ECONOMIA
MIRADAS

Nueva fase ¿los mismos problemas? Tres análisis que ven con preocupación la sostenibilidad del modelo económico

El gobierno sigue con su prédica de bajar la inflación, apuntalar el superávit fiscal y se enfoca en ganar las próximas elecciones. Aquí condensamos tres miradas de empresarios y economistas que ven aristas preocupantes en la nueva fase del programa económico.

Javier Milei y Luis Caputo
Javier Milei y Luis Caputo | CEDOC

En los últimos tiempos y coincidiendo con el inicio de la Fase III del programa de gobierno de Javier Milei, algunos empresarios y economistas miran con preocupación la sostenibilidad del modelo económico que plantea la estrategia libertaria, en tanto estiman que no podría sostenerse a lo largo del tiempo, si las variables no cambian.

Fase III: luces, sombras y tensiones crecientes en el nuevo programa

Por caso, el economista Pablo Tigani explicó en su columna habitual que "el actual equilibrio parece depender menos de fundamentos reales que de anclas transitorias"; al tiempo que el empresario industrial José Urtubey quien cuestionó que "Argentina necesita reformas estructurales, pero también cuidar la microeconomía. Si no se fortalece la oferta productiva, no hay salida sustentable”. Paralelamente, desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz (CESO) fueron críticos con el gobierno al asegurar que no pasó a la fase III como parte de un plan, sino que "el gobierno volvió a cambiar la estrategia económica, producto de la propia insostenibilidad del programa anterior y recurrir al FMI volvió a ser la salida. La implementación del nuevo esquema cambiario no fue un “cambio de fase programado”, sino una consecuencia inevitable", afirmaron en su último informe.

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En esta nota, iremos desmenuzando estas posturas más críticas, que ponen la lupa sobre algunas señales de alerta que estarían apareciendo respecto del funcionamiento del modelo económico de la actual gestión.

Por qué es mala idea dolarizar la economía para José Urtubey

El empresario industrial José Urtubey, criticó en las últimas horas el rumbo económico que lleva el gobierno y aseguró: “Con este modelo, sólo 20 millones de argentinos tienen lugar”. En su análisis planteó una fuerte crítica al enfoque macro de Javier Milei. “Pasamos de un calor económico a un témpano en 16 meses. El sistema inmunológico de la producción está destruido”, advirtió. Y agregó: “Argentina necesita reformas estructurales, pero también cuidar la microeconomía. Si no se fortalece la oferta productiva, no hay salida sustentable”, aseguró.

Urtubey participó del podcast “Emprendedores Argentinos” y reclamó políticas productivas con enfoque federal y advirtió: “Estamos cazando en el zoológico”.

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En línea con su mirada federal, sostuvo que el país está atrapado en una lógica centralista que impide el desarrollo equitativo. “El 72% de la capacidad industrial está concentrada en cuatro provincias. El resto tiene que remar en dulce de leche”, señaló. Con datos duros, ejemplificó: “Es más caro llevar una mercadería de Salta a Rosario que de Rosario a Rotterdam”.

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Durante la charla también criticó con dureza la idea de dolarizar la economía, una de las banderas con las que Milei llegó a la presidencia: “Era una propuesta inviable y descabellada. Atarse a una moneda que no refleja la realidad productiva del país es una crónica de una muerte anunciada”, disparó. Para Urtubey, el desafío es que “la moneda refleje la economía real y no al revés”.

El empresario, que próximamente presentará junto a Martín Redrado el libro Argentina Federal, reflexionó sobre la necesidad de avanzar hacia una verdadera descentralización del poder económico. “La Argentina no termina en la General Paz. Tenemos que generar condiciones para que un chico que nace en Chaco tenga las mismas oportunidades que uno en Palermo”, sostuvo.

Algunos puntos críticos a considerar, según Pablo Tigani

Por su parte, el economista y docente Pablo Tigani consideró en su columna habitual en un matutino porteño que la economía argentina "atraviesa una etapa de aparente estabilización macroeconómica, sostenida por una estrategia ortodoxa que ha ganado el favor de ciertos segmentos del mercado financiero"

Sin embargo, advirtió que, "bajo esta superficie ordenada comienzan a emerger señales de tensiones acumuladas que podrían comprometer la sostenibilidad del modelo actual. La fragilidad estructural, lejos de haberse disipado, muta en nuevas formas menos visibles, pero potencialmente explosivas".

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Entre otras cuestiones comentó que "la reciente evolución de los agregados monetarios, en particular el retroceso del M2 transaccional respecto a los niveles programados, sugiere una política contractiva que, si bien contiene la inflación, también restringe la circulación interna de capitales".

En su mirada, "este freno en la liquidez doméstica se conjuga con un endeudamiento creciente y la persistente dolarización de carteras privadas. A ello se suman los desequilibrios de la balanza de pagos: mientras las exportaciones crecen a un ritmo moderado, las importaciones se disparan con una lógica inversa a la esperada, deteriorando la cuenta corriente y anticipando un cuello de botella externo", mencionó.

Así, Tigani expone que "el actual equilibrio parece depender menos de fundamentos reales que de anclas transitorias como el ingreso de préstamos multilaterales y la especulación financiera de corto plazo. El riesgo es que este equilibrio precario se mantenga por inercia, sin resolver los desequilibrios de fondo, incubando una nueva crisis bajo la ilusión de control. En un contexto donde los discursos celebran la desregulación y la disciplina fiscal, las preguntas estructurales siguen sin respuesta: ¿cuánto tiempo puede sostenerse esta arquitectura macroeconómica sin provocar daño social y financiero en el mediano plazo", sostuvo.

El CESO destaca la importancia del contexto para que al gobierno le vaya bien

Otro que planteó un análisis crítico este mes fue el Centro de Estudios Scalabrini Ortíz (CESO) en su último reporte, en el que destaca que "a menos de un año y medio de mandato, el gobierno volvió a cambiar la estrategia económica, producto de la propia insostenibilidad del programa anterior y recurrir al FMI volvió a ser la salida. La implementación del nuevo esquema cambiario no fue un “cambio de fase programado”, sino una consecuencia inevitable. Los más de U$S 13.600 M obtenidos del FMI y otros Organismos Internacionales le permitieron eliminar parte del cepo e implementar un sistema cambiario de bandas".

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Entre otras cosas, el CESO reconoce que "para sorpresa de muchos, a la salida del cepo el dólar se ubicó mucho más cerca de la banda inferior. Atento a que el programa limita al BCRA a vender dólares sobre la banda superior, una hipótesis es que fue el Tesoro quien salió a vender para “guiar” el precio del tipo de cambio. El balance semanal del Banco Central hace esa hipótesis plausible"; mencionó la casa de altos estudios.

Dolares

En su análisis reporta que "el nuevo esquema cambiario no altera las condiciones estructurales. No queda claro cómo el BCRA comprará reservas para cumplir con la meta del FMI y genera incertidumbre respecto al proceso inflacionario".

Y aprovecha para hacer una advertencia: "En una economía en donde la inercia y los mecanismos de indexación están tan aceitados, la excesiva volatilidad del dólar puede generar que la inflación se exacerbe. El aumento de precios se acelera cada vez que el dólar se acerca a la banda superior, pero los precios no bajan cuando pasa lo contrario, producto de la rigidez de precios a la baja".

Finalmente expone que, "A mediano plazo la estrategia oficial es apostar a un posicionamiento geopolítico cercano a EE.UU. que ayude a reabrir los mercados de deuda para 2026. Será determinante lo que suceda con el contexto internacional".

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