DEPORTES
impunidad

Los barras, sin trabas para viajar, entrar al estadio y armar la fiesta

Di Zeo y Mauro Martín, los dos con causas judiciales abiertas en la Argentina, lideraron la barra de Boca desde una de las cabeceras del estadio, mientras que en la tribuna de enfrente Los Pibes de Racing también armaron la fiesta. No hubo enfrentamientos entre los hinchas. Un viaje de 14 mil kilómetros con financiación fantasma.

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Di Zeo. Con dos causas judiciales, la Justicia le permitió viajar. | captura tv

Aunque Rafael Di Zeo y Mauro Martín tienen causas judiciales abiertas, la Justicia argentina los habilitó para que viajaran a Al Ain, donde Boca enfrentó a Racing por la Supercopa Internacional. Los líderes de la barra brava xeneize viajaron 14 mil kilómetros y pudieron armar la fiesta en la tribuna del estadio Hazza Bin Zayed, a una hora de Abu Dhabi.

Entre los Emiratos Árabes y la Argentina no hay convenio de derecho de admisión, lo que facilitó el ingreso de los barras al estadio, a diferencia de lo que ocurrió en Qatar durante el Mundial.

Di Zeo y Mauro Martín ocuparon una de las cabeceras del estadio junto con unos cincuenta barras. En la tribuna de enfrente, los barras de Racing también armaron su despliegue: aunque en menor cantidad, Los Pibes de Racing mostraron el trapo de La Guardia Imperial y festejaron la Copa que ganaron sobre el final del partido con un penal polémico.

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Fue la única facción de la barra de Racing que viajó a los Emiratos Árabes. El otro grupo, conocido como los de Dock Sud, formado por exintegrantes de la Guardia Imperial, busca quedarse con el poder de las tribunas, situación que genera amenazas cruzadas. Cuando la Academia enfrentó a Racing de Montevideo, por ejemplo, la Aprevide decidió que el amistoso se jugara a puertas cerradas por miedo a un posible cruce.

La visita de los barras al estadio que se levanta en medio del desierto no generó disturbios. Si bien algunos miembros de la segunda y tercera línea de la barra de Boca intentaron salir a buscar a cualquier hincha de Racing que anduviera cerca, Di Zeo logró controlarlos.

La seguridad del partido estaba a cargo de las fuerzas locales y antes de que arrancara la final les habían avisado que iban a ser inflexibles con aquellos que provocaran disturbios. Esta vez La 12 asumió su condición de visitante, reconoció su desventaja y se controló.

Antes del inicio del partido, la barra de Boca exhibió una bandera con la leyenda: “Gracias JR. Jugador N° 12”. El trapo, dedicado al vicepresidente Juan Román Riquelme, mostró también tres fotos emblemáticas del dirigente cuando era jugador de Boca.

Lo más paradójico fue la llegada de la barra al estadio. Con Mauro Martín como líder del grupo, Di Zeo ingresó unos metros más atrás mientras repartía autógrafos y posaba para selfies, como una estrella más del mundo Boca.