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Intolerancias

Los discursos binarios de muerte

Una reflexión sobre los vínculos entre las palabras y discursos violentos y los actos de violencia a partir del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner. Y sobre la grieta que divide y rinde electoralmente. Porque esas palabras violentas nacen de los discursos políticos binarios. Nosotros somos los buenos, y todo lo nuestro está inspirado en los sentimientos más excelsos. Los otros son los malos, y todo lo que dicen o hacen es absolutamente negativo y censurable.

Atentado CFK el observ 20221015
Riesgos en el mundo de que una furia virtual se convierta en un baño de sangre en el mundo real. | CEDOC

En agosto del 2020 escribí en PERFIL una nota titulada: “La peligrosa moda de los odiadores”, allí decía: “Entre los youtubers argentinos de la nueva derecha que entrarían en la categoría de líderes, podemos mencionar a “Tipito Enojado”, “El Presto” y Álvaro Zicarelli. (…) Probablemente estos personajes nunca vayan a empuñar un arma para agredir a nadie. Pero, lo preocupante, son los miles de jóvenes seguidores que tienen, y allí radica el peligro latente (…) en los entresijos de las redes sociales puede haber más de un candidato a “hater” que un día, crea que llegó el momento de la redención final y salga con un fusil a cometer un atentado.”

Estos días se conoció una escucha telefónica que prueba, un vínculo de relación de intimidad sexual, entre la piba humilde del Conurbano Brenda Uliarte, con su ídolo de las redes Eduardo Prestofelippo. Hasta allí nada censurable, ni extraño; una jovencita encandilada por un joven con perfil de macho alfa, que lo contacta y el pibe toma el convite. Esto no es patrimonio de la derecha, cualquier jovencita de izquierda o del progresismo, puede contar situaciones parecidas. 

Brenda Uliarte forma parte de los miles de seguidores que el “Presto” tiene en las redes, y seguramente, no es ni la primera, ni la última jovencita en rendirse a sus pies. Lo grave es el discurso que diariamente el “Presto” y sus amigos bajan en las redes.

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Yo decía en esa nota: Eduardo Prestofelippo se confiesa admirador de Patricia Bullrich (fue la primera en solidarizarse con él) y fue candidato de Espert en la última elección. El 10 de septiembre del 2020 dijo por Twitter refiriéndose a Cristina Fernández: “Vos no vas a salir viva de este estallido social. Vas a ser la primera –junto con tus crías políticas– en pagar todo el daño que causaron. te queda poco tiempo”. El 21-08-20 publicó un video en el cual decía: “Mayra Mendoza se tiene que ir escupiendo sangre de la intendencia de Quilmes”. El 02-05-20 en otro video refiriéndose al Intendente de Paraná Adán Bahl, dijo: “Yo les aconsejaría a los trabajadores municipales que no vayan a prender fuego la municipalidad, vayan a la casa de Adán Bahl y préndanle fuego a la casa con toda la familia adentro”. El 20/06/20 refiriéndose a hijos y familiares de desaparecidos escribió: “Hay que reactivar la ESMA Urgente”. En el día de la policía tuiteó: “No lo olviden, el único ladrón bueno es el ladrón muerto”. En el día del Ejército: “El pueblo necesita el Ejército de Lonardi, de Lanusse”. El 04-06-20 refiriéndose a la militancia de izquierda tuiteó: “Eso se cura con 400 gramos de picana cada dos minutos, 350 gramos de toalla mojada cada media hora y una dosis de submarino por día”.

Como dijo el papa Francisco: “los actos de violencia son precedidos por palabras de violencia”, que nacen de los discursos binarios de la grieta

Otro personaje de alias “Tipito Enojado”, el 21-08-20 publicó un video donde reiteradamente dice que ante la inseguridad hay que “armarse”. La frase no es novedosa. Pero lo preocupante son los comentarios de sus “seguidores”. Por ejemplo, Matías Var escribe: “Gente, a estos no los sacan más. La única alternativa es un batallón de snipers” (francotiradores). Un alias “Flipy Senpal” dice: “Yo ya estoy armado, empiecen a hacer lo mismo y no sean tan pelotudos, si no se puede conseguir un fierro por derecha lo hacen por izquierda, como hace el enemigo”. “m R a” dice: “Hay tutoriales en Youtube para hacer armas caseras… Contactate con talleres de tu barrio y ciudad para fabricar armas... yo siempre lo dije. Un pueblo armado nunca será esclavizado”.  “Tipito Enojado” concluía su discurso con la frase: “Esto termina en confrontación violenta, hay que prepararse para eso”.

