“Mucha gente cree que besar a tu compañera de reparto es algo maravilloso, pero es horrible. En mi última película, Haven, tengo que besar a Zoe Saldaña y odio hacerlo. En realidad, me gustaría decirle: ¡Saca tu lengua de mi boca. Tu novio nos está viendo!”. El que hizo estas declaraciones tan extrañas no es otro que Orlando Bloom.
El actor, además, considera que ser un sex symbol no es perjudicial para su carrera: “ No me preocupa en lo más mínimo. Además, ninguno de los personajes que interpreté puede considerarse picante o subido de tono. Mi meta es demostrar que soy un buen actor. No voy a quedarme disfrutando de lo que he conseguido hasta ahora. Pienso seguir trabajando”.
Sin embargo, más allá de que intente demostrar que no le preocupa demasiado, el muchacho tiene una fijación con el tema de la imagen. Hace dos semanas le había dicho a la prensa que él “no es sólo una cara bonita” y reveló que espera ser reconocido por su talento y su personalidad, no por su aspecto físiclo. ¿En qué quedamos, entonces?
De todos modos, conciente de que son las adolescentes las que ubican a los jóvenes actores en el podio de los más deseados, el actor no descuida ese nicho. “ Son muy leales. Les estoy muy agradecido”, aseguró.
Y, fiel a la política de los cantantes latinoamericanos para que no se acabe la lluvia de prendas íntimas femeninas en sus recitales, el muchacho evita hablar de su vida privada. “ No voy a confimar ni a desmentir si sigo o no sigo con Kate Bosworth. Francamente, este tipo de prensa no me interesa”.
Sin embargo, parece que no es Boswort la mujer elegida. Al menos no lo fue este fin de sábado, cuando se lo vio abandonar un boliche de la mano de la bomba española Penélope Cruz.