ELOBSERVADOR
jESUS oRLANDO cAPELLINI

“El gobierno estaba comprometido con la guerrilla”

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—¿Por qué decide dar el golpe de Estado?
—Se consideró agotado el proceso del momento. El gobierno apoyaba el terrorismo porque estaba comprometido con la guerrilla.
—¿Cuándo comenzó a planificar la acción?
—Muy poco tiempo antes. Eramos tres o cuatro y les dije: no aguanto más, si hasta tal fecha no hay ninguna resolución, me declaro en rebeldía. El deterioro de la república era espantoso. Pensé que en ese momento las Fuerzas Armadas le iban a decir a la señora presidenta: renuncie y que se haga cargo Italo Luder. Si él hubiera agarrado, el país se salvaba. No lo hizo.
—¿Por qué se sublevó con tan poco apoyo?
—Lo íbamos a hacer diez días antes. Pero justo en ese momento llegó a Morón un avión de fuera con pasajeros y no pudimos. Yo ya estaba ahí. Se enteraron y ahí vino mi baja. Estaba convencido. Lo hice queriendo defender a la patria, no para mí, porque yo me iba de la Fuerza. No lo había hablado con ninguno de mis superiores, pero sí con dos oficiales de la Armada y el Ejército. Pensé que me iban a apoyar, porque estaba agotado el proceso político. Videla estaba afuera del país. Entonces lo llamé a Viola y le dije que se hiciera cargo del Ejército. Me respondió que hasta que no volviera Videla no harían nada.
—¿Por qué querían sacarlo del medio a Fautario?
—Con él, todo el mundo tuvo sus encontronazos. Era muy autocrático y manejaba la Fuerza con una arbitrariedad absoluta. No era el comandante en jefe para el momento, porque tenía muchos conflictos. No tenía buen feeling con los demás. Era una piedra en el camino para el golpe. No sabíamos si era isabelista o no. Nuestro planteo era que lo sacaran de rebote.
—¿Por qué lo detuvieron?
—Yo no era partidario de eso. La idea era rebelarme en Morón, pero su captura no estaba prevista. La noche anterior nos reunimos y decidimos que al día siguiente lo íbamos a hacer. El sabía que me iba a largar y se oponía, pero cuando quiso reaccionar ya era tarde: intentó salir y lo apresaron. La orden la dio un segundo jefe, porque yo estaba prácticamente fuera de circulación. Se equivocó en eso, porque era el comandante en jefe. Pero, a la vez, era un escollo, porque no estaba de acuerdo con nosotros y me iba a liquidar. Estaba convencido de que, si daba el golpe, él se iba. Era una consecuencia lógica. Si me rebelo contra un proceso político y hay un hombre arriba mío que está a favor, es parte del conflicto.
—¿Eso les allanaba el camino para derrocar a Isabel?
—El que les allanó el camino a Videla y a Massera fue Luder. Le dije a Agosti: si no lo convencen a Luder de que asuma la Presidencia, no hay salida.
—¿Por qué se prolongó durante tantos días el alzamiento cuando Agosti ya era el nuevo comandante?
—Cuando me vino a ver el diputado Carlos Palacio Deheza a ofrecerme el Ministerio de Defensa en nombre de la presidenta: ¿para qué? Si aceptaba, iba a formar parte del gabinete y no iba a poder hacer nada. Me llamó Agosti y me pidió por favor que terminara con el levantamiento. Sin embargo, seguí por la efervescencia que había en las Fuerzas Armadas, había gente que apoyaba lo que nosotros hicimos