Hace pocos días salió publicado mi último libro: Perón Intimo. Historias desconocidas. (Areté Grupo Editor). Confieso que la obra de 566 páginas y 150 documentos, tiene sus lagunas. Una de ellas está relacionada con Mercedes Perón Puppo, la tía "Mecha", una de las mujeres más importantes en la vida de Juan Perón, con la que mantuvo un intenso romance.
Al día siguiente de la presentación, que estuvo a cargo de Ricardo Roa y Rosendo Fraga, mi editor recibió un mensaje de una persona que dijo ser sobrina nieta de Perón, y que manifestó interés por el libro. Resultó ser Haydée Martínez, única hija de María Haydée Perón, una de las primas segundas preferidas de Perón. Seguramente sabía de la tía "Mecha", pues hasta el día de hoy, no hay publicada ninguna fotografía, ni tampoco se sabe cuándo murió y dónde descansan sus restos mortales.
Mi encuentro con Haydée Martínez, una simpática señora octogenaria, fue más que productivo y resultó un inédito aporte para la biografía de Perón.
¿Quién fue "Mecha" Perón? Mercedes Perón Puppo, nació en Baradero, Buenos Aires, el 31 de mayo de 1888, hija de Eduardo Perón (un hermano menor de Tomás Liberato, el abuelo médico de Perón), y Carmen Puppo. O sea que “Mecha” era prima hermana de Mario Tomás, el padre de Perón.
"Mecha" gozaba de una personalidad cautivante, avasallante, de una inquietante belleza y de un físico de excepción. Tuvo cinco hermanos: Conrado, Santiago, Ana Zulema, Eva Leticia y Dolores Perón Puppo. Esta rama de la familia fue muy próxima a Juan Perón, en especial por la afinidad que tuvo con dos de sus tíos: Conrado y Mercedes Perón.
Conrado Perón, hizo su carrera como maestro de Gimnasia y Esgrima asimilado al grado de capitán del Ejército. Fue un personaje de su tiempo, que frecuentaba al legendario Carlos Gardel, quien en 1934 le dedicó una fotografía.
Conrado compartía con su sobrino Juan, el amor a la milicia, la esgrima y al tango. Cuando estuvo destinado en la Escuela de Suboficiales (entre los años 1920 y 1925), eran asiduas las visitas a su tío, que vivía en una casa del barrio de Palermo. Conrado se había casado en 1907 con María V. Moltedo, siendo padre de tres hijas: María Raquel, María Haydée y María Zulema Perón Moltedo. Estas simpáticas y vivaces primas, fueron muy compinches de Perón, lo mismo que su otra prima y ahijada Leticia Esther "Lula" Benavente Perón (hija de Edgardo Benavente y de Eva Leticia Perón Puppo).
Cuando Perón era teniente de Infantería, comienza el "prohibido" y secreto idilio con su tía "Mecha" Perón, quien vivía en casa de Conrado. Ese domicilio, se había convertido en la segunda casa de Perón, y en lugar de los asiduos encuentros con su tía “Mecha”.
Corría el año 1922 y clandestinamente, tía y sobrino traían consigo una acrisolada historia de amor. Así pues, tuvieron “en secreto”, un episodio amoroso, cuando contaban con 34 años (ella), y 27 años (él).
Hay tres cartas manuscritas que Perón le escribe a "Mecha" en noviembre de 1922, de un contenido apasionado. Le dice que está dispuesto a todo, que sus sentimientos son puros, nobles, que su hermano Mario y su tío Conrado aceptan el romance. Le declara todo el amor que siente por ella, y le llega a escribir: "Mercedes, sin Usted yo no soy nada y lamentaría tanto otra separación obligada por nuestra familia que si me obligan a hacerlo y a abandonarla a Usted, abandonaría todo hasta mi carrera, mi familia y todo. Sepa Usted Mercedes que no trepidaría en hacer cualquier cosa para mantener nuestro amor en lo alto".
Así era Perón, con sus 27 años, un hombre enamoradizo, romántico, apasionado y transgresor. Lo que se deduce, es que hubo algunos familiares que pusieron reparos. Amén de las resistencias, fue "Mecha" quien prefirió dar un paso al costado evitando una fractura familiar.