Terminaba mi nota: Pienso que estos noveles “influencers” del odio, todavía no tienen idea de lo que la violencia política significa. Pero, una dirigente adulta como Patricia Bullrich que fue una activa militante montonera sabe perfectamente de qué estamos hablando, y no debería, ya a su vejez, seguir incitando nuevamente a la tragedia en la Argentina. 

¿Existe responsabilidad penal de Eduardo Prestofelippo en el atentado contra la vicepresidenta? Eso se irá viendo en el proceso judicial. Supongo, que, al estar tan expuesto públicamente, se ha cuidado en sus acciones. Tal vez, en la intimidad de la cama, la joven le haya confesado a su líder-amante: “Yo tengo ovarios para meterle un corchazo a Cristina” y el tipo le haya dicho: “¡Qué bien, dale!”, sin prestar mayor atención. O tal vez el tipo haya dicho: “Acá tenemos una kamikaze, vamos a darle cuerda”. Estas cosas deberán dilucidar los investigadores.
Pero, sin ninguna duda hubo y hay, una responsabilidad ideológica por parte del “Presto” y sus influencers, amigos difusores de mensajes de odio.

Como anécdota, estos tres personajes respondieron a estas notas, con un injurioso video de Youtube tildándome de “montonero amigo del Papa”, dedicándome toda clase de insultos y veladas amenazas. Lo curioso del video es que tuvo 67 mil vistas, o sea 67 mil personas en su mayoría, jóvenes que disponen de su tiempo para escucharlos y poner todo tipo de comentarios. 

Los discursos binarios de muerte. Yo, desde hace algunos años me dedico a investigar y escribir sobre la violencia política en la Argentina reciente. Lo hago en primer lugar, porque soy un sobreviviente de esa etapa, que viví con 17/18 años, y muchos de los chicos que conocí están muertos, o padecieron la cárcel y la tortura. No soy un pacifista a ultranza, entiendo que hay circunstancias y momentos de la historia, donde la violencia política tiene su razón de ser. Pero, mi generación pagó un costo muy duro en sangre. Y, no quisiera que mis hijos o mis nietos pasen por la misma experiencia. 

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REGISTRO. Las dos notas previas sobre el peligro de los “odiadores” profesionales en las redes sociales. Riesgos en el mundo de que una furia virtual se convierta en un baño de sangre en el mundo real. 

Por vivencia personal, e investigación histórica, tengo bastante claro, cómo son los mecanismos sociológicos y psicológicos, que pueden llevar a un joven a tomar un arma, y sentir el “hoy me convierto en San Martín”, como mensajeó la chica del Conurbano Brenda Uliarte. 

Estudié cómo surgieron los comandos civiles pertenecientes a las “mejores” familias de San Isidro y Barrio Norte. Incluso conocí un par de ellos, sobre quienes escribí varias notas. Tengo amigos unos años más viejos que yo, que se iniciaron en Tacuara en los años 60, poniendo bombas en las sinagogas. Tengo amigos que pasaron por todas las etapas de la guerrilla en los 70, algunos que emanan sabiduría, y otros que no han evolucionado nada y lucran de su pasado “heroico”. No me considero con autoridad moral, ni científica, para dar respuestas terminantes. Solo intento romper con los discursos comúnmente aceptados, y forzar la reflexión. 

Como dijo el papa Francisco: “Los actos de violencia son precedidos por palabras de violencia”. Y las palabras de violencia nacen de los discursos políticos binarios. Nosotros somos los buenos, y todo lo nuestro está inspirado en los sentimientos más excelsos. Los otros son los malos, y todo lo que dicen o hacen es absolutamente negativo y censurable. 

Esta mecánica induce a las partes a no reconocer ningún error propio, porque eso es “mostrar debilidad o desunión ante el enemigo”. Y a no reconocer ninguna razón en el otro, porque mostraría debilidad ideológica y es “darle aire al enemigo”. El otro ingresa en la categoría de enemigo, y al enemigo se lo combate. Vemos en el texto que rápido llegué a la palabra combate. Y el combate civilizado es por la prensa, en la Justicia, en las elecciones, porque las enormes mayorías son gente de paz. Pero, minorías iluminadas y redentoras siempre hay, y si se les prepara el caldo de cultivo con los discursos, puede aparecer una Brenda y sus copitos intentando un magnicidio. 

El negocio político de la grieta. El 4 de octubre Francisco envió una nota al obispo de La Plata Víctor Manuel Fernández a raíz de la iniciativa que tomo, de reunir en un acto académico a dirigentes de todos los sectores políticos. Decía Francisco en su nota: “A veces estas pequeñas ‘treguas’ impiden que sigan avanzando la violencia y los enfrentamientos. Eso nunca hace bien a un país y termina lastimando sobre todo a los que más sufren. Hay mucho por hacer en Argentina, para que todos puedan vivir de la dignidad del trabajo y para que no haya ciudadanos de segunda. Pero nada importante ni estable se logrará con la polarización agresiva”.

