Sin vacaciones, el ministro de Economía, Martín Guzmán, pasó por Neuquén ayer como cierre de una semana donde se movieron fichas en el Palacio de Hacienda que lo dejaron fortalecido. Después de cerrar la negociación con los bonistas extranjeros en 2020, el discípulo de Joseph Stigltiz sigue siendo clave por la negociación con el Fondo Monetario Internacional, que se espera cerrar durante el primer trimestre del año.
“La misión central de nuestro Gobierno en términos económicos es la de tranquilizar la economía argentina”, dijo ayer Guzmán al trazar su agenda en la Universidad del Comahue. Allí trazó metas con distintos grados de factibilidad, como “romper con el bimonetarismo” y “cambiar la estructura tributaria” que incluye armonizar el sistema federal y “generar incentivos para la formalización”.
En una semana donde se renovó el conflicto con el campo, Guzmán consideró que hay que aumentar las exportaciones y abogó por el equilibrio fiscal, factor que es clave en sus diálogos con el Fondo.
El campo para por tres días contra la prohibición de exportar maíz
Sobre el plan para 2021, volvió a señalar que busca “regulaciones macroproducenciales” que haga que los capitales que entren vayan a la economía real, desincentivar los especulativos como el “carry trade” pero aclaró que eso sucederá “cuando el país tenga más reservas”. El dólar a fin de este año, terminará siguiendo a la inflación, reiteró, descartando una devaluación brusca.
Precios. “Hay que bajar la inflación de forma consistente. El problema es multicausal y la abordamos como un esquema integral. Terminará el 2020 alrededor de 35%, dentro del rango que buscábamos”, dijo el funcionario. “Buscamos que la inflación se vaya reduciendo 5 puntos porcentuales año a año, con una estrategia que se enfoca en alinear precios clave de la economía y tener una política fiscal consistente”, recordó.
Bastourre defendió el diálogo con el Cemtral y pondrá foco en la agenda macro
Para el ex investigador de Columbia, las políticas de precios e ingresos son necesarias para coordinar expectativas. “Se van a usar en 2021 como parte de un esquema integral para atacar el problema de la inflación. En ese contexto también indicó que “hay que alinear tarifas. Que los subsidios no vayan creciendo”.
En ese marco, el recambio de gabinete de esta semana, no fue una mera oxigenación sino que dos hombres de su confianza pasaron a ocupar lugares clave: Diego Bastourre, hasta esta semana secretario de Finanzas, pasó a ocupar una silla en el directorio del Banco Central. Y el secretario de Política Económica, Haroldo Montagú, tendrá un lugar en el Consejo Económico y Social cuando el Gobierno lo formalice, lo que se espera para las próximas semanas.
Silla. Bastourre volvió al Central, donde trabajó más de 15 años, y aseguró que “el sistema financiero tiene desafíos importantes en 2021”, y puntualizó que estos son “contribuir a que la economía se tranquilice y acompañar el sendero de recuperación”.
“Ahora mi día a día va volcarse a la agenda macroeconómica”, anticipó en declaraciones al diario BAE sobre su regreso al BCRA, donde entró en lugar de un director lavagnista, como pase de factura al ex ministro y candidato presidencial por sus recientes declaraciones sobre el rumbo económico.
A lo largo del 2020, se marcaron inconsistencias entre las políticas del Central y de Economía. En los últimos meses, aceitaron ese diálogo y buscaron dar señales de buena sintonía. “Se trabajó bien en un contexto muy difícil por la excepcionalidad de la pandemia”, dijo Bastourre.