A un mes del inicio del Mundial de Qatar, el astro brasileño Neymar tiene a partir del lunes una cita con el pasado que lo devolverá a Barcelona, donde arranca el juicio por las irregularidades en el polémico fichaje que lo llevó al club catalán en 2013.
La paciencia de DIS, la empresa brasileña que poseía parte de sus derechos económicos cuando todavía era un prometedor delantero del Santos, tuvo recompensa y la Audiencia de Barcelona celebrará entre el lunes y el 31 de octubre el juicio oral derivado de la querella que interpuso en 2015.
El atacante del Paris Saint-Germain, que a partir del 20 de noviembre volverá a liderar a su selección en el Mundial, está acusado de un delito de corrupción en los negocios por la Fiscalía, que pide para él dos años de cárcel y 10 millones de euros (9,7 millones de dólares) de multa.
En el banquillo de los acusados lo acompañarán sus padres; los expresidentes del Barcelona Sandro Rosell –para quien la Fiscalía pide cinco años de prisión por corrupción y estafa– y Josep Maria Bartomeu, así como el exdirigente del Santos Odilio Rodrigues Filho.
Los otros acusados son tres entidades jurídicas: el Barcelona, el Santos y la empresa fundada por los padres del jugador para gestionar su carrera.
Neymar, que hace seis años declaró que era su padre quien llevaba sus asuntos, debe presentarse el lunes en Barcelona, como todos los imputados, aunque todavía no hay confirmación oficial. De acuerdo al cronograma inicial, su declaración está prevista para el viernes 21 de octubre o el 28, cuando deben declarar las seis personas físicas acusadas.
Otro día de gran interés será el martes 18, cuando la acusación ha pedido que testifique el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que intervendrá por videoconferencia, para explicar cómo influyó en el mercado el supuesto preacuerdo suscripto en 2011 entre el Barça y el jugador.