Florencia Bonsegundo jugaba al fútbol de chica en un potrero de Morteros, provincia de Córdoba. Unica mujer entre varones, era la goleadora del club Roberto Colombo, pero tuvo que dejar el equipo a los 13 años porque la liga regional no permitía mujeres. Estuvo dos años sin jugar, hasta que una amiga de su madre le tocó el timbre de su casa para que se uniera a un equipo que estaba armando. “Había abuelas, madres y chicas”, recuerda. Así fue que en un torneo en Colonia Caroya la vio un representante de la Selección y la convocó para la Sub 17. A partir de ahí, empezó a viajar todas las semanas a los entrenamientos en Buenos Aires, donde tiempo después se radicó para jugar en UAI Urquiza, club con el que fue tres veces campeona y donde trabajó atendiendo el local de ropa deportiva.
Hija de una ama de casa y un tornero, Florencia es la menor de tres hermanos. Uno es profesor de patín artístico, y el otro, que trabaja en una fábrica, fue el primero que la alentó para que se dedicara al fútbol. “Sin él no sé qué podría haber sido de mi vida en relación al fútbol”, dice. Hace un mes, Florencia se convirtió en profesional al firmar contrato con el Sporting Huelva de la Primera División española. Con 25 años, lleva ya 9 en la selección argentina, entre inferiores y la mayor, y desde este año lleva la cinta de capitana. En noviembre buscará, junto a sus compañeras, un lugar en el Mundial de Francia 2019.
—¿Cómo está la Selección hoy?
—Estamos muy bien después de lo que conseguimos en la Copa América. La unión entre nosotras fue lo que nos permitió lograr lo que logramos. Ahora estamos a tan poco del repechaje que nos están comiendo los nervios y queremos jugar ya.
—En la Copa América hicieron una serie de reclamos, ¿cómo siguió el tema?
—Quedaron ahí, porque vimos que la gente se empezó a interiorizar. Desde AFA hubo cambios. El mes pasado pudimos salir de gira por primera vez y participar de una fecha FIFA. Esto hace que todas las jugadoras tengamos roce internacional.
—También exigían un aumento de viáticos y remuneración. ¿Lo recibieron?
—Eso sigue igual. Pero gracias a la repercusión de nuestro reclamo aparecieron empresas como Nike y Adidas que quieren patrocinar a distintas jugadoras. Hicimos un ruido inmenso no solo para la AFA sino también para la sociedad argentina, justo en un momento en el que la Argentina está con el feminismo a flor de piel. Ahora lo que pedimos es que la gente nos apoye en noviembre porque tenemos un repechaje muy importante que nos da la posibilidad de jugar un mundial.
—¿Cuál es tu opinión de la lucha por el aborto legal?
—Justo me tocó venir para España cuando pasó lo de la movilización, pero estuve pendiente porque son cosas que pasan en mi país y son importantes. Ojalá que la lucha siga y los derechos de las mujeres sean ley de una vez.
—¿Cómo ves el campeonato argentino?
—Estamos a años luz de Europa y de algunos países de Sudamérica. La AFA tiene una cuenta pendiente con el fútbol femenino. Los torneos no son exigentes y no abarcan todo el país. Ha crecido mucho, claro que sí, pero falta.