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Misterio

Pasaron 22 años y Carlitos Menem no puede morir en paz

Se realizó una nueva exhumación de los restos de Menem Junior, a pedido de su madre, Zulema Yoma, que sostiene que partes del cuerpo enterrado no pertenecen a su hijo.

Carlitos Menem viajaba con el piloto de autos Silvia Oltra-
| cedoc

Carlitos Menem parece no hallar descanso a 22 años de su trágica muerte.

Esta semana, el Equipo de Antropología Forense (EAF), junto con el Cuerpo Médico Forense de la Justicia, exhumó los restos de Carlitos para extraer muestras de ADN. Así lo había pedido la CIDH, luego de que Zulema Yoma  denunciara que había partes del cuerpo que no pertenecían a su hijo, y que aparecía tierra roja que sólo hay en algunas provincias, pero no en San Justo, donde se encuentra el Cementerio Islámico en el que está enterrado.

Zulema no se sentía fuerte como para participar de la exhumación, y permaneció en una sala aparte de la morgue. Sí estuvo el novio de Zulemita, Miguel López.

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“Ahora hay que esperar. El trabajo del Equipo fue impecable”, aseguró a PERFIL la ex primera dama. La exhumación se iba a realizar el 31 de mayo y se retrasó porque Zulema quería que participe el EAF, además del Cuerpo Médico Forense de la Justicia.

Sin nombre. La tumba de Carlitos Menem no tiene nombre. Desde que exhumaron su cuerpo, en 1996, a pedido de su madre, lo enterraron solo y sin inscripción. Se la reconoce por una caja sobre el mármol con unas letras autoadhesivas que dicen Junio, ya que el paso del tiempo borró la R final. En la caja, la réplica de un auto de carrera recuerda la gran pasión de Junior, el automovilismo. Pese a que el hijo del ex presidente murió hace 22 años, la Justicia aún no pudo demostrar si su muerte se debió a un accidente o a un atentado.

“Lo que más preocupada me tenía antes de que falleciera Carlitos era que lo estaban siguiendo. Cuando su padre lo llevó a la Casa de Gobierno a vivir para mí fue muy llamativo. Era como si el padre supiera que algo podía sucederle. Un mes antes de su muerte cambió hasta de carácter, y llegó a decirme: ‘Mamá, en cualquier momento me van a matar’”, así recuerda Zulema, en diálogo con PERFIL, los últimos días con vida de Carlitos.  

El 15 de marzo de 1995, el hijo del entonces presidente de la Nación, Carlos Menem, piloteaba un helicóptero Bell de Buenos Aires con destino a Rosario, donde ese día participaría de la carrera de competencia de TC 2000. Junior viajaba acompañado de su amigo, piloto del automovilismo y cantante, Silvio Oltra. En el trayecto, la nave cayó en la ciudad bonaerense de Ramallo. El cantautor murió al instante. Carlitos llegó con vida hasta el Hospital San Felipe de San Nicolás, donde moriría unas horas más tarde.

Las sospechas. Hollywood ha enseñado que cuando hay una muerte se cierra el espacio donde se produjo y no se pueden tocar las pruebas, pieza fundamental para saber qué pasó. A las pocas horas de la caída del helicóptero, cuando comenzó a llover, desguazaron la avioneta con un hacha, la subieron a una camioneta y la llevaron a un depósito.

A los pocos meses del siniestro, se entregaron los restos del helicóptero al seguro, y la compañía se desprendió de lo que consideró “chatarra”. Posteriormente, cuando se hizo cargo de la investigación el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, abrió una causa por separado para recuperar los restos extraviados y realizar una pericia.

Recuperamos 144 piezas del helicóptero, no llega al 15% del total, positivo no hay más del 10%. En esos pedazos se encontraron 16 perforaciones en el fuselaje, uno de esos proyectiles que atraviesa y llega a la cabina del piloto que se rompe y forma las esquirlas (fragmento de un hueso, vidrio, u otro, que según el perito puede ser una bala) de lo que encontramos nosotros como pericia final”, afirma el perito de la familia, Jorge Locles.

Según la querella, las esquirlas pueden deberse a los restos de las balas que habrían recibido durante el vuelo. Zulema sostiene que Carlitos podría haber sido víctima de un disparo en la cabeza, teoría que avala también Carlos Menem.

Para la Justicia, que archivó la causa en 1998 por “inexistencia de delito”, la caída del helicóptero se debió a que Junior iba volando muy bajo y chocó con unos cables de alta tensión. La causa fue reabierta en 2010, por pedido de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Otra de las primeras acciones que llamaron la atención fue que no se le practicó autopsia a ninguno de los dos pasajeros. A través del pedido de Zulema, al año y tres meses exhumaron los cuerpos de los dos fallecidos para realizar por primera vez una necropsia.

La querella denuncia que el cuerpo exhumado se comparó con las radiografías que se sacaron el día en que cayó el helicóptero y se encontró que al momento de la muerte los dos maxilares estaban bien y en su lugar, le faltaban cuatro dientes, pero el resto estaba sano.

