argumentos para direccionar votos. Y si bien en lo futbolístico la gestión de Ameal-Riquelme es exitosa –Boca ganó cinco títulos de nueve disputados–, hay quienes le cuestionan la elección y la posterior salida de los entrenadores: primero Miguel Ángel Russo, después Sebastián Battaglia y ahora Ibarra.
Una visita a Barracas
En el final de una semana agitada por el despido de su DT Hugo Ibarra, la negativa de Martino a sucederlo y la confirmación de Mariano Herrón como entrenador interino, Boca visitará hoy a Barracas Central con la misión de recuperarse luego de dos derrotas consecutivas.
Si bien Boca es el actual campeón del fútbol argentino, su magra campaña en el torneo, con apenas 11 puntos y dos derrotas en fila, ante Banfield (1-0) e Instituto de Córdoba (3-2), aceleró los tiempos, y el “Negro” Ibarra fue despedido 15 días después de haber ganado la Supercopa Argentina.
Herrón apelará a los jugadores de mayor experiencia y pondrá a Figal de lateral derecho, donde ni el peruano Luis Advíncula ni Marcelo Weigandt dieron suficientes garantías.