En China ya volvieron hasta los más chicos. En Corea hubo un rebrote y se pospuso una semana. Y en distintos países europeos ya lo hicieron y otros lo estudian para los próximos días: la vuelta presencial a las escuelas promovió que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicara un extenso documento con indicaciones de higiene y seguridad, en el que destacan, entre otras cuestiones, el distanciamiento social, un horario especial para lavado de manos y el dictado de clases al aire libre, entre otras recomendaciones. Y hacen hincapié, además, en que hay que tener en cuenta la edad de los alumnos: los chicos más pequeños pueden encontrar más dificultad en mantener los distanciamientos de un metro”, ejemplifican.
El otro énfasis está puesto en educar sobre la importancia de la prevención: “Más allá de un lavado de manos apropiado y frecuente, el uso de tapabocas si es obligatorio y saludarse sin contacto, hay que explicar a los niños de qué se trata la enfermedad y cómo actuar ante los síntomas”, explican.
Prevén un regreso a clases "mixto" y sin calificaciones
La desinfección del entorno escolar y el acceso al agua y jabón o alcohol en gel son también obligatorios. “Se deben limpiar y desinfectar las superficies que se tocan con frecuencia, como los picaportes, bancos, juguetes, marcos de las puertas, interruptores, libros y material didáctico utilizado por los niños”, detalla el documento. Y para limitar las áreas de exposición y contagio, dicen, “hay que aumentar la limpieza de vestuarios y patios, limitar el número de personas y establecer la circulación unidireccional de los deportistas”.
Con respecto al transporte, sugieren que haya “sólo un niño por asiento y al menos un metro de distancia entre los micros, más llevar siempre las ventanillas abiertas”. También resalta la importancia de la comunicación con las familias y llevar al día el control de las vacunas que tienen los alumnos que asisten.
Recreos y aulas. Dentro de las aulas, la OMS recomienda mantener una distancia de al menos un metro, aumentar el espacio entre los escritorios de los alumnos para que haya al menos un metro también entre ellos, además de escalonar los recreos y los descansos para comer ("una alternativa es comer en el escritorio"). Limitar la mezcla de clases en las actividades escolares y después de clase y aplicar un protocolo de entrada y salida de las aulas (siempre que no haya más de una entrada). Si fuera posible, sugieren, “aumentar la cantidad de profesores para que haya menos alumnos por aula, ampliar el horario de la educación secundaria y promover las clases al aire libre”.
Otra de sus alternativas es mantener el aprendizaje a distancia todo lo posible: “Si la educación virtual no es posible, invite a los estudiantes a llevar libros de texto a casa. Considere la transmisión de lecciones por radio o televisión, organice un sistema de mentores que den apoyo (hermanos mayores en casa o con amigos por teléfono). Hay que crear conciencia para garantizar que los estudiantes no se reúnan y socialicen al salir de la escuela y en su tiempo libre. Y obviamente, evitar las aglomeraciones en la recogida en la escuela o guardería y evitar que acudan los abuelos”, explican.
Los nueve desafíos para la vuelta a clases
¿Y los controles? El organismo enfatiza la importancia de controlar algunos factores a medida que se vayan aplicando las medidas para medir su efectividad : "¿Qué tan bien ha podido el colegio desarrollar estrategias de educación virtual? ¿Qué proporción de niños se ha alcanzado? ¿Cuál es la devolución de los estudiantes, padres y maestros?
El organismo señala que hay que fijarse en los efectos de las políticas y medidas sobre los objetivos educativos y los resultados del aprendizaje, así como sobre la salud y el bienestar de los niños, hermanos, padres y otros miembros de la familia, y observar "la tendencia en el abandono escolar después de levantar las restricciones". Lo que sí queda claro es que, al menos por mucho tiempo y no importa dónde, nada volverá a ser como fue.
