Cuando el billete de $2 mil –el de mayor denominación hoy en Argentina– empezó a circular, ya tenía muy poca capacidad de compra. Alcanzaba en ese momento, según un relevamiento de PERFIL, para comprar 4 kilos de azúcar, 1,5 kilos de tomate perita o 5,7 litros de leche. Hoy ese mismo billete podría comprar 1,5 kg de azúcar, 500 gramos de tomate perita o 1,5 litros de leche; es decir, perdió al menos tres veces su capacidad de compra.
Si se toman en cuenta los mismos productos en la medición actual, los billetes de $10 mil y $20 mil que planea lanzar el Gobierno alcanzarían para comprar, a precios de hoy, 7 kilos de azúcar, 3 kilos de tomate perita o 7 litros de leche y el doble con un billete de $20 mil.
Según afirmó en ese momento a este medio el economista Damián Di Pace cuando se lanzó el billete de $2 mil, “tendría que tener un valor de $25 mil para recuperar el poder adquisitivo que tenían los billetes de $1000 cuando se lanzaron en 2017”. Pero, un año después, y con una inflación que corre al 276,2% interanual, el de $2000 sigue siendo el de mayor poder de compra.
La pérdida del poder adquisitivo puede verse en el siguiente ejemplo: cuando se anunció, el billete de $2 mil alcanzaba para comprar dos kilos de yerba, mientras hoy para comprar un solo kilo hacen falta dos de esos mismos billetes, con lo que el poder de compra en ese producto se redujo cuatro veces.
Como un reconocimiento a la necesidad de un nuevo billete y a los altos índices de inflación, el Gobierno anunció, a fines de 2023, que se iban a imprimir billetes de mayor denominación en el mes de marzo. En ese momento el argumento fue que la gestión anterior se negaba a imprimirlos para “no convalidar la sensación de escalada de precios”.
Esta semana se confirmó que los billetes de $10 y $20 mil que fueron aprobados por el Banco Central en enero estarán disponibles en los cajeros a partir de junio. Para ese entonces habrá que esperar los datos inflacionarios de marzo, abril y mayo, que seguirán erosionando el poder adquisitivo de los billetes, que desde el anuncio inicial llevarán seis meses de retraso. Pero, a precios de hoy, un paquete de 36 pañales tiene un precio promedio entre los $16 mil y los $19 mil.
Lo cierto es que la inflación sigue corriendo y los billetes de $10 mil y $20 mil empezarán, tal como su antecesor de $2 mil, devaluados. De acuerdo con los datos de consultoras privadas, la inflación de marzo rondará entre el 12% y el 14%, con lo que se mantendrá en dos dígitos y seguirá erosionando el valor de los billetes por nacer.
El billete de mayor denominación en Argentina tampoco alcanza a cubrir los gastos de un solo día para una familia tipo. Según el Centro de Educación Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC) una familia necesitó en febrero, en CABA, casi $950 mil para sus gastos mensuales, lo que equivale a un presupuesto diario de $31 mil.
Según un relevamiento de PERFIL y en base a los últimos datos del Indec, es muy poco lo que se podrá comprar con los nuevos billetes de curso legal: con un billete de 20 mil pesos se puede optar por comprar 1,5 kilos de café o 3 kilos de asado. Y, con el correr de los días, el billete más alto que tendrá Argentina alcanzará cada vez para menos.
Los billetes, aprobados por el Banco Central en enero, tienen el objetivo, según el comunicado oficial, de facilitar las transacciones y hacer más eficiente la logística del sistema financiero, algo que los comerciantes y empresarios reclaman desde hace tiempo.
El billete de $20.000 tendrá la imagen de Juan Bautista Alberdi. El de $10 mil tendrá las caras de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle, heroína de la Guerra de la Independencia. Ambos conservarán el tamaño de los billetes en circulación y serán impresos en papel de algodón, con sus resguardos tradicionales como la marca de agua y el hilo de seguridad.
