Dos años después de aquella primera gira a Davos, el balance que hace el Gobierno de su segundo paso es positivo: la agenda de bilaterales del presidente Mauricio Macri creció un 30 por ciento con un día menos de estadía y hasta pudieron mostrar, a diferencia de 2016, una conquista económica real con el contrato obtenido por el Invap para la fabricación de un reactor nuclear para Holanda. En cuanto a las ansiadas inversiones, también regresan con promesas, incluso de una firma que ya había dado su palabra hace dos años y cerca estuvo de cancelarla.
Por la Casa Argentina desfilaron 12 CEO de gigantes globales, frente a los nueve que lo hicieron hace dos años. Sheryl Sandberg, número dos de Facebook, estuvo en 2016 y esta vez también. Con ella habían avanzado entonces en la implementación del llamado Facebook at Work. Esta semana hablaron de impulsar proyectos de perfeccionamiento de pymes no tecnológicas.
Otra de las empresas que figuraron en la agenda en ambas oportunidades fue Total. El Gobierno está satisfecho con ellos porque anunciaron, en julio de 2017, una inversión de 1.150 millones de dólares junto a YPF, Pan American Energy y Wintershall para explotar gas no convencional en Vaca Muerta, hasta fin de 2021.
También con Coca-Cola el entusiasmo persiste, al margen de cierto fastidio de algunos. De la mano de James Recibió a la Nº1 de Lloyds, la canciller Merkel, la Nobel de la Paz Malala y la Reina Máxima. Quincey, reiteró su intención de invertir en cítricos entrerrianos así como en proyectos de reciclaje. No fueron pocos los que recordaron que Muhtar Kent, presidente y director ejecutivo de The Coca-Cola Company, le había hecho la promesa millonaria de Davos 2016 a Macri de desembarcar con mil millones de dólares a lo largo de cuatro años. Dos meses atrás, la firma amenazó con suspender si el Gobierno no daba marcha atrás con el aumento del 8% al 20% en el tributo a las gaseosas azucaradas. sobre el escenario a Shakira, Coldplay y Pharrell Williams, por lo que en la comitiva se ilusionan con los nombres para la edición en Buenos Aires.
En cuanto a los cafés políticos, fueron dos menos que los siete de 2016, y de menor peso, salvo por la canciller Angela Merkel. No estuvieron personajes de la talla del vice estadounidense Joe Biden ni el mexicano Enrique Peña Nieto. Incluso, dos de aquellos interlocutores de 2016, cayeron en desgracia. El premier británico David Cameron fue eyectado del cargo luego de su desastrosa apuesta por el NO al Brexit, lo que motivó que Theresa May tomara la posta. Y el irlandés Enda Kennydimitió en mayo del año pasado en medio de un escándalo con la policía de su país.