El clásico reproche de la sociedad en las campañas electorales, la falta de propuestas concretas para salir de la crisis económica, tuvo en la actual carrera presidencial una excepción.
Javier Milei puso sobre la mesa su plan de dolarización, apoyado en su idea de impedir que la emisión monetaria "de los políticos" siga fogoneando la inflación.
En medio de críticas y desconfianza por parte de la mayoría de los economistas, que consideran que dolarizar es inviable, el candidato libertario sorprendió con la designación de los ex funcionarios Roque Fernández y Carlos Rodríguez como asesores en busca de aval político e intelectual para su idea.
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Rodríguez ofreció una serie de entrevistas en las que corrió el velo sobre la dolarización. Señaló, sin demasiadas vueltas, que Milei no tiene un plan definido, que basa su idea en una serie de proyectos y papers hechos por otros economistas.
Calificó como imposible imponer la dolarización el año próximo. Sobre algunas de las expresiones del candidato, como la idea de derogar el funcionamiento del Banco Central, dijo que "son cosas que se dicen en campaña", minimizando la posibilidad de que puedan ocurrir.
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En lo que sí fue muy concreto, fue en algunas medidas imprescindibles para que la Argentina dolarice su economía. La primera es un Plan Bonex para aquellos que tengan depósitos en pesos, como una vía para rescatar esos depósitos.
La segunda es un blanqueo de los dólares que están en el colchón; Rodríguez asegura que una vez lanzado el plan, los dólares que están fuera del sistema van a volver, siempre que no haya penalidades.
JL
