En caso de que el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, triunfe en las elecciones presidenciales del 27 de octubre, en ese espacio esperan que Mauricio Macri antes de finalizar su mandato el 10 de diciembre colabore en la transición implementando medidas no muy simpáticas, pero esenciales para la idea de ir a un acuerdo social con los precios claves ya actualizados.
Según confió una fuente del albertismo a PERFIL, el menú que se pretende que Macri ponga en marcha en noviembre es: apretar más el cepo cambiario, subir el precio de las naftas y aumentar la alícuota de las retenciones a las exportaciones. El planteo que esgrimen es que con el respaldo de las urnas al eventual gobierno electo, Macri debería ceder, y asumir el costo político de esas medidas para garantizar la estabilidad y allanar el camino para lograr sellar en la primera etapa de gestión del nuevo gobierno un acuerdo social con sindicatos y empresarios que congelaría precios por un lapso –sería de 180 días– pero ya con variables actualizadas.
No obstante, en la oposición creen que podría aparecer una piedra que complique esa teoría, y paradójicamente sería que el candidato a jefe de Gobierno porteño por el Frente de Todos, Matías Lammens, obtenga un muy buen resultado electoral y obligue a ir a un ballottage al actual intendente Horacio Rodríguez Larreta. En ese caso, Macri no aceptaría tan fácilmente anunciar “malas noticias” hasta fin de mes para no perjudicar a Larreta con medidas negativas para el electorado que respalda al oficialismo, como el sector rural al que le prometió en reiteradas oportunidades que no volvería a subir las retenciones.
Un reciente análisis de Bull Markets Broker sobre lo que podría pasar a partir del 28 de octubre evaluó que “es muy probable que el kirchnerismo promocionado por el FMI busque empujarlo (a Macri) a una suba de retenciones” para “que el próximo gobierno asuma con caja para hacer frente a los compromisos inmediatos”. De acuerdo a sus estimaciones, subir retenciones al 35% para la soja, 20% al trigo y 15% al maíz generaría una recaudación máxima extra al año de US$ 1.800 millones con supercosecha 2018-2019. Para Bull Market, “una vez puesto el resultado electoral, es de esperar un mayor ritmo de liquidación por el miedo a un incremento de las retenciones; esperamos que Macri de perder y no poder lograr una segunda vuelta tome medidas con respecto al mercado de cambio por exigencia del kirchnerismo, pero no así con retenciones”. En Bull vislumbran que sería un gesto “al sector que más lo defendió y puede preparar su vuelta en 2021 o 2023”.
Dólares. En cuanto a la profundización del cepo, es una medida que en el mercado ya descuentan para “cuidar” las escasas reservas del Banco Central –el viernes terminaron en US$ 47.448 millones– y preservarlas para afrontar el exigente perfil de vencimientos de la deuda que se concentra en el primer semestre del año por alrededor de US$ 23 mil millones. La especulación es que se bajará el tope de hasta US$ 10 mil mensuales permitido para que las personas físicas compren moneda norteamericana a un rango de US$ 2 mil a US$ 5 mil. Un informe de LCG ilustró el deterioro de las cuentas de la entidad monetaria. “Desde septiembre el patrimonio neto del BCRA se mantiene en terreno negativo: -$ 330 MM”, indicó la consultora y explicó que el factor principal es “el efecto que implica valuar a precio de mercado las Letras Intransferibles (LI) que el Gobierno nacional le colocó al BCRA entre 2010 y 2015”.
En ese sentido, señaló que “el desplome de los títulos públicos post PASO erosionó el valor de las LI dentro patrimonio del BCRA, implicando una pérdida sensible por ‘diferencia de cotización’. En paralelo, la corrida contra el peso consumió buena parte de las reservas internacionales del banco, moderando el efecto positivo que tiene la devaluación sobre los activos netos del BCRA”.
En cuanto a la suba de naftas, un informe de Delphos Investment sostuvo que “el congelamiento del precio de los combustibles ya tiene impacto en la actividad de Vaca Muerta, foco de esperanza para un potencial gobierno de Alberto Fernández”, con lo cual prevé que “no se va a demorar mucho en que sincere este rubro”.
“La pregunta del millón es si el mismo será total, implicando un alza del precio de las naftas de más del 30%, o apenas parcial; esta segunda opción parece la más razonable desde el punto de vista político”.
La trilogía de la brecha
La renovada aparición de tensión financiera actualiza una tara que el think tank Ieral llama “la trilogía imposible”. Esta idea sintetiza “la imposibilidad de alcanzar de forma simultánea los objetivos de estabilidad cambiaria, control de la política monetaria y libre movilidad de los mercados de capitales” indica un trabajo que incluye el cuadro que ilustra esta página.
Según el trabajo, cuando las autoridades priorizan la estabilidad cambiaria y el libre movimiento de capitales financieros “deben resignar el control de la política monetaria por parte del Banco Central”.
Por otro lado, si buscan política monetaria y libertad de capitales “resignan estabilidad cambiaria”. En tanto, y como se ve en estos días, el trabajo indica que “el control conjunto del tipo de cambio (oficial) y de la política monetaria solamente es posible cuando se restringe el libre movimiento de los capitales financieros”.