Los sucesos amorosos con "Mecha" continuarán y tienen al menos, dos nuevas contingencias: (i) cuando su sobrino Juan quedó viudo de "Potota" Tizón, y nuevamente éste le volvió a pedir formalmente –y sin éxito– casamiento antes de viajar a Europa en abril de 1939; y (ii) cuando Eva Duarte apareció en la vida de Perón, donde "Mecha" reaparece después de seis años.
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Eva Duarte conoció a Perón el 17 de enero de 1944, dos días después del terremoto de San Juan, en una reunión con artistas. A partir de allí, progresivamente comenzó un romance entre ellos.
La relación de Eva Duarte con la familia Perón no fue del todo buena. Hubo al menos dos situaciones conflictivas. La primera se produjo en octubre de 1944. Perón tenía a su primo Edgardo Benavente Perón como secretario privado. A él le tocó llevar la invitación del casamiento de su hermana "Lula" Benavente (ahijada de Perón), con el coronel Miguel A. Realmonte, que se celebró en noviembre de 1944. Edgardo "Pelucho" Benavente fue al departamento de la calle Posadas 1567. Allí fue atendido por Evita, quien recibió la tarjeta de invitación y la abrió delante suyo. Advirtió que había una sola tarjeta. Ante la sorpresa, "Pelucho" Benavente, que era un poco imprudente le dijo a Evita: "Mis tías dicen que las putas no están invitadas…". El día del casamiento Perón llegó solo, y tenía un rasguño en su cuello. Su prima Haydée que se dio cuenta, le preguntó: –"¿Te arañó un gato?". Y Perón le respondió: –"No, una gata". De esa fiesta de casamiento hay unas fotografías donde se lo puede ver a Perón, rodeado de sus primas mujeres, y en una de ellas, está a su lado "Mecha". Esa tal vez, sea la única fotografía que se conoce de los dos juntos.
La segunda fue a mediados de 1945, cuando "Mecha" se prestó al plan que pergeñaron los militares Velazco y Zucal, para apartar a Evita de la vida de Perón. En un encuentro que tuvieron en una confitería céntrica, Evita le ganó la pulseada a "Mecha", y a los pocos meses se casó con Perón.
Después de estos dos sucesos, como era de suponer, las primas y la tía "Mecha" cayeron en desgracia con Evita, y desde entonces no volvieron a ver a Perón hasta el año 1953. Ese año Raquel, Zulema y Haydée Perón fueron invitadas por Perón a almorzar al Palacio Unzué. No fue de la partida la tía "Mecha", pues Perón se había enojado mucho con ella. La cita fue a las 12 horas, para comer un asado. Las primas Perón llegaron diez minutos tarde. La mesa ya estaba servida y los comensales comiendo. Junto a él se encontraban Apold, Méndez San Martín, el brigadier San Martín y otros ministros. El reencuentro de las primas con Perón fue muy especial después de casi diez años que no se veían. Ya no estaba Evita, y por eso se produjo esa reunión familiar.
Unos diez años más tarde, en 1964 estando Perón en Puerta de Hierro, Haydée Martínez tuvo la oportunidad de visitar a su tío, que la recibió con mucha alegría junto a Isabelita. Perón le preguntó por sus primas, por todos los miembros de su familia. No lo hizo en forma particular por nadie, ni menos aún por su tía “Mecha”, con quien había roto todo vínculo y afecto.
Mecha Perón, pasó los últimos años de su vida en la casa de su sobrina Nelly Sosa Perón (hija de Ana Zulema Perón Puppo y Arnaldo E. Sosa Inurritegui), casada con el general Carlos B. Jáuregui. Gracias al funcionario municipal del Cementerio de Olivos, Jorge Barca, hemos podido determinar que “Mecha” Perón falleció en Vicente López, el 18 de noviembre de 1966. Según refiere el Libro del Cementerio, fue sepultada el 19 de noviembre de 1966 (Acta 851–F 37), tenía 79 años, argentina, soltera, sufrió un infarto agudo del miocardio, y falleció en el domicilio de la calle Aristóbulo del Valle 721, Vicente López. Sus restos fueron depositados en el nicho 23, y actualmente descansan en el osario público.
*Historiador. Miembro de la Academia Argentina de la Historia.