ECONOMIA

“RRR”: la película de India que compró Netflix conquista al mundo

“Bollywood” es el término que, en el imaginario colectivo, conjuga a todas las películas de (y hechas en) India. La conjunción entre Bombay (hoy Mumbai) y Hollywood no es un significante vacío. “RRR”, el filme que adquirió Netflix, conquista al mundo y no tiene nada que envidiarle a Hollywood, se puede leer como una de las claves para entender un suceso que devolvió el público a las salas y atravesó las fronteras.

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BOLLYWOOD. El cine popular de la India no es un producto exótico, sino una industria que a veces supera al propio Hollywood | CEDOC

Para algunos puede ser una forma despectiva, burlona, de referirse a un cine que intentó copiar a Hollywood, sin contar con el presupuesto de las producciones hechas en la meca mundial del cine. Pero India no solo es el productor de cine más grande del mundo (en 2019 se produjeron 2.446 películas en ese país, contra 792 producciones hechas en Estados Unidos) sino que es la segunda industria cinematográfica más antigua de todas, solo detrás de Hollywood. 

“RRR”, la película épica que se estrenó en marzo en India, no solo se convirtió en un fenómeno local: rompió las barreras del mercado asiático, conquistó las boleterías del Reino Unido (donde se ubicó segunda en recaudación en la semana de estreno, compitiendo contra “Batman”) y Estados Unidos (tercera, frente al héroe de DC y “La ciudad perdida”, con Sandra Bullock), fue laudada por la crítica, recibió comparaciones con Marvel, y fue comprada por Netflix para ser distribuida en el resto del mundo. ¿Cuáles son las claves de este éxito masivo?

El título, “RRR”, en la película significa Rise (levántate), Roar (ruge), y Revolt (sublévate). Es la historia (ficticia) que une a dos héroes revolucionarios de la historia (real) de India, Alluri Sitarama Raju (con un look inspirado, en la película, en el Che Guevara y “Diarios de Motocicleta”) y Komaram Bheem. 

En “RRR” son capaces de proezas que desafían las leyes de la física, como si fueran figuras míticas, para realizar hazañas increíbles. En la vida real nunca se conocieron, aunque fueron contemporáneos, pero el cine los juntó para imaginarlos como grandes amigos que se juntan por accidente. El problema es que cada uno persigue una agenda que, en secreto, los hace enemigos. Uno trabajando en sigilo para el Imperio Británico, el otro en una misión para rescatar a una niña india secuestrada por la realeza de Inglaterra. 

En el caso de “RRR”, al éxito comercial lo acompañó también el éxito crítico. De todas formas, no hace ningún daño que la película haya recaudado decenas de millones de dólares en casa y en el exterior 

Fuera de la película, el título “RRR” sugiere otra cosa. Es cómo los seguidores de S.S. Rajamouli, el director, N.T. Rama Rao Jr. y Ram Charan, los dos protagonistas, apodaron al proyecto cuando se anunció que los tres iban a trabajar juntos. Rajamouli había dirigido, en 2015 y 2017, las dos películas de Bahubali que fueron exitosas en su país. India no solo tiene la antigüedad en la industria. 

En 2019 allí se vendieron 379 millones de entradas de cine, haciéndolo uno de los mercados que más consume películas en la pantalla grande (solo detrás de China y Estados Unidos). Es cierto que las entradas en India tienen precios más bajos que los de países como los de América del Norte o Europa, y que sus películas rara vez pueden trascender las fronteras para ejercer el impacto cultural de las mayores producciones de Hollywood. 
Pero eso podría cambiar.

Tollywood, no Bollywood

Los héroes que son amigos, pero parecen destinados a enfrentarse en el campo de batalla, tienen otro peso simbólico en India. 

En 2014 el estado donde nació el director, Andhra Pradesh, se dividió y se formó el estado de Telangana, por razones políticas y económicas, aunque ambos hablen la misma lengua, telugu, y —como sugirieron las funciones agotadas de “RRR”— comparten pasiones en común. La intención, confiesa Rajamouli, era unificar a las dos regiones a través de sus máximos héroes. El vehículo es el cine. 

Las películas bengalíes no se produjeron en Bombay, porque Tollywood es un término que precede a Bollywood. La tradición del cine producido en Bengala incluye nombres como Satyajit Ray, director de la trilogía de Apu y otros clásicos, admirado por Martin Scorsese, Steven Spielberg, François Truffaut, Akira Kurosawa y Carlos Saura, entre otros. 

Amo ver las películas de Marvel, pero no sería capaz de dirigir una de esas porque tengo una sensibilidad diferente: crecí con la mitología de India 

El cine de Tollywood, como después lo hizo Bollywood, no solo desarrolló identidad propia. Producto de la hibridación cultural antes de la llegada de Internet, rescató lo mejor del cine de la primera época de oro de Hollywood, donde reinaban los musicales y las producciones faraónicas llenas de extras y decorados inmensos. 

El cine industrial indio es una amalgama que remite a un período, lugar y tiempo determinado, pero consiguió su propio estilo.

Había una vez en India

En el juego de influencias y asimilación cultural, cineastas ingleses como Richard Attenborough y David Lean, con Gandhi y Pasaje a la India, también filmaron la colonización británica en India. Aunque esos dos títulos, y varios más, como “Una aventura Extraordinaria”, de Ang Lee, y “Slumdog Millionaire”, de Danny Boyle, son películas que ambientadas en India (que, incluso, toman algunos elementos de forma y fondo de ese cine), fueron nominadas o ganaron el Oscar, ninguna película de India (hasta la fecha) consiguió el premio. 

En “RRR” los revolucionarios planean usar las armas de los colonos como herramientas para su propia liberación. Algo similar a lo que ocurría en “Lagaan”, la película India nominada al Oscar en 2002, donde un grupo de indios se animaba desafiar a los ingleses a un juego de criquet. La épica de cuatro horas, que compitió con “El Hijo de la Novia” por el Oscar, era en parte película deportiva, musical, melodrama y comedia. Aunque fue un éxito, perdió el premio contra “Tierra de Nadie”, la película de Bosnia.

Los vengadores del cine indio

“RRR” costó 75 millones de dólares (la película más cara en la historia del país asiático) y en solo seis días recaudó más de 88 millones. El director no esconde que sabía que la película iba a ser un éxito: “Por eso gastamos tanto en hacerla. Porque sabíamos que teníamos las estrellas y la historia emotiva, pero no podíamos predecir el éxito en otros países”. 

Eso explica por qué decidieron posponer la fecha de estreno original, en 2020, cuando se desató la pandemia, y por qué el estreno en marzo de 2022 devolvió al público indio a las salas cuando reabrieron sin límites de capacidad.
Al éxito comercial también lo acompañó el éxito crítico. En RottenTomatoes, el sitio de Estados Unidos que acumula críticas de medios especializados para formar un consenso en forma de porcentaje, “RRR” (con 91% de críticas positivas) superó a “Avengers: Endgame” (90%) y ya se ubicó como una de las mejores de este año. 

Cuando le preguntaron a Rajamouli si estaría dispuesto a dirigir una película de los superhéroes de comics, respondió: “Crecí con la mitología de India y con su historia. Amo ver las películas de Marvel, pero no sería capaz de dirigir una de esas porque tengo una sensibilidad diferente. Lo que espero es llevar mis historias de India, la mitología de India, al nivel de Marvel. O incluso más”.

Publicado originalmente en El Economista