Francisco en la encíclica Fratelli Tutti escribió: “Hoy, en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación.

Las grietas no son patrimonio argentino, aunque aquí peronismo vs. antiperonismo cumplirá pronto ochenta años con una tregua entre 1970 y 2008

En esta pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos, donde vencer pasa a ser sinónimo de destruir”.
Está claro que las grietas no son patrimonio argentino. Aunque aquí el fenómeno peronismo-antiperonismo va a cumplir pronto ochenta años. También, es justo reconocer, que esa confrontación tuvo un largo período de tregua, diría de 1970 al 2008, por hacer un trazo grueso. Sin embargo, en la última década la polarización resultó y resulta rentable electoralmente para ambos lados. 

La viga en el ojo propio. Como dejé en claro, denuncié y advertí sobre los discursos de odio de la nueva derecha, hace dos años atrás; y como devolución recibí agresiones en las redes de ese sector. Advierto esto, porque lo que voy a exponer a continuación, va a motivar la indignación de muchos que están de este lado de la grieta. Lado en el cual estoy sentado, cada vez más incómodo. 

Muchachos no es cierto que ellos son el odio y nosotros somos el amor. No es cierto que todo lo que hicimos y hacemos nosotros es genial y todo lo que hace el adversario es parte de un pensamiento dictatorial, nazi, etc., etc.
Son demasiados los temas sobre los cuales reflexionar y debería escribir varios capítulos. Hablaré de algunas experiencias vinculadas al palabrerío de violencia que también existe de este lado de la grieta. 

Comenzaré por lo que vimos en las redes luego del atentado contra Cristina. La repetición de las palabras guerra civil. Por ejemplo, un conocido tuitero K escribió: “¿Son conscientes que, si ese disparo salía del arma, acá no quedaba piedra sobre piedra?, si la bala salía estaríamos quemándolo todo, este país estaría terminado, sumergido en la violencia más cruda”. Otro imaginó: “En un universo paralelo donde la bala salió de la pistola, hoy en Argentina empieza una guerra civil cuyo final es imposible prever”. Estos discursos de guerra se acompañaban de un videíto de Perón en 1968, diciendo: “Me arrepiento de no haber fusilado a todos los militares sublevados en 1955”, dicho en oportunidad y contexto, que no era el mismo del último Perón de 1973 pregonando que “para un argentino no hay nada mejor que otro argentino”.

El pasado 25 de septiembre publiqué una nota sobre el asesinato de Rucci. Y, en un grupo de whatsapp donde hay más de cien integrantes, alguien me respondió con una foto de las Traviata y la frase “fue un acto de justicia”. Para quienes no saben, en el 73 las galletitas Traviata se publicitaban como “las de los 23 agujeritos”; 23 balazos le pegaron a Rucci. Lo llamativo, es que en el grupo de WhatsApp, varios apoyaron al de la Traviatta y nadie dijo “paren que eso es un discurso de odio”. En Facebook vi la misma discusión, donde Aníbal Rucci (hijo de José Rucci) hizo una defensa de su padre, y le respondieron “tu homónimo era un facho hdp y bien muerto esta”, incluso sin reparar que estaban diciéndole eso a un hijo que perdió su padre. 

Si vamos más atrás, podemos recordar la consigna: “Cobos traidor, a vos te va a pasar lo que le pasó a Vandor”. No sé si todos saben qué le pasó a Vandor (lo mismo que a Rucci). Incluso en un momento, se lo cantaron a Hugo Moyano, cuando en 2015 coqueteaba con Macri. También alguien muy reconocido dijo: “Aquí se tendrían que morir un 30% de hdp que votan a Macri”. O ese cliché de colgarle a cualquiera que no nos gusta, el rótulo de colaborador con la dictadura, desde una agente de tránsito, al papa Francisco. O la insistente comparación de Macri y Larreta con Videla. Videla, muchachos, carga sobre sus espaldas 30 mil desaparecidos. Macri es (para mi gusto) un tipo de pocas luces, que cree en el neoliberalismo, y su política económica nos llevó a la ruina. Pero compararlo con un asesino múltiple como Videla es un exceso innecesario, sobre todo considerando que una mayoría del país lo votó para ser presidente constitucional. 

Hasta aquí mi intento de romper con los discursos predominantes y llamar a la reflexión. Suficiente para recibir una catarata de indignados de ambos lados. Pero qué sé yo... alguien lo tiene que decir.

*Autor de La Lealtad - Los montoneros que se quedaron con Perón y Salvados por Francisco.