Un informe de Anker Latinoamérica, consultora del exministro de Finanzas y titular del Banco Central, Luis Caputo, y el también exfuncionario Santiago Bausili, al que pudo acceder el portal Bloomberg Línea, analiza la viabilidad de la propuesta de dolarizar la economía.
No obstante, la conclusión del documento está lejos de ser un apoyo explícito al sueño de Javier Milei. De todos modos, lo consideró “no imposible”, lo que constituye un avance para la propuesta, observándola desde la vereda de enfrente donde se desestima.
“Creemos que la dolarización es una alternativa de difícil implementación, que requiere una arquitectura legal y financiera compleja, pero no imposible de llevar adelante”, señala el documento que alimenta el sueño del candidato a presidente por La Libertad Avanza.
¿Es posible dolarizar a la economía argentina?
El documento se centra en la búsqueda de hacer un aporte al debate basándose en argumentos “a favor de la necesidad de contemplar un esquema monetario/cambiario alternativo”, como también analizar aspectos relacionados con “la factibilidad de su implementación”.
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Sin embargo, según el informe, el origen del problema para concretarlo es la falta de equilibrio fiscal que, debería constituir la columna vertebral del próximo programa económico.
“Es importante entender que los problemas económicos que sufre el país desde hace décadas tienen su origen en el hecho de que el Estado consistentemente gasta más de lo que recauda. La inflación, el dólar o la crisis de deuda son las consecuencias de la forma en que se financia el déficit”, indica Anker.
“Dado que el financiamiento monetario genera inflación y suba del dólar”, y que “el financiamiento con deuda genera crisis de repago”, desde la consultora marcan que “estas medidas reiteradas por décadas han erosionado la credibilidad del país”.
En ese sentido, concluyeron que en Argentina no funcionan “las herramientas tradicionales de policy Making con la que cuenta la gran mayoría de los países que no han cometido estas torpezas”. Todo ello, agregó el informe, “hace aún más difícil la resolución de nuestros problemas”.
“El abuso de financiamiento del déficit fiscal vía emisión monetaria ocurrido durante la administración actual ha resultado en la acumulación de un stock de pasivos remunerados en el balance del Banco Central que representa una amenaza para la estabilidad económica”, sostienen los economistas de Anker.
“La opción de volcar esos pesos en el mercado podría sumergir al país en una hiperinflación, pero mantenerlos en el balance del Central representa un costo cuasi fiscal de más de $1 billón por mes” y según indica el documento, “resulta esencial implementar un esquema monetario que sea consistente con el esfuerzo fiscal requerido y que ayude a mitigar la amenaza candente del excedente de pesos”.
La resolución del problema
Para la consultora, resolver el problema a través de un programa que apunte al equilibrio fiscal, la libre flotación cambiaría sin cepo y metas de inflación: “es una alternativa sumamente riesgosa” a la que los economistas de dicha firma no suscriben.
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“No estamos diciendo que no pueda funcionar, sino que puede no funcionar; paradójicamente, un lujo que un próximo gobierno no puede darse si el objetivo es convencer a la población de que es el camino correcto”, señalaron al respecto.
Ante el panorama, consideraron que el “desafío está en encontrar un esquema monetario que ayude a resolver el problema de la sobre-emisión de pesos y el stock de pasivos remunerados sin correr el riesgo de basar el modelo de equilibrio general en una recuperación acelerada de la demanda de dinero, que podría no materializarse”.
Aparece la dolarización
“Es aquí donde surge la dolarización, como un esquema monetario/cambiario alternativo que busca eliminar dicha dependencia en la recomposición de la demanda de pesos”, añade el informe antes de aclarar que, “no es el único régimen que obedece a este objetivo, pero sí el que se propusieron a analizar dado el carácter público que ha tomado el debate”.
El documento destaca como principal beneficio de la dolarización la reducción de la inflación de manera más rápida que otras alternativas de política monetaria. “Lograr una desaceleración de esta magnitud en la inflación resulta muy difícil con otros esquemas de política monetaria, incluso cuando son parte de un programa de estabilización creíble”, agrega.
No obstante, remarca la consultora: “La dolarización no es una solución mágica a los problemas del país” ni viene a resolver la raíz del problema que es el déficit fiscal; aunque sí permitiría anular una de sus fuentes de financiamiento y motor de la inflación: el financiamiento monetario”.
El proceso de dolarización
El estudio recuerda que para ejecutar la dolarización se requiere que el Banco Central disponga en su activo la cantidad de dólares suficientes para transformar todos sus pasivos en pesos (La base monetaria compuesta por el circulante y los encajes no remunerados, las Leliqs y los Pases Pasivos) a dólares, a un tipo de cambio similar al libre.
“Si el cociente entre los pasivos en pesos y los activos en dólares fuera muy diferente al tipo de cambio libre, la dolarización no tendría sentido alguno, y nadie que esté proponiendo este esquí monetario ignora esta condición. Es decir, está descartada la dolarización a cualquier precio”, señalaron desde Anker.
El desafío entonces estaría en encontrar la combinación de activos necesarios y la arquitectura legal y financiera adecuada, que permita al país realizar esta conversión que, a modo de ejemplo, hoy sería un tipo de cambio de entre $400 y $500.
Entonces, con datos al 17 de mayo, sostiene Anker, la suma de la base monetaria y los pasivos remunerados ascendía a $20 billones. “Esto implicaría que, por ejemplo, a un tipo de cambio de $490 el BCRA debería disponer de activos en dólares por US$ 40.800 millones”, explicaron.
¿De dónde saldrían esos fondos?
Anker toma como supuesto inicial que el Central no contaría con reservas netas líquidas disponibles para la implementación de una dolarización, tal como es la situación de hoy. Esto implica que haría falta financiarla.
“El BCRA cuenta con activos en su balance por un valor nominal mayor a US$ 84.000 millones” y aclaran: estos pasivos no deben ni pueden venderse al mercado, pero sí pueden constituir la materia prima de una arquitectura financiera que permita el acceso a nuevos dólares”.
“Como por ejemplo, se podría aportar los activos del BCRA y del FGS a un fideicomiso de jurisdicción extranjera que podría utilizar estos activos como colateral para la obtención de nuevo financiamiento”, sostiene.
SE / LR