La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) arrancó ayer la tercera revisión de las metas comprometidas por la Argentina en el marco del acuerdo Stand By firmado el año pasado, con reuniones con funcionarios del Banco Central y del Ministerio de Hacienda.
Uno de los ejes que se deben acordar con el FMI es la nueva actualización de la “zona de no intervención” del Banco Central y si se ampliará –en un contexto de ingreso de capitales– el margen para que la entidad pueda comprar más reservas para blindarse ante una eventual corrida.
Según publicó El Cronista, lo que busca la Casa Rosada es reducir el techo de la zona de no intervención para dar el mensaje al mercado que el dólar no se va a disparar a mitad de año, a medida que se aproximen las elecciones de agosto y octubre.
El otro tema sensible de debate es la inflación. Desde el Gobierno trabajarán para definir con el FMI la "monetización de las compras de dólares" que hace el Banco Central. Tienen que ver si es posible esterilizar los pesos que surgen de estas intervenciones en el mercado cambiario, según precisó el mismo medio.
Llega una misión clave del FMI, inquieto por el avance del déficit cero y el rumbo electoral
La información reunida por la comitiva encabezada por Roberto Cardarelli será presentada en Washington ante el board del organismo, el cual tendrá la última palabra sobre si se aprueba o no la liberación de los fondos, decisión que sería tomada el próximo 19 de marzo.
Todas las estimaciones apuntan a que la Argentina contará con el visto bueno del FMI para que habilite el dinero comprometido para el primer desembolso de este año Tampoco se esperan problemas con la próxima revisión del organismo en mayo, con lo que se completaría el préstamo global de u$s57.100 millones.
En el caso de cumplir con el cronograma pactado, el presidente Mauricio Macri llegaría a las elecciones en las que peleará por la reelección sin riesgo de default en 2019 y parte de 2020. Según Ámbito Financiero, Washington podría liberar fondos sin la garantía que este año se consiga el “déficit cero”.
Ante este escenario, el Gobierno debería renegociar un eventual waiver en el último trimestre del año, con el cronograma de desembolsos ya finalizado.
B.D.N./FeL