Primero, en medio de un clima triunfal, festejó Cambiemos. Después, cerca de las 4.30 de la madrugada lo hizo Cristina Kirchner. "Nunca pensé que iba a tener que pedirles perdón por este bochorno que se ha cometido", dijo al "celebrar” un empate técnico en la elección bonaerense.
"Esto que hemos vivido hoy, montar un show para que salga en el prime time de la televisión, como si se tratara de un timbreo, es por sobre todas las cosas una ofensa a la democracia y a todos los ciudadanos que fueron a depositar su voto que se merecían saber cuál era el resultado en la provincia de Buenos Aires", sentenció. "El resultado es que hemos ganado las elecciones, Unidad Ciudadana", insistió.
El mal estar en el kirchnerismo iba más allá de los datos que arrojaba el escrutinio. El resultado final no es el que esperaba el entorno de la ex mandataria pero más molestó el retraso en la publicación de los datos. A esto, se suma que la mesa nacional del Gobierno salió a celebrar a las nueve de la noche, cuando la diferencia era de ocho puntos y faltaban cargar las mesas de la tercera sección electoral.
El fantasma apareció: ¿Hubo manipulación de datos? ¿Planchó el Gobierno la elección? ¿Retrasaron el escrutinio para que Macri se vaya a dormir ganador? Lo cierto es que en las dos horas posteriores a que Macri escenificara su rutilante triunfo, la brecha entre los candidatos se redujo de casi 7 a casi cero.
Según dijeron fuentes muy del entorno de Indra, la polémica empresa española que maneja los escrutinios provisorios desde 1997, "es normal que se retrase el escrutinio".
"Desde que nos hicimos cargo de las elecciones nunca cargamos el 100 por ciento de los datos", aclara. "Siempre publicamos el 95-97% porque algunos telegramas no llegan y además muchos deben ser revisados porque son ilegibles", agrega esta fuente.
"Cuando los telegramas llegan escaneados desde el correo la persona que los recibe lo sube al sistema. Lo mismo hace otra persona del correo. Si los dos coinciden, es decir, los datos que estaban en el telegrama eran iguales, esos votos se computan", detalla la especialista a la hora de despejar cualquier tipo de sospechas sobre el desempeño de Indra. "Si los telegramas son distintos, una persona se fija cual era el problema porque a veces los números son ilegibles y se confunden", comenta.
"Si no puede resolver el inconveniente la empresa no interpreta datos por lo que no son cargados y van directo a incidencia definitiva, es decir decide la justicia electoral", subraya. "En 2015 pasó lo mismo", insiste.
En sintonía con Cristina quien salió a criticar la carga de votos fue Néstor Pitrola. "Hasta la madrugada no se conoció cuál era el resultado de la provincia (de Buenos Aires). Nosotros hicimos una conferencia a las 10 de la noche y teníamos el 12 por ciento de (los votos escrutados en) la provincia de Buenos Aires. Una manipulación total", enfatizó Pitrola.
Por su parte, Adrián Pérez, secretario de asuntos políticos del Ministerio del Interior, rechazó de plano las denuncias del kirchnerismo. "Ya no hay más telegramas para cargar, va a quedar en ese número. Hay 6 mil votos de diferencia en 9 millones de votos, o sea, no hay diferencias. Hay 38 mil votos que son recurridos o votos de comando que van directamente al definitivo", explicó.
"Hay un empate técnico que está dando 34,19 por ciento (para Cambiemos) y 34,11 (para Unidad Ciudadana)", sentenció. "Se evidenció una paridad absoluta, un empate técnico que lo va a definir la justicia en el escrutinio definitivo", aseguró.