El presidente del Banco Central Guido Sandleris anunció este miércoles 4 de diciembre que presentó su renuncia al cargo, la cual se hará efectiva a partir del 10 de diciembre próximo en una conferencia de prensa en la que trazó un breve análisis de la situación económica durante su gestión. Fue un balance en el que dejó entrever cierto sabor amargo de tener dejar la conducción de la entidad monetaria tras un año y dos meses por el recambio de un gobierno de distinto signo político.
“En la mayoría de los países del mundo el mandato de las autoridades de los bancos Centrales no coincide con la duración de los mandatos presidenciales. Esto permite que haya una continuidad de la política monetaria independientemente de los resultados electorales” comparó. Y afirmó es una de las razones “que ha contribuido a que la mayoría de los países del mundo pueda vivir desde hace tiempo con baja inflación”.
“En nuestro país, más allá de que la ley así lo establece, esto no sucede”, lamentó.
A Sandleris que llegó al BCRA el 25 de setiembre de 2018 en reemplazo de Luis Caputo, le hubiera gustado seguir en el cargo, según cuentan en su entorno, pero el presidente electo Alberto Fernández, hace semanas que públicamente le bajó el pulgar.
Al balance de Sandleris le faltó autocrítica a la hora de evaluar las causas del fracaso en una de las metas prioritarias de la entidad que era bajar la inflación, que este año se estima que finalizará en 54,6%, según las proyecciones de los analistas que participaron del REM. La cifra más alta desde 1991. Admitió que existieron “errores” por la premura en la toma de algunas decisiones, pero no mencionó ni uno.
“Creo es un poco pronto para que pueda hacer una autocrítica completa, seguro sin lugar a dudas cometimos errores cuando uno en un contexto muy volátil como el que nos tocó vivir este último año y medio toma decisiones de política económica muchas veces con información limitada, hay que tomar decisiones rápidas”, argumentó Sandleris, quien pidió , “tomar un poco de tiempo y distancia para hacer una autocrítica”.
No hizo referencia a las tasas asfixiantes que deja de herencia como resultado del restrictivo plan monetario que puso en marcha el 1 de octubre de 2018 que ahogaron el crédito para las familias y empresas, y profundizó la recesión. La tasa tuvo un pico de 74% y se despide en 63%.
“Nuestra economía sigue en recesión, la inflación se ha elevado y hemos vivido meses de fuerte volatilidad financiera. Producto de circunstancias adversas y errores cometidos, los resultados económicos están, sin duda, por debajo de lo esperado”, reconoció. No obstante, una vez, achacó esta situación en gran parte a “la falta de consensos políticos”.
“No hay esquema monetario que pueda ser exitoso en reducir la inflación sin que contemos con algunos consensos políticos básicos,que son los que garantizan su continua implementación en el tiempo. Un elemento clave para bajar la inflación es equilibrio fiscal intertemporal, y sin que haya un fuerte compromiso de que eso va a continuar en el tiempo es muy difícil que una política monetaria pueda anclar las expectativas lo suficiente”.
“Cuando esos consensos básicos políticos acerca de algunos principios económicos básicos no están, los procesos electorales pueden generar mucha incertidumbre, es lo que vimos en los últimos meses”, razonó.
A la hora del balance de los números, tampoco develó un dato crucial: cúal es el colchón de reservas netas que heredará el próximo gobierno para afrontar los vencimientos de deuda que suman cerca de unos US$15 mil millones de acá a abril. Según los cálculos privados, las reservas
netas que recibirá Alberto oscilaría entre US$10.000 y US$ 12.000 millones . “El dato de reservas netas no es público” justificó Sandleris, aunque aseguró que el monto “está sustancialmente por encima” del que recibió el actual gobierno en diciembre de 2015. Pero faltó decir que en aquel momento no existía la urgencia de atender el frondoso pago de deuda con acreedores privados, ni el abultado endeudamiento con el FMI.
Sobre esta última cuestión, consultado sobre qué recomendación le daría al gobierno de Fernández para encarar la negociación con el organismo internacional, Sandleris evitó dar un consejo. “Lo único que diría es que con el FMI siempre hay que tener un poco de paciencia, tiende a ser muy burocrático”, concluyó.
M.F / H.B / D.S.