Charles Dickens a mediados del Siglo XIX publica un libro llamado “Cuento de Navidad” donde el personaje principal, Ebenezer Scrooge, es un ser avaro, cruel, egoísta, soberbio y arrogante. Es visitado por tres espíritus: el de las navidades pasadas, presentes y futuras.
El de las navidades presentes le muestra a Scrooge todas las indiferencias que comete con la comunidad y con su familia. En el último tramo de su visita, éste espíritu descubre su túnica y a sus pies se encuentran un niño y una niña, mencionándole que ambos son hijos de los hombres, y agregando que el primero es la ignorancia y la segunda la necesidad. Allí le marca que había que tener más cuidado con el niño, dado que la ignorancia sucumbe al ser y a los pueblos.
Dickens trató de esclarecer a la comunidad inglesa y europea que las personas con responsabilidades de poder y económicas debían tener actitudes solemnes para con sus prójimos, y ayudar a progresar a los pobres con motivo de fortalecerlos material y espiritualmente.
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Pasaron 177 años desde la publicación de esta obra extraordinaria y el mundo sigue observando a los Scrooge de la política, y como tratan algunos de estos personajes a sus pueblos, quienes casi el 40% de los habitantes del mundo son pobres, excluidos, refugiados, desamparados y en casos particulares exterminados.
La guerra Rusia–Ucrania es la demostración de ir por los recursos naturales de un país para que la logia de empresarios rusos siga acumulando riquezas y pergeñando negocios turbios, como el tráfico de armas, drogas y de personas para explotarlas laboral y sexualmente.
Ucrania siempre sufrió los ataques rusos desde la época de los zares, como también del comunismo soviético. Nadie puede olvidar el Holodomor ucraniano que dejó casi 4 millones de muertos de hambre y entre 1932 y 1933, mucho antes que el Holocausto Judío provocado por el nazismo. En este caso a Stalin no le tembló el pulso para aniquilar a hombres, mujeres y niños, porque los consideraba anti revolucionarios dado que estos campesinos ucranianos no querían dar su producción agrícola al Kremlin y se negaban a ser colectivistas.
Es importante conocer que Stalin entre 1935 y 1937 accionó contra sus propios camaradas y su propia comunidad cuando les ordenó a los Jefes del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos a exterminar a todos aquellos que podían ser presumiblemente traidores a la Revolución, planificando un asesinato de más de 3 millones de soviéticos. Estos asesinatos eran debidamente informados a Stalin. Cada delegado del Soviet ubicado en cada punto de la Unión Soviética debía asesinar una cantidad de personas que el Politburó solicitaba, y si no llegaba con esa cantidad era encarcelado, torturado, enjuiciado y condenado a muerte por traición a Stalin.
Vladimir Putin es un hombre con características similares a los primeros Jefes del Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos, un ser frío, calculador, ejecutor que sabe cómo hacer daño y lograr sus objetivos.
Putin modificó la geopolítica y su accionar sobrevendrá con un modus operandi autocrático y pragmático. Sus socios serán iguales a él, y el demoliberalismo sufrirá una derrota que le costará años recuperarse. No nos olvidemos que Rusia es parte del BRICS (siglas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), países con una fortaleza económica trascendente y que tres de ellos poseen una estructura militar imponente, mencionando a Brasil, Rusia y China. No por casualidad Agustín Rossi y Jorge Taiana, Ministros de Defensa de la era “Albertista y Cristinista” han invertido mucho más presupuesto en armamentos y equipos de logística militar que en los últimos 30 años.
Rusia es una Nación gobernada por mafias. Una de ellas liderada por Semión Mogilevich, que es un cerebro para los negocios en blanco, pero también para los negocios en negro. Engañó a la Bolsa de Valores de Estados Unidos, Francia, Suecia, Alemania y República Checa, quedándose con miles de millones de dólares solamente especulando. Un mercader de armas y drogas que expandió sus tentáculos por casi todo el globo terráqueo, y que ese dinero lo blanqueó a través de sus bancos y empresas, buscado por Interpol durante años y que Putin jamás entregó.
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Mogilevich es el financista de Putin. Posee más dinero que las reservas de su Madre Patria, y odia por sobre todas las cosas a Ucrania. Le han quitado el negocio millonario del gas y la electricidad, y quiere recuperarlos sin ningún amparo. Es por eso el motivo de esta guerra. No es por los rusos residentes en Crimea y Donbas, el objetivo es manejar todos los recursos de Ucrania.
Stalin ha entregado a 9 millones de compatriotas para ganar la Segunda Guerra Mundial, sin importarle ni un poco sus vidas. A Putin le interesa poco y nada lo que ocurra con su pueblo, esto es una cuestión de negocios.
Esperemos que los Líderes Mundiales hagan como Scrooge cuando fue visitado por el espíritu de las navidades futuras, dónde le mostró una muerte olvidada y sin honores, y eso lo llevó a cambiar como persona. Se convirtió en el hombre más bueno de su comunidad, ayudando a los pobres, abonando salarios altos para sus empleados y hasta festejando todos los años la Navidad.
* Alejandro Mansilla. Licenciado en Ciencias Políticas. Presidente del Movimiento de Reafirmación Peronista.
