Todo dólar cuenta.
Por eso el Gobierno prepara un “scoring” de importadores para asegurarse de que quienes demanden divisas sean operadores legítimos.
La administración de Alberto Fernández no quiere dar señales de que se “cierra al mundo”, sobre todo cuando todavía tiene muchos frentes abiertos, como la negociación de deuda o la garantía de inversiones para Vaca Muerta. Lo que plantea es una “administración inteligente del comercio”. El “scoring”, un puntaje para las empresas que operen en comercio exterior, apunta a separar la paja del trigo y garantizar las transacciones de quienes lo hagan de buena fe, según le anticiparon a los operadores del sector.
“Los funcionarios dejaron en claro que la administración de comercio será activa y rigurosa, con un fuerte objetivo puesto sobre las sociedades apócrifas y la sobrefacturación, sin perjudicar el normal desempeño del sector importador y muy especialmente, el que abastece a la industria y a la producción”, aseguró la Cámara de Importadores en un comunicado. Su titular, Rubén García, se reunió el jueves con el secretario de Industria, Ariel Schale. También participaron los directores Alejandro Barrios y Guillermo Bormioli.
Schale, ex subsecretario de Producción y que en los últimos años se desempeñó como director ejecutivo de la Fundación ProTejer, también reintrodujo licencias no automáticas (LNA) de importación para trescientos productos y la lista podría ampliarse. El Ministerio de Desarrollo Productivo le solicitó a las cámaras sectoriales que presenten los listados de productos de fabricación nacional que deberían contar con la protección de la LNA.
Por la recesión y la devaluación, las importaciones vienen de caer un 25% en 2019. Hoy no representan un factor adicional de presión para las reservas del Banco Central. Sin embargo, el 80% de lo que se compra al exterior abastece a la producción. Y si se recupera la actividad, como el oficialismo espera para fines del segundo trimestre del año, la demanda volverá a presionar.
La Argentina está entre los cinco países que menos importan, según la relación con el PBI. “Las importaciones, por ende, no pueden sino crecer. Porque sus niveles son bajos en Argentina, porque se usan en gran parte para la producción, porque están artificialmente bajas por la recesión y porque la economía argentina requerirá reinserción externa para su modernización y actualización”, explica el especialista en comercio exterior Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI.
Prórroga. En los últimos días, varios empresarios señalaron que se estaban produciendo demoras en los trámites realizados a través del Sistema Integral de Monitoreo (SIMI) y dificultades para el acceso a las divisas. Sobre las licencias, los funcionarios nacionales confirmaron que el plazo de validez de las licencias será de 90 días, con una prórroga “semiautomática” que se dará por un plazo adicional de otros 90 días. “El proceso de solicitud de prórroga está en pleno desarrollo”, indicaron desde la CIRA.
El reclamo por la información que solicitan las entidades comerciales para liberar pagos asociados a importaciones estuvo incluido en la reunión entre García y Schale, aunque está bajo el área de Miguel Pesce, en el BCRA. La Autoridad Monetaria hoy obliga a ingresar las mercaderías a los 90 días de haber girado un anticipo al exterior, plazo que para los importadores “es de imposible cumplimiento para orígenes del Lejano y Medio Oriente, así como también de algunos países de Europa o de ciertos bienes de capital, cuyo plazo especial de 270 días tampoco alcanza”.
Perspectivas. Hasta noviembre de este año, las importaciones acumulan una baja de 25,2%. El derrumbe “parece no encontrar piso”, según el análisis de la economista Julia Segoviano para LCG. “El salto del tipo de cambio y la recesión prolongada explican este resultado”, agrega. Las bajas se registran en todos los usos.
Para Ecolatina, se prevé una desaceleración de la caída de importaciones este año, a un -10%. Con una leve suba de las exportaciones del 6% y una caída del 25% en importación, se prevé que el Indec dé a conocer un resultado de la balanza comercial de 2019 de US$ 15 mil millones. Para 2020, el superávit podría ser mayor, en torno a US$ 18 mil millones.
Las compras al mundo “están en los mínimos niveles en 10 años”, según Elizondo. Pero también son “un requisito para las exportaciones. Este es un fenómeno mundial. Los países que más exportan son los que más importan: China, Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Japón”, remarcó.