OPINIóN
Pandemia por Coronavirus

Estudiar en casa: cómo convencer a los chicos de volver a la escuela

Es momento de pensar en una escuela que potencie sus vínculos a través de propuestas pedagógicas que rompan con lo automático. Cambiar más desde lo humano que desde lo edilicio.

escuela clases
El Gobierno decidió suspender las clases por al menos 14 días hasta el 31 de marzo para evitar la propagación del coronavirus que afecta al mundo entero. | AFP

Antes de cumplirse la primera semana de la suspensión de clases, se declaró el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Sin dudas, esta pandemia está modificando muchas variables culturales en todos los aspectos: trabajo, convivencia, prioridades y valores sociales a la cabeza. Y junto a ellos, la escuela.

La propuesta, tanto a nivel nacional como provincial, es clara: acompañar a la comunidad educativa desde todos los lugares que se pueda, poniendo a disposición una serie de recursos que permiten desarrollar estrategias de enseñanza a la distancia. Tal como afirmó el ministro de Educación, Nicolás Trotta, en su cuenta de Twitter: “La escuela es irremplazable pero estos momentos extraordinarios necesitan que transitemos nuevos caminos y estrategias para fortalecer el vínculo con nuestros estudiantes”.

Hay 2 mensajes muy importantes en esta frase: por un lado, la escuela irremplazable y por el otro, el vínculo con nuestros estudiantes. Ambas tienen una relación directa: es momento de pensar en una escuela que potencie sus vínculos a través de propuestas pedagógicas que rompan con lo automático.

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No hay recetas. Como nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, existe la posibilidad de que muchos estudiantes tengan el deseo de volver rápidamente, pero estos no son tiempos donde el único lugar para “verse” o “acceder a ciertas cuestiones” (libros, computadoras, televisores) es la escuela. Todo lo contrario, cada vez hay más espacios para estar cerca aún en la distancia.

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Vamos a tener 15 días, como mínimo, donde los estudiantes van a levantarse de la cama un poco más tarde, trabajar desde el espacio físico que quieran, con menos control de tiempo, tomando y comiendo mientras estudian, utilizando aplicaciones desde sus dispositivos y con más tiempo de ocio. ¿Cómo pedirles que vuelvan a la escuela?

La escuela es irremplazable y tiene mucho para dar. Y cuando digo escuela es una metáfora, porque somos quienes habitamos la misma los que tenemos mucho para dar aún. Pero este virus nos pone frente a un enorme desafío: tenemos que romper con lo automático, revisar nuestras propuestas y, por sobre todo, fortalecer nuestros vínculos para que sean ellos los sentidos por los cuales todos tengamos el deseo de volver a habitarla.

¿Es momento de transformar la escuela? Como nunca en otros tiempos, frente a muchísimos supuestos y tensiones, es momento de cambiar muchas cosas. Lo principal siempre será que ningún estudiante se nos quede en el camino: hay que generar las condiciones para que todos puedan terminar la escuela. Y esas condiciones no implican solamente que tengan acceso a tecnologías, sino una escuela humana, con vínculos más fuertes que nunca.

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Luego, es momento de trabajar en equipo, involucrar a los docentes para que sean parte de un renacer de la institución: generar propuestas integrales, significativas y de enseñanza poderosa. Para ello, nada puede hacerse solo. Hay que generar una cultura de diálogo en la escuela, orientado a la tarea y a mejorar las estrategias.

Y una última idea: el desafío de la próxima escuela es que sea una institución que pueda cambiar más desde lo humano que desde lo edilicio. Dejemos de buscar las aulas del futuro y comprendamos que es necesario un renacer más profundo donde los accesorios estén al servicio de las propuestas pedagógicas.

(*) Licenciado en Educación. Asesor Didáctico. Director de Pegmata. Profesor UBA. En Twitter: @PabloEisbruch