El lenguaje es una función compleja en su construcción y muy amplia en los alcances que genera en la vida de los seres humanos. Solo las personas somos capaces de entender el lenguaje y de hablar. Contamos con un dispositivo genéticamente determinado que, en contacto con el estímulo del ambiente, se activa, y así, sin más, aprendemos a hablar. Este proceso es espontáneo y muy simple en el desarrollo típico. Según Isabelle Monfort , el cerebro aprende solo a hablar. Este aprendizaje ocurre de manera incidental, o implícita, sin esfuerzo consciente. A lo largo de toda la vida podemos aprender algunas habilidades incidentalmente, mientras que otras las aprendemos de manera explícita, con esfuerzo consciente. Por ejemplo, andar en bicicleta, conducir un auto, hacer un cálculo o leer y escribir requieren un aprendizaje consciente: tenemos que incorporar reglas, procedimientos, normas que nos permitan adquirir esas habilidades. En cambio, el aprender a hablar en la infancia se realiza de manera implícita, sin notar que lo estamos asimilando.
Otro aspecto que caracteriza la adquisición del lenguaje es que se incorpora de manera contextualizada, en las escenas de la vida cotidiana. Los padres suelen hablar a sus hijos desde el mismo momento en que nacen, sin esperar respuesta verbal alguna, lo que ocurrirá mucho más adelante. Sin embargo, el estímulo que brindan padres a hijos suele ser continuo y sin dudas actúa como un organizador del tiempo y del espacio, además de constituir una poderosa herramienta vincular.
El lenguaje es la habilidad que permite el acceso a la comunicación interpersonal, al conocimiento del mundo, al desarrollo del pensamiento, al despliegue de las habilidades sociales, y actúa también como regulador de las emociones y la conducta.
En los primeros años, es un recurso fundamental para la construcción del pensamiento, y en la vida adulta resulta la principal herramienta del pensamiento. Según Bermeosolo Bertrán en Psicología del Lenguaje (2001), el lenguaje permite la fijación del mundo”. (…)
Comunicación y lenguaje representan dos conceptos diferenciados y a la vez superpuestos. El lenguaje es instrumento de la comunicación. El término “lenguaje” se utiliza para designar la capacidad del ser humano de comunicarse y de representar la realidad mediante signos. Implica la habilidad para simbolizar y comunicarse por medio de signos convencionales.
El término “comunicación” puede definirse como el intercambio de información, o puesta en común de significaciones intencionadas en una relación humana determinada.
Según Martínez Celdrán en Lingüística, Teoría y aplicaciones (2002), la comunicación es el proceso mediante el cual un emisor transmite uno o más mensajes sobre un contenido determinado a uno o varios receptores utilizando un código conocido por todos los participantes. Se entiende por proceso el conjunto de fases sucesivas por las que pasa la comunicación, a saber:
1. Selección por parte del emisor del contenido que desea transmitir.
2. Codificación del mensaje, es decir, selección de las unidades y la estructura adecuada donde se insertarán los contenidos apropiados.
3. Transmisión del mensaje a través del canal que corresponda.
4. Decodificación del mensaje por parte del receptor, segmentación y obtención de las unidades según la estructura y los niveles en los que hayan sido codificadas.
5. Aprehensión del contenido. ( )
Para desarrollar apropiadamente el lenguaje son necesarias cuatro condiciones básicas.
a. Buen nivel de audición y de discriminación auditiva.
b. Adecuados mecanismos de conexión y comunicación con el mundo.
c. Correcto desempeño en habilidades cognitivas asociadas al lenguaje: atención, sensopercepción y memoria.
d. Habilidad para coordinar los movimientos de la boca, los labios, la lengua y el paladar blando, indispensables para articular el lenguaje.
a) Audición: la acuidad auditiva es una condición esencial para desarrollar el lenguaje. El cerebro aprende solo a copiar lo que escucha y a darle significado, pero, para que esto ocurra, la vía de acceso a esa información tiene que estar preservada.
b) Conexión y comunicación: es preciso aclarar que, antes de comenzar a hablar, los niños desarrollan destrezas comunicativas prelingüísticas que resultarán esenciales en el camino posterior. Esas habilidades inician su desarrollo desde el nacimiento y muestran sus primeras manifestaciones alrededor de los dos meses de vida con la aparición del contacto visual, y continúan un desarrollo intenso a lo largo del primer año. Estas habilidades de inicio temprano son de valor esencial para la comunicación interpersonal posterior.
c) Procesos cognitivos relacionados con el lenguaje: esta es una función cognitiva superior incluida en un conjunto de otras habilidades cognitivas que actúan solidariamente con el lenguaje. La atención, la gnosis, la memoria y las funciones ejecutivas son cuatro de esos componentes. (…)
d) Los procesos motores: constituyen el último eslabón en la cadena del lenguaje. La expresión oral depende de efectores periféricos: labios, lengua, paladar duro y blando y mejillas, coordinados en su actividad por áreas motoras del cerebro.
Esas órdenes motoras tienen un patrón típico según las características de los fonemas de cada idioma, que deben organizarse de manera precisa y secuenciada a una gran velocidad. ( )
*Autora de Comunicación y lenguaje en la infancia, Paidós (fragmento).