ECONOMIA
Escasez de gas

Jorge Lapeña: “Nos tenemos que preparar para un invierno con importantes faltas de gas”

El ex secretario de energía y presidente del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi” advirtió sobre una escasez de gas si el gobierno no cierra con los barcos metaneros y de gas licuado.

Jorge Lapeña 20211022
Jorge Lapeña. | Cedoc Perfil

En diálogo con Jorge Fontevechia para Radio Perfil, Jorge Lapeña presidente del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi” y ex secretario de energía, expresó no estar de acuerdo con lo comunicado por la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti y alertó de una posible “falta de gas para este invierno”. Asimismo, destacó que todo dependerá de cómo se resuelva el conflicto Rusia-Ucrania y de cómo se reorganice el mapa del flujo energético.

JF: La portavoz, Gabriela Cerruti, dijo que no iba a haber escasez de gas, ¿ considera esto factible?
JL:
La Argentina tiene que importar una cantidad significativa de gas en invierno. La producción argentina no alcanza a abastecer la demanda. Esto se cubre con importaciones de Bolivia, que están en descenso, ya que tienen insuficiencias para proveer las cantidades contractuales y entonces la alternativa complementaria es la importación por gas de barcos metaneros y gas natural licuado, que este año se calcula que van a ser unos 50 o 60 barcos que van a ser necesarios en los puertos de Escobar y Bahía Blanca. Esos cargamentos no están comprados todavía. Es un tema que no está cerrado, ya que no están aseguradas las cantidades. Pondría en duda la afirmación de la portavoz.

JF: ¿Esto quiere decir que si estuvieran los dólares suficientes para importar no habría problemas y la cuestión es simplemente financiera, o aunque esté el dinero, por la escasez mundial, podría ni siquiera contarse con el flujo suficiente?
JL:
Esta segunda alternativa que usted plantea me parece que es la más probable teniendo en cuenta que el suministro de gas está afectado profundamente por la guerra. Como nosotros no sabemos cómo deriva esto y cómo el conflicto escala o se resuelve. Hay incógnitas sobre las cantidades físicas que tienen que venir. Yo diría que nos tenemos que preparar para un invierno con importantes faltas de gas tanto para el consumo residencial como para la generación de energía eléctrica.

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JF: Partiendo de una hipótesis de que el conflicto en Ucrania encuentre una solución diplomática ¿Usted cree que en los precios de las commodities energéticas van a descender al mismo precio de antes del comienzo de guerra o se van a establecer en un escalón superior permanente?
JL:
Depende de cómo se resuelva el problema de la guerra, porque una cosa sería el alto el fuego. Hay que ver si esto lleva a una paz realmente es duradera y cooperativa o si lleva a una situación de paz ficticia como sería una guerra fría. Pero si continúa ese concepto de guerra fría con bloques enfrentados de Oriente y Occidente, puede haber cambios significativos en lo que es la forma de prestar los servicios energéticos en el mundo. No hay que olvidarse que Rusia es el mayor poseedor de reservas mundiales de gas y qué abastecen la mitad del consumo de Europa. Se podría cambiar el mapa mundial de la energía.

JF: ¿No cree que resulte probable que los precios puedan estacionarse por arriba del promedio anterior, independientemente de la solución de la guerra?
JL:
Es posible porque esta modificación de los flujos y por las sanciones a Rusia. Por ejemplo, evitar las compras rusas puede llevar a estrangulamientos en la oferta y va a tener derivaciones en los precios al alza.

JF: ¿Se puede suponer que también vaya a haber un encarecimiento nominal simplemente por la inflación y que va a costar más porque todo va a aumentar?
JL:
Una inflación mundial tiene esos efectos. Se conoció una decisión del presidente Joe Biden de liberar petróleo de las reservas estratégicas que posee Estados Unidos en una cantidad significativa: un millón de barriles por día, lo que sería una forma de morigerar los incrementos de los combustibles por lo menos en el mercado de los Estados Unidos.

JF: En ese sentido ¿no hay una gran oportunidad para el gobierno que asuma en diciembre del año próximo de convertir al país de importador a autosuficiente y exportador de energía, y generar un incremento en la incorporación de divisa que has sido siempre el problema de la Argentina?
JL:
Eso sería un objetivo muy interesante, que la Argentina pudiera movilizar recursos petroleros y gasíferos, y venderlos y obtener los dólares que les faltan. Para esto hay que comprobar esas reservas de hidrocarburos, que sean monetizables, y para eso tienen que estar bien definidas las cantidades de forma precisa. Es necesario interpelar a los grandes actores de la actividad petrolera y gasífera y ver en qué medida estamos en la condición de abastecer mercados importantes a largo plazo. Si nosotros dijéramos que podemos abastecer el 10% del consumo de Europa o Brasil por 20 años y comprometernos con un contrato con los precios internacionales o estamos abajo de esto. Esto es una pregunta que la Argentina no ha contestado y el gobierno no se ha preocupado por hacerla contestar. La pregunta que se tiene que hacer el gobierno a los que están en Vaca Muerta es ¿cuántos gas se puede sacar?, ¿a qué precio? en el supuesto de hacer un  contrato a largo plazo con un gran comprador como puede ser un conjunto de países europeos. Mientras el gobierno no cuantifique las reservas de petróleo y de gas vamos a seguir en el plano de los deseos, pero no de la realidad.