Según el sector privado, hay casi 700 licencias no automáticas de importación (LNA) pendientes de aprobación por más de US$ 50 millones entre enero y hasta el 18 de junio. Heladeras, secarropas, vajilla, muebles y telas son algunos de los bienes que llevan entre 80 y 120 días a la espera.
De acuerdo con las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), hay 60 días hábiles para analizar las solicitudes. Hasta hace unos meses, el Gobierno planteaba que “para la enorme mayoría de las operaciones ese tiempo en la práctica es mínimo” y que se aprobaban el 90% de las licencias. Hoy en el sector privado marcan que cuando consultan por las demoras a la casilla de mail indicada por la Secretaría de Comercio, se encuentran con una respuesta automática.
Más de mitad de esas mercaderías están en puerto, en depósito fiscal o en Zona Franca. Se trata de mercadería que está paga, donde ya se giraron las divisas. Las empresas señalan que esas demoras llevan a “un aumento innecesario en los costos de almacenaje, en moneda extranjera, ya que las tarifas de los puertos están en dólares al igual que las tarifas de muchos depósitos fiscales”.
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Desde el Gobierno indicaron a PERFIL que en lo que va del año el 91% de las SIMI (declaraciones para importación) solicitadas ya fueron autorizadas. “Hay un pequeño porcentaje de las operaciones que son sujetas a controles específicos que llevan un poco más de tiempo, que pueden ser desde aprobación de ANMAT de productos médicos hasta el cumplimiento de reglamentos técnicos que establece la legislación nacional para un juguete o un electrodoméstico”, agregaron en Desarrollo Productivo.
El 90% de las importaciones que realizan las pequeñas y medianas empresas se realizan a través del pago de un anticipo, que va desde el 30 al 50% del valor de la mercadería y el restante saldo a pagarse “contra documentos” para el embarque de la mercadería en origen. Los empresarios marcan así que hubo dólares que se pagaron. “Una LNA sin aprobarse tiene hasta el 50% del anticipo ya pago y girado al exterior. Si esa LNA corresponde a una mercadería que llegó a puerto, lo más probable es que el saldo también ya haya sido pagado por el importador”, explicaron desde el sector privado. Las grandes multinacionales, en cambio, tienen comercio “intrafirma” o condiciones comerciales a plazo o que no implica el pago de anticipos y saldo contra embarque.
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Mientras aseguran que no recibieron explicaciones oficiales por las demoras, los importadores estiman que, con los dólares ya gastados, las demoras podrían vincularse a un intento por darle aire para producir a las empresas locales que estuvieron frenadas durante la primera etapa de la cuarentena, sobre todo en el AMBA. “Es entendible, pero nos gustaría que si fuese así, se blanqueara”, indicó un empresario.
Insumos. Según el último informe de la Unión Industria Argentina, el 21% de empresas siguen inactivas por la pandemia y otro 43% produce con caídas mayores al 50%. Por otra parte, el 62% tuvo una caída de ventas mayor al 30%. Solo el 14% mantuvo ventas, de acuerdo con los datos relevados en lo que va de junio.
El 54% de las empresas tuvo dificultades operativas para el abastecimiento local de insumos, detalló la UIA. Un 37,8% tuvo problemas para pagar importaciones y otro 32% tuvo problemas con la Aduana. “Las empresas del sector automotor y de equipos de transporte son los sectores más afectado por los obstáculos logísticos. Señalan dificultades para comprar insumos y para acceder al mercado cambiario. El sector de instrumentos médicos también se ve fuertemente afectado”, destacó el informe de la entidad fabril.
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Los rubros más afectados en la demora de licencias son electrodomésticos, válvulas, tejidos e hilados, químicos, herramientas e insumos productivos como polipropileno. Entre los que están observados y no tienen respuesta, figuran neumáticos, tapas plásticas, cafeteras, pavas eléctricas y potes plásticos.
Sobre las licencias observadas, en Desarrollo Productivo agregaron que "sobre el total de SIMIs, existe un pequeño saldo de solicitudes (1.3%) que quedan pendientes por contar con errores de carga, inconsistencias y faltantes en la información presentada o no superar controles específicos. Estos últimos apuntan a asegurar que el bien que se está importando resulte seguro y no ponga en riesgo el medio ambiente ni la salud humana o animal, que se cumplan los reglamentos técnicos que establece la legislación nacional y que no existan indicios de desviaciones de comercio o subfacturación de importaciones".