Sin embargo, al momento de la autopsia los dos maxilares estaban partidos como si los hubiesen sacado con tenazas y estaban colocados sobre el tórax. El pecho estaba con el esternón sano, y luego apareció partido en dos, y la pierna derecha aparecía quebrada, pero después se vio una bota de yeso que no tenía.

Sin embargo, fuentes judiciales aseguraron a PERFIL que en el informe brindado por los profesionales que participaron de la autopsia no se encontraron irregularidades. Además, la Justicia desestimó el informe de la pericia realizada por Gendarmería de los restos del helicóptero por considerar que no tienen fuerza probatoria al haber estado ocho meses en manos privadas.

Las mismas fuentes remarcan que en la causa se interrogó a más de 55 personas que afirmaron ver que el helicóptero volaba muy bajo, que el piloto iba jugando. Algo que la querella niega rotundamente.

Teorías y piezas que no encajan. El maletín que llevaba Carlitos el día de su muerte fue uno de los episodios más mediáticos de ese momento, dado que desapareció junto con su reloj Rólex. Ambos objetos aparecieron luego. El portafolio terminó en manos de Emir Yoma, hermano de Zulema y asesor del entonces presidente.

“El fin de ciclo de Lourdes Di Natale fue la muerte de Junior. Al poco tiempo que murió Carlitos, Lourdes encuentra el portafolio. Ella era muy amiga de Carlitos, y se enoja tanto que la llama a Zulema y le cuenta a Emir lo que tenía”, explica a PERFIL Nilda Formoso, la abogada de la familia de la entonces secretaria del asesor presidencial, quien murió al caer de un décimo piso.

No queda claro cuál es la sospecha que recae sobre la valija. Hay quienes afirman que Carlitos llevaba dinero y drogas. Zulema dice haber visto el maletín cuando Junior se despidió de ella antes de subir al helicóptero, pero asegura que su hijo llevaba plata para la carrera y sobres de azúcar que rezaban “Menem 95”. Su padre estaba en plena campaña para la reelección.

“Yo estaba en Don Torcuato, el lugar de donde despegó. Estaba muy cerquita, incluso me tiró tierra al despegar. Vi a una chica rubia muy linda. Ella estaba atrás del piloto. Me miró y luego el helicóptero levantó vuelo”, afirma en diálogo con PERFIL el piloto y testigo de la causa, Adrián Piñero, quien asegura que además de Oltra y Menem, en la máquina viajaba una tercera persona.

La teoría de otro pasajero se barajó el mismo día de la caída de la nave. Zulema sostiene que el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, se había referido a tres personas, y que una empleada del Aeropuerto de Ezeiza, a pedido de un asesor cercano a Menem, habría recibido a una mujer que se encontraría con Carlitos.

Otra historia que ronda la causa es la cantidad de muertes cercanas. La querella cuenta 14. Van desde el cuidador del campo donde cayó el helicóptero, hasta el perito Miguel Lucow, de la Fuerza Aérea.

A Lucow lo asesinaron a balazos en la puerta de su casa, después de asegurar que no fue un accidente. Según la querella, a su asesino lo mataron dos días después y el matador de este último apareció muerto una semana después.

“Para cada muerte de las que hablan, que eran entre cuatro o cinco en la primera parte de la causa, hay una explicación lógica”, dice una fuente judicial. Esa misma fuente recuerda que aparecieron infinidad de presos que aseguraban saber algo de la causa, pero que finalmente no sabían nada.

La exhumación. Zulema debió afrontar en estos 22 años no sólo la muerte de su hijo, de su “chancho”, sino también que la trataran de loca, y que su propio ex marido la desmintiera una y otra vez, hasta que desde 2014 decidió acompañarla en la causa.

Si los resultados del ADN demuestran en un futuro cercano que hay partes del cuerpo que no pertenecen a Junior, se modificaría la situación judicial.

Si los restos fueran del joven riojano, eso no descartaría un atentado, pero sí permitiría que finalmente Zulema tenga la certeza de que es su hijo y le ponga nombre a la tumba: Carlitos Menem Junior.


La familia Oltra: “Fue un accidente”

“Para nosotros, siempre fue un accidente. He hablado con mucha gente de aviación experimentada y gente que estuvo ahí”, afirma a PERFIL Elena Fortabat, ex mujer del corredor de autos, y madre de la modelo Carolina Oltra, de quien poco se ha escuchado su opinión al respecto en estos años.

Si bien la ex esposa de Oltra aseguró que ella, junto con su hija y los padres del automovilista, ya fallecidos, consideró que fue un accidente, también confesó que no habló durante años porque fue amenazada de muerte en reiteradas ocasiones.

“Somos una familia que quiere vivir en paz”, concluyó.

En tanto, Zulema contó a PERFIL que ella desde el primer momento se comunicó con el padre de Oltra para pedirle que declare, y él se negó a hacerlo por el temor que tenía luego de ser amenazado.