DEPORTES
ni blue ni solidario

Un dólar que cotiza según el jugador

Como consecuencia de las ultimas devaluaciones, los clubes le pusieron topes al valor de la moneda estadounidense en los contratos. Pero eso, ahora, genera conflictos y desigualdades, y favorece el exodo.

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Como pasa con el “blue”, el “solidario” y todos los demás, los vaivenes en la cotización de la moneda estadounidense también inciden en el fútbol argentino. | cedoc

Hay un nuevo fútbol argentino como producto de la crisis económica y, puntualmente, los efectos de la devaluación de los últimos meses. Muchos jugadores que firmaron un contrato con el valor del dólar en julio pasado ven que están perdiendo dinero. El escenario actual favorece el éxodo y complica seriamente la contratación de futbolistas provenientes del exterior. Cada vez se hace más cuesta arriba mantener a un mismo equipo de un torneo a otro. E incluso los clubes más poderosos se resignan a ser más vendedores que compradores, mientras intentan convivir con la volatilidad.

Todo futbolista que firma un contrato en el fútbol argentino ya tiene incorporado un concepto: el tope en el dólar. Aunque el valor del billete verde se dispare, los jugadores ya saben cuál es el máximo que podrán ganar y los clubes tienen certeza sobre el monto máximo a pagar. Así funciona el “dólar futbolista”. Y acarrea un problema: la gran mayoría de quienes juegan en la Argentina tiene firmado un contrato con un dólar que ronda los 40 pesos, una cifra que ya quedó muy abajo.

En el mercado de pases de julio pasado se sellaron convenios con un valor oscilante entre los 50 y 58 pesos, y para agosto el dólar ya había tocado los 60 pesos. Por eso, en estos días muchos jugadores pasan por las tesorerías de sus clubes para “actualizar” sus respectivos convenios. Otros presionan en pos de ese objetivo. Y el resto decide emigrar.

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Resistir. ¿Cómo se paran los clubes en este escenario? ¿Cómo resisten una coyuntura que puede obligarlos a pagar cifras mucho más altas de una semana a otra? ¿Qué estrategias utilizan para amortiguar los efectos de una moneda cambiante? “Con los contratos de los futbolistas, cada institución se maneja distinto. Yo puedo hablar de Racing –cuenta Víctor Blanco, presidente del último campeón del fútbol argentino, en diálogo con PERFIL–. Al firmar pesificamos los dólares con un tope anual de acuerdo a cada contrato. En consecuencia, no hay un solo valor”. Un dato: de acuerdo con un estudio realizado por la Superliga a mediados de 2019, solo la mitad de los clubes no pagaba ningún contrato en dólares.  

“El grueso de los ingresos de Boca es en pesos por los abonos y la cuota social. Hay pocos ingresos en dólares –precisa un alto dirigente de la gestión de Daniel Angelici–. Algunos jugadores importantes están cobrando con un dólar a 42. Los contratos se ajustan por la cuota social, y la cuota social se ajustaba con la inflación”. En la última semana se retiró Daniele De Rossi luego de cumplir su sueño de jugar en el Xeneize. Lo hizo tras aceptar un cobro en pesos con el dólar topeado más un aumento del 10% y un ajuste por la inflación en el corriente enero, algo que no llegará a percibir. “Hay jugadores que cuando llegaron a Boca cobraban un millón de dólares. Pero ahora ganan 400 mil. Entonces, es lógico que quieran irse a países que pagan mucho más, como Brasil”, agrega la fuente.

En River, la apuesta por sostener el éxito deportivo duele en sus arcas: es el club con mayor cantidad de contratos dolarizados y sin tope, y el último balance arrojó un pasivo cercano a los cuatro mil millones de pesos. “Este nuevo escenario hace replantearse el modelo a futuro de los clubes –admite el dirigente Jorge Brito–. Caso contrario, estaremos en un problema grande para el fútbol argentino”. La fórmula de subsistencia para los clubes más poderosos es vender. En Núñez se vieron obligados a desprenderse de Exequiel Palacios. A cambio, en la última semana acordaron la actualización contractual de Ignacio Fernández y así evitaron el éxodo de figuras.

Racing transfirió a Alejandro Donatti a San Lorenzo y se deshizo de un contrato que reclamaba actualización. Cuando el defensor llegó al club de Avellaneda, el dólar estaba en la línea de los 19 pesos. Por esa razón, en ese momento firmó un tope de 28 pesos, un número que dos años después se convirtió en una ciencia ficción. Racing no pudo retenerlo, pero como contraparte sí logró retener a Leonardo Sigali.

San Lorenzo se desprendió de Fernando Belluschi (firmó en Lanús) y confía en mantener a los gemelos Angel y Oscar Romero, quienes tienen convenios con un dólar clavado en 54 pesos. Independiente, que acarrea contratos onerosos como los de Silvio Romero, Cecilio Domínguez y Pablo Pérez, incorporó la lógica outlet: todos sus jugadores tienen la etiqueta de transferibles. A cambio, y mediante actualización contractual, en las últimas horas logró blindar a dos jóvenes promesas del club sobre quienes se depositan esperanzas de ventas que ayuden a seguir subsistiendo: Nicolás Figal y Gastón Togni.

En ese marco, la clasificación a las copas internacionales (con sus premios en dólares) equivale casi a un título. Y el resto de los clubes ya lanzó una movida para incrementar los ingresos provenientes de la televisión. “No puede ser que Leganés cobre 49 millones de euros por año y Lanús, con suerte, llegue a los 700 mil dólares”, protestó días atrás Nicolás Russo, presidente granate. Sobrevivir. Esa es la historia.

 

Este nuevo escenario hace replantearse el modelo a futuro de los clubes. Caso contrario, estaremos en un problema grande.

Jorge Brito (h) Vicepresidente de River

 

No puede ser que Leganes cobre 49 millones de euros por año y Lanus, con suerte, llegue a los 700 mil dolares por temporada.

Nicolas Russo, Presidente de Lanus

 

Al firmar pesificamos los dolares con un tope anual de acuerdo a cada contrato. En consecuencia, no hay un solo valor.

Victor Blanco, Presidente de Racing