Este próximo viernes 15, el Consejo Federal de Educación se reunirá en forma virtual, entre otras tareas, con el objetivo de ratificar algo que ya se anunció la semana pasada en algunas jurisdicciones -la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Misiones a la cabeza- y que el ministerio nacional impulsa para tratar de unificar criterios en materia educativa de cara a los próximos meses, que se auguran sin clases presenciales por lo menos hasta el mes de agosto o septiembre: mientras las escuelas sigan cerradas, los alumnos de los tres niveles obligatorios no recibirán calificaciones.
Esto incluye tanto notas expresadas en forma numérica como conceptual: las calificaciones que los maestros harán de sus estudiantes serán “formativas”. Es decir, registrarán avances en los aprendizajes y devoluciones capaces de promover -de docentes a alumnos- más aprendizajes y procesos efectivos para tener en cuenta cuando se retome el dictado presencial, pero no servirán para determinar si un alumno pasa o no de nivel, dado que el ciclo lectivo 2020 se integrará y articulará contenidos con el de 2021 y, de ser necesario, con el de 2022.
Lo que sí está claro es que, una vez que se determine ese regreso físico a las escuelas, en principio proyectado para pasados los meses fuertes del invierno -siempre y cuando las condiciones epidemiológicas lo permitan-, esos saberes que en este primer semestre del año no fueron calificados de la forma tradicional serán redeterminados en función de la necesidad de cada curso.
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La forma de regreso a clases, cuando tal cosa suceda, será escalonada -con divisiones de alumnos en forma tal que permita mantener, especialmente en los niveles iniciales y primarios, el distanciamiento social a través de menos cantidad de alumnos por aula- y contemplará que la forma de estudiar, al menos este año, se convierta en mixta: habrá clases en la escuela algunos días de la semana y los otros (siempre hablando de lunes a viernes) los alumnos lleven tarea a sus hogares y continúen con su formación de forma virtual, como hasta ahora.
También se evalúa que las jornadas presenciales respeten la totalidad de horas que tenían hasta antes de la suspensión de las clases, el 13 de marzo, para garantizar que los alumnos puedan hacer uso de todas y no haga falta agregar más carga horaria a ningún docente.
En el caso de quienes están finalizando ciclos -no en el nivel inicial, pero sí en primaria y secundaria-, el gobierno estudia aún de qué forma se hará ese pase de nivel: si integrando ciclos lectivos, si extendiendo la continuidad de los mismos o determinando una forma particular para cada uno de ellos.
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Se está pensando también en cómo se implementarán módulos específicos para quienes estén terminando la secundaria, que -según se conoció la semana pasada- serían los primeros en volver. La prioridad estará puesta también en los niños y niñas que comienzan con su proceso de alfabetización.
Lo que está determinado casi con seguridad es que el primer ciclo de primaria -que abarca primero, segundo y tercer grado- se articule de forma tal que pueda armarse una sola unidad pedagógica que asegure la continuidad de los contenidos. Hasta ahora, la resolución 174 (2012) del Consejo Federal de Educación contemplaba esa opción para primero y segundo grado. También habilita la “promoción acompañada” en primaria y secundaria, para pasar de curso pero garantizando acreditación de saberes pendientes.
