Figura en el minuto final, cuando las papas quemaban y el reloj parecía no llegar nunca a esos 7 minutos de descuento, Emiliano "Dibu" Martínez contó luego de la gran victoria ante Australia la emoción que sintió cuando varios de sus compañeros vinieron a abrazarlo, luego que sacara un disparo a quemarropa de Garang Kuol que hubiera significado el empate, abriendo un horizonte impensado para la tónica que había tenido el encuentro.
"La verda, fue una emoción terrible... Que vengan todos tras la última atajada fue una emoción grandísima, para mi en la cancha y también para todo el pueblo argentino", dijo el arquero de la Scaloneta. "Me siento orgulloso de defender estos colores, siempre dejo todo por este país, soy un argentino orgulloso...", agregó.
"El equipo está muy bien, los muchachos tienen corazón, pasión y talento", agregó Dibu, contando que cuando estaban por salir a la cancha y se escuchaba a los argentinos cantando en las tribunas, les dijo a sus compañeros "muchachos, somos locales otra vez".
"Sufrimos un poco en el final, habíamos mejorado en el segundo tiempo y estábamos jugando mejor, pero nos hacen un gol de la nada y entonces cerrar el partido se nos hizo un poco cuesta arriba", señaló el arquero argentino, destacando que "Messi es el encargado de llevar el equipo adelante cuando lo necesitamos, y todos los demás tratamos de ayudarlo, yo desde lo personal y con la defensa".
Ya pensando en los Países Bajos, Martínez consideró que "es un equipo con gran calidad técnica, juegan bien, pero también ellos tienen que cuidarse de nosotros".
No muy lejos de Dibu, Rodrigo De Paul hablaba de esa atajada en el final, y dijo "sacó una pelota tremenda, pero para conseguir grandes cosas se necesita un gran arquero, y nosotros tenemos al mejor...".
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