En medio del contexto de guerra que se vive en Ucrania tras la invasión rusa, Estados Unidos y la Unión Europea evalúan la posibilidad de imponer un embargo que consistiría en no comprarle petróleo a Rusia, el tercer mayor productor del mundo y el segundo más excedentario.
“Estamos en un diálogo activo son nuestros socios europeos acerca de prohibir la importación de petróleo ruso por parte de nuestros países, pero al mismo tiempo mantener una oferta sostenida de petróleo”, explicó el pasado domingo el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken en una entrevista con la cadena NBC.
Además, la ministra de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, sostuvo que había solicitado a funcionarios de su gobierno explorar la idea de imponer un techo declinante a la importación de petróleo ruso, para que hubiera una adaptación gradual.
Estados Unidos y Europa temen que cualquier decisión drástica que se tome provoque una suba descontrolada de los precios de la energía que complique la situación interna de los países, y esta medida, de tomarse, sería particularmente costosa para los países de Europa.
Esto debido a que Rusia vende 5 millones de barriles por día de petróleo, de los que un 60% tiene como destino Europa. Luego le siguen China e India, países que no expresaron señal de querer limitar las compras a Moscú. Rusia produce cerca del 11% pero consume apenas 4% del petróleo mundial, por lo que tiene un excedente sólo superado por Arabia, que produce cerca de 20%, pero consume aproximadamente el 3 por ciento.
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La OPEP y el "efecto cascada"
Julián Lee, experto de la agencia Bloomberg, señaló que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no ha sido muy colaborativa sino más bien temerosa acerca de tomar medidas contundentes contra Rusia. Explicó, además, que la última reunión del directorio de la organización, que agrupa a 23 países que explican 45% de la producción petrolera mundial, duró apenas 13 minutos y el efecto de la guerra en Ucrania y sus implicancias, y potenciales medidas para mitigarlas no fueron considerados.
“La invasión fue lanzada por Rusia y mantener a Rusia dentro de la OPEP ampliada (OPEP +) es importante. La última vez que Rusia se retiró, gatilló una carrera de producción (esto es, se dejaron de respetar las cuotas acordadas) que provocó un desplome de los precios petroleros”, manifestó Lee.
Y completó su idea sosteniendo que los países de la OPEP “quizás teman la respuesta si hacen o dicen algo que no le guste a Rusia, o quizás no tengan ningún problema con que Putin invada un país soberano. O tal vez sea cierto que no es mucho lo que pueden hacer”.
Por otro lado, Lee destacó que la OPEP ya no tiene hoy en día la capacidad excedente que tenía 30 años atrás: “Por entonces, Arabia por sí misma podía aumentar la producción en 3 millones de barriles diarios en cinco meses y seguir luego aumentándola más. Hoy tendría que esforzarse para lograr la mitad”.
El resto de países que la integran no tienen mucho para ofrecer, y de hecho la producción en último mes para el que hay datos completos estuvo un millón de barriles diarios por debajo del objetivo de producción comprometido.
Dentro de Estados Unidos también se desarrollan conflictos para determinar la prohibición total de la importación de petróleo ruso, pero la Casa Blanca teme el efecto cascada que esto tendría sobre los precios internacionales, lo que afectaría finalmente el mercado interno.