ECONOMIA

La selección argentina y Leo Messi: una goleada de lecciones sobre liderazgo

Después de unos días “bajo la espuma” del festejo, cuando decantaron las emociones, nos queda como regalo -además de la tercera copa del mundo- la posibilidad de tomar a la selección argentina como inspiración para nuestro trabajo cotidiano. El fútbol no es una empresa, pero pertenece a una organización y en función de esto podemos señalar algunas lecciones que generosamente nos aporta este equipo.

El sueño de Messi al fin se hizo realidad
El sueño de Messi al fin se hizo realidad | AFP

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

Jorge Luis Borges

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El futbol, y el deporte en general, son una inspiración para las personas, las organizaciones y los países, inclusive. Sin ir más lejos, la película “Invictus” recoge varias claves del liderazgo de Mandela y François Pienaar, capitán del equipo de rugby ganador del Mundial de Sudáfrica 1995. Es decir, esto no es un invento argentino.

En este caso nos proponemos recoger aquellos aprendizajes que esta Copa del Mundo de Qatar 2022 nos brindó y preguntarnos qué podemos aprender de la selección nacional de fútbol en nuestra organización de trabajo.

Resiliencia. Se trata de un concepto que tiene sus inicio en la física. En psicología, cuando hablamos de resiliencia nos referimos a la capacidades psicológicas que tiene una persona, equipo u organización de sobreponerse a las situaciones de crisis. Superando las dificultades, surgiendo con nuevas herramientas de los fracasos, modificando los comportamientos y los modelos mentales para atravesar esos momentos de dolor de manera constructiva, cambiando para mejorar.

En el caso de la selección argentina hay una gran cantidad de ejemplos destacables, los veintiocho años sin títulos que se superan en la Copa America 2021, el mundial de Qatar que empieza con una derrota inesperada y que pone al equipo al todo o nada desde el inicio, pero fundamentalmente el vinculo del capitán, Leo Messi, que perdió una gran cantidad de finales y no bajo los brazos. Como dice el hit del mundial, “las finales que perdimos / cuantos años las lloré”. En las redes circula una nueva definición de resiliencia y es la “Messiliencia”, definida como la fuerza para sobreponerse a la perdida de cuatro finales y aun así volver a intentarlo. Dice el futbolista campeón: “Muchas veces el fracaso es parte del camino del aprendizaje y sin las decepciones es imposible que lleguen los éxitos”. 

La pregunta que nos deja es:  ¿En nuestro equipo de trabajo, en nuestra organización, somos resilientes, como enfrentamos las adversidades?

El sólido liderazgo del entrenador Scaloni, y de Messi, fue una de las principales claves del éxito en el terreno deportivo

El trabajo en equipo. La definición de equipo es clara. Un grupo abocado a la tarea de búsqueda de resultados, es decir, de rendimiento. La característica de este conjunto de personas es que tienen habilidades complementarias y, fundamentalmente, que se hallan comprometidas con un propósito común y con ciertos objetivos de desempeño, siendo central la solidaridad mutua de las personas que lo componen. Si bien la cara visible del equipo de liderazgo era la de Lionel Scaloni, era claro que se trataba de un equipo, un cuerpo técnico que dialoga, que busca consenso, que construye significados compartidos. 

En la cancha se vio un equipo solidario, que lo tuvo a Messi como el mejor jugador, pero no el salvador. En los papeles, si nos decían como iba a formar la selección Argentina en la final antes de empezar el mundial hubiéramos quedado muy sorprendidos. La clave de este equipo es que estuvo más allá de los nombres. El gran aprendizaje que nos deja es que si podemos construir un equipo y logramos sinergía, eso que podemos lograr todos juntos es mas que la suma de las individualidades. Porque como decimos los futboleros, las personas ganan partidos y los equipos ganan campeonatos.

Entonces, en tu empresa, en tu trabajo, en tu organización, ¿hay sinergia, o priman los individualísimos? ¿Hay equipo?

El grupo. Una de las claves más importantes en las empresas y organizaciones, es el grupo de personas con las que trabajo. El grupo humano y sus cualidades son un fuerte traccionador del bienestar y el compromiso. En cada una de las declaraciones que los protagonistas de la selección nacional hicieron frente a los medios, valoraban la convivencia, la unión frente a las dificultades, la integración entre personas de diferentes generaciones, la generosidad en la entrega, los roles rotativos. Probablemente, la más importante es cuando Messi, después de la derrota con Arabia Saudita, nos contiene y nos calma, pidiéndonos “que la gente confíe, que este grupo no los va a dejar tirados”.

Como sabemos, una imagen vale más que mil palabras y, en ese sentido, se veía en los festejos que las familias, los hijos, los padres de los jugadores y el cuerpo técnico eran un solo grupo. El grupo es la infraestructura emocional que sostiene al equipo. Está claro que la táctica, la estrategia, la práctica y los resultados son muy importantes para el logro de los éxitos, pero -parafraseando a Alejandro Dolina- un equipo de hombres y mujeres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos que la victoria con los extraños o los indeseables.

La grupalidad no se da mágicamente, hay que trabajarla, sembrar, poner energía en eso para que se produzca, poder hacer un diagnóstico de cómo esta el grupo es fundamental.

Y en tu lugar de trabajo ¿se trabaja la grupalidad? ¿Se cuida? ¿Se le presta atención?

El liderazgo. Sobre las lecciones de liderazgo que nos deja este equipo se puede escribir un libro, ya que hay varios líderes y justamente esta es la lección más importante de liderazgo. Ya no se trata de un solo liderazgo, sino de liderazgo rotativos. Claro que hay un director técnico, que es Scaloni, pero fue también quien armó “la scaloneta”. Se trata de una metáfora maravillosa, un “colectivo” que invita a subir a todos, que es inclusivo y facilitador. Que es coherente entre lo que piensa lo que dice y lo que hace.

El liderazgo de Scaloni tiene que ver con esa posibilidad de influir sobre su equipo, de saber escuchar a sus pares y a sus dirigidos, que brinda autonomía. Pero fundamentalmente la cercanía de un liderazgo que posibilita, que permite que brillen “los jugadores”, que se alegra más por su equipo que por él. Que se permite emocionar, y emociona.

Desde un perfil bajo cuando es necesario y también la firmeza para tomar decisiones difíciles como la desafección de la selección de dos jugadores a pocos días del inicio del mundial, el liderazgo fue una de las claves fundamentales para los resultados. Pero también funciona para los equipos de trabajo y las organizaciones. En tu empresa ¿qué tipo de liderazgo hay?

Podríamos seguir enumerando lecciones que van a ir quedando más en claro con el tiempo, como ocurre con los buenos libros. Pero ahora es tiempo de celebrar: brindemos que copas tenemos.

*Diego Quindimil es psicólogo, speaker y director de la consultora Contenido Humano. Es autor del libro “Mundo Post Covid: La psicología del trabajo tras la pandemia” (Ediciones Granica). En Instagram: @contenidohumano