El turismo receptivo, ventas de servicios de call centers al exterior, organización de congresos internacionales, exportaciones de cuero, entre otros negocios que nacieron con el modelo del dólar alto, se quedaron sin rentabilidad a medida que la competitividad cambiaria fue erosionada por la inflación. A esto se suma el cierre de casas de cambio, de ventas de importados y la reducción de los negocios de las inmobiliarias que producen el cepo al dólar y las trabas a las compras al exterior.
Algunos ejemplos: en 2008, la industria de los call centers que venden servicios a terceros empleaba a 70 mil personas. Hoy la Cámara Argentina de Centros de Contacto estima que esa cifra cayó a 56 mil. “Por alza de costos y pérdida de competitividad, sumado a que la mayoría de las ventas se realizaban a los EE.UU, y España, golpeada por la crisis, casi no hay servicios de exportación”, explicó Mario Miccelli, integrante de la cámara. Chile, Colombia y Perú son los países en los que se relocalizan los puestos perdidos en la Argentina.
El turismo receptivo es otro ejemplo. La Argentina se hizo más cara en dólares para los extranjeros. El año pasado su gasto en el país cayó 11,9% a US$ 3.095 millones. En febrero pasado esa caída fue de 19,2% cuando se la compara con igual mes de 2012. En el segundo mes del año arribaron 177 mil turistas, 14,9% menos que en febrero del 2012. Los brasileños que poblaban los principales shoppings porteños acentuaron la tendencia: llegaron 31,4% menos que en febrero del año pasado.
La Argentina no es sólo más cara, es también más difícil y complicó al negocio de los congresos internacionales. Juan Carlos Grassi, director de la editorial Ferias & Congresos, que releva la actividad del sector, estima que el año pasado los congresos internacionales cayeron 20%.
Marcelo Elizondo, de la Consultora DNI, explica que además de la suba de costos, el cepo cambiario complica el pago a conferencistas extranjeros.
Pero sin lugar a dudas, los negocios relacionados al comercio internacional fueron los más afectados, sobre todo, por la inflación. Elizondo analizó que entre 2003 y 2006 (con baja inflación) las exportaciones crecieron un 55%, con un promedio anual del 13,8%. En el período transcurrido entre 2007 y 2012 (en mayor cantidad de años), las exportaciones crecieron un 44,8% y el alza promedio anual fue del 7,5%. “Hay rubros cuyas exportaciones han crecido pero mucho menos que el promedio. En un lapso en el que han crecido los precios internacionales y la demanda externa, haber crecido poco en las exportaciones es parecido a un descenso en las ventas. Es ejemplo de esto pieles y cueros”, se asegura en un informe de DNI.
Pero además, hay rubros que claramente exportan menos que en 2005. En medio del crecimiento general y alzas del comercio en precios y cantidades, decrecer en ventas externas habla de un claro fracaso como el de las exportaciones de carburantes, petróleo crudo, carnes y sus preparados, gas de pe tróleo.
Y este análisis se concentra en los principales rubros exportadores argentinos. “Hay muchos otros de menor relevancia que han descendido, especialmente por estar en manos de PYMES cuya escala y competitividad se ha visto afectada”, asegura Elizondo.
Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina comentó en un encuentro organizado por Coface la semana que “está faltando una estrategia nacional exportadora más agresiva”, toda una declaración en tiempos en que el empresariado se destaca por tratar de no mostrar desacuerdos con el Gobierno.