La excepcional ola de incendios que arrasan Brasil desde la Amazonía, al norte, hasta el sur desde hace semanas se están viendo favorecida por una sequía histórica, afectando negativamente al sector agropecuario local.
Debido a las consecuencias de estos fenómenos, están en riesgo las cosechas de caña de azúcar, café, naranjas y soja, de los que el gigante agrícola es el primer productor y exportador mundial.
El cuadro se agrava si se tienen en cuenta que las lluvias esperadas en octubre podrían ser inferiores al promedio en algunas regiones, según AFP.
La actividad económica de Brasil registró la primera caída mensual desde marzo
En el estado de Sao Paulo, al menos 231.830 hectáreas de caña de un total de 4 millones, fueron alcanzadas por los incendios en distintas magnitudes, según la Unión industrial de caña de azúcar (Unica). "Donde la caña de azúcar quedó de pie, prevemos que la productividad caerá a la mitad", José Guilherme Nogueira, director de la Organización de asociaciones de productores de caña de Brasil (Orplana).
Problemas para la producción de café
En Minas Gerais (sureste), responsable por 70% del café brasileño, los productores esperan también la llegada de las lluvias necesarias para el florecimiento de los arbustos y la formación de los granos de café que serán cosechados el año próximo.
"Falta agua en los suelos; es el peor déficit hídrico en 40 años", se lamentó José Marcos Magalhaes, presidente de Minasul, la segunda mayor cooperativa del país. Hasta el fin de septiembre espera "lluvia de buena intensidad para que haya esperanza de una cosecha normal en 2025", comentó.
Concentrada en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, la producción de naranjas, destinada en gran parte a la industria de jugos, también sufre por la crisis hídrica.
Después de anunciar, en mayo pasado, que la cosecha 2024-2025 caería a su nivel más bajo en tres décadas, la asociación de productores de cítricos de Brasil Fundecitrus tuvo que rebajar más sus previsiones y estima un retroceso de 29,8% en la producción con respecto al año pasado, ya afectada por una enfermedad bacteriana.
Soja en riesgo
El cultivo de soja, pilar de la fuerza política y proyección internacional del agronegocio brasileño, tampoco pudo escapar. Su producción caería 4,7%, según la Conab, debido a la sequía pero también a las lluvias torrenciales que cayeron en abril y mayo en el estado Rio Grande do Sul (sur). Ahora la sequía está retrasando las nuevas siembras.
"Si el clima mejora, los productores de soja pueden recuperar el tiempo perdido", estima Luiz Fernando Gutierrez, analista de la firma Safras e Mercado. "Pero si la escasez se prolonga en octubre, podría haber problemas de cosecha" en 2025, adviertió.
La agroindustria tiene gran parte de la responsabilidad por su propia desgracia, apunta el climatólogo Carlos Nobre. "Es el sector que más emite gases de efecto invernadero en Brasil. Tiene que reducirlos y acabar con la deforestación. Tiene que abrir los ojos", alertó el científico.
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