Algunos lo recordarán como el juez que "paró el fútbol" en 2003, al disponer que la Policía Federal dejara de controlar la seguridad en los estadios por 15 días. Por entonces, Mariano Bergés investigaba los incidentes que habían provocado la suspensión de un partido entre Boca y Chacarita, dos de los clubes donde más notorios son los lazos entre barrabravas y políticos.
Hoy, Bergés no duda en afirmar que ese tipo de nexos tienen una importancia clave para que en la Argentina no se pueda hacer lo que se hizo respecto de la violencia en el fútbol en Inglaterra, donde, como él dice, "una decisión política, sumada a la de los propios dirigentes de no permitir más estos grupos violentos, bastó para que el problema se acabara”.
El ex magistrado asegura concretamente que al analizar los casos de uno y otro país encuentra una “diferencia sustancial" que "son estas relaciones que han impedido aquí la erradicación de los barrabravas", ya que -agrega- "el hooligan es un sujeto muy violento, pero en general de una clase media sin vínculos con dirigentes ni políticos".
Según Bergés, al problema de la impunidad de los barras debe sumarse el de la que tienen los propios clubes que los cobijan, al no ser sancionados como corresponde por la AFA ni el Estado. “Acá aparecen otros intereses, como que ciertas canchas al parecer no se pueden clausurar... Y en esto lamentablemente este Gobierno está empezando a tener mucho que ver".
Para el ex juez, un ejemplo de por qué esta situación "se está agravando cada vez más" es "la última sanción a River", que califica de "muy poco expresiva teniendo en cuenta que los hechos que todo el mundo vio, que fueron de una enorme gravedad”.
Bergés se refiere a la prohibición que recayó sobre el club de Núñez por dos partidos para que su público pudiera concurrir a las tribunas populares del Monumental con motivo de la llamada “Batalla de Liniers”, en la que los dos grupos que pugnan por liderar la barra brava “millonaria” se enfrentaron en la tribuna de Vélez ante la más absoluta pasividad policial.
“Hoy, el ministro de Justicia de la Nación es una persona muy allegada a quien es el director ejecutivo de la Asociación del Futbol Argentino, José Luis Meiszner", sigue relatando el ex juez, para quien "indudablemente, esto influye en todas estas cuestiones de amiguismos y favores en lo que respecta a sanciones y exigencias de seguridad por parte del Estado hacia el fútbol".
