El retiro de Manu Ginóbili en agosto de 2018 luego de 16 temporadas memorables en San Antonio Spurs, donde ganó cuatro anillos, dejó una pregunta difícil de responder. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para ver a otro argentino en la NBA? Luego del Mundial de China, en 2019, esa pregunta comenzaba a tener algunas respuestas. Argentina fue la revelación del torneo, llegó hasta la final con un récord impecable y un equipo que a los nostálgicos les hacía recordar a la Generación Dorada.
En ese equipo, comandado por Sergio Hernández y liderados por Luis Scola, había tres nombres que podían aspirar a alcanzar el sueño NBA en el corto plazo: Facundo Campazzo, Gabriel Deck y Luca Vildoza.
La puerta se abrió de golpe y el básquet argentino volvió a aparecer en las primeras planas. El primero en llegar en la era post Manu fue Campazzo, quien con 29 años dejó atrás un ciclo exitoso en el Real Madrid, con 11 títulos y siendo el líder del equipo. España le quedaba chica al cordobés, de 1.78 metros, que fue contratado por Denver Nuggets, último finalista de la conferencia oeste de la NBA.
“Facu es un novato para su carrera NBA, pero todos sabemos que jugó partidos importantes en Juegos Olímpicos, una final de un Mundial, juegos destacados en Euroliga y Liga ACB. No tiene miedo y eso es lo que amamos de él. Es un competidor que vive por esos momentos, se divierte”, definió Mike Malone, técnico de los Nuggets.
Luego llegó el turno de Deck, el chico de Colonia Dora (Santiago del Estero) que deslumbró a Kobe Bryant en China tras la victoria en semifinales ante Francia. El astro del básquet se lo quiso llevar a los Lakers, pero terminó siendo Oklahoma City Thunder el que se lo sacó al Real Madrid.
A pocos días de haber llegado a su nuevo hogar y tras pasar varios hisopados, el Tortu comenzó a demostrar todo su talento y una rápida adaptación al equipo y fue destacado por el coach Mark Daigneault: “Amamos su energía. Juega mucho más grande de lo que es y más fuerte en comparación a su tamaño. Defensivamente es un tipo muy molesto. Ofensivamente, sabe cómo jugar de verdad”.
Lo que más llama la atención es que en su puñado de partidos Deck juega como si estuviera en el patio de su casa. Sin ataduras, no importa quién se le ponga en frente, el santiagueño juega el básquet que aprendió en Quimsa y que fue puliendo luego en San Lorenzo y Real Madrid.
Pero hay más. El tercero en sumarse a la ola NBA fue Vildoza, otro que dejó la Liga ACB de España para arribar a la Gran Manzana. El ex base del Baskonia llegó a New York Knicks, histórica franquicia donde también jugó otro argentino: Pablo Prigioni.
El ascenso de este marplatense de 25 años comenzó en la Liga Nacional jugando para Quilmes, donde fue capitán siendo muy joven y supo demostrar su talento. Superó duras lesiones, pero pudo salir adelante, ganarse su lugar en la Selección y terminar siendo el MVP de las finales de la liga española, donde brilló para ganar el título en 2020 ante el Barcelona.
La puerta de la NBA volvió a abrirse para los argentinos y estos tres exponentes no serían los últimos. Leandro Bolmaro (20 años, 2.01 metros) fue elegido por los Knicks en el draft de la NBA y luego traspasado a Minnesota Timberwolves. Actualmente se encuentra en el Barcelona, sumando experiencia para pegar un nuevo salto.
Y para cerrar con el buen presente del básquet argentino está el caso de Florencia Chagas, quien se convirtió en la primera basquetbolista en ser elegida en el draft de la WNBA. Indiana Fever seleccionó a la joven de 19 años que se desempeña el Empoli
La predicción de lamas
Lamas lo había anticipado hace dos años. El ex entrenador de la selección argentina, hoy en Japón, le dijo a Perfil en la previa del Mundial de China 2019 que había tres argentinos con chances reales de jugar en la NBA en el corto plazo.
“Creo que va a volver a haber jugadores argentinos en la NBA. Después depende que algún entrenador les de una oportunidad. En este caso, me parece que Campazzo, Vildoza o Deck podrían jugar en la NBA tranquilamente”, anticipó el DT campeón de la Liga Nacional con cuatro equipos (Boca, Ben Hur, Libertad y San Lorenzo). Dos años después, la NBA le dio la razón.