Este 22 de junio se estrena en HBO Max la segunda temporada de And Just Like That, la serie que retomó los personajes de Sex and the City como mujeres cincuentonas y multiplicó el universo al agregarles tres amigas más para darnos otras historias con qué entretenernos.
Claro que para llegar a esta segunda temporada, el año pasado las fans vieron con estupor que la única manera en que Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) podría volver a las andadas como en la serie original era matando a su marido, Mr Big, después de todo lo que les costó alcanzar una relación armoniosa (seis temporadas y dos películas!). Y si, lloramos con ella y la acompañamos en el duelo, que también fue el nuestro, mientras las dos amigas que le quedaron (aunque Samanta estuvo presente de alguna manera) se debatieron en sus propios problemas: Charlotte como madre de una genio y de una chica con temas de identidad sexual; y Miranda descubriendo (casi como una vuelta de tuerca obligada por el mundo actual) su costado gay.
Lo cierto es que fue una temporada para el olvido, con algunas situaciones simpáticas y la presencia de caras del pasado que sirvió, simplemente, para que esta segunda edición se encauzara en lo que nos habituaron: como si fuera la nueva columna de Bradshaw vemos momentos que involucran a mujeres casadas, solteras y grandecitas en la Nueva York de hoy, todo en un ambiente de lujo y riqueza en el que no se privan de ir a la gala del Met o de comer en los restaurantes de moda.
Y ahí es donde está la principal ganancia de esta temporada, y todo el disfrute, en ver las situaciones que estas personas viven en el mundo de hoy, un tiempo en el que los adultos están considerados como material descartable aunque detenten el mayor poder adquisitivo. Eso es lo mejor, que podamos vernos reflejados en relaciones posibles, imposibles o transitorias, mientras Carrie retoma el camino de relacionarse con el sexo opuesto, algo que nos alegra.
Aquí un paréntesis para el personaje de Miranda, pues parecería que los autores la castigaron por su inclinación homosexual haciéndola vivir las situaciones más ridículas, extremas y poco humorísticas, sólo por el rumbo que le imprimieron a su personaje. En cambio a Charlotte se la ve en su salsa y hasta enternece con sus caras de sorpresa ante las actitudes de las hijas adolescentes, tratando de armonizar la vida de familia y amigos, en un trabajo muy logrado de Kristin Davis. Y las nuevas amigas, Seema (delicioso personaje), Lisa y Nya aportan un caleidoscopio étnico de mujeres empoderadas que tienen sus propios conflictos y ayudan a llegar a nuevos 11 episodios.
Luego tenemos a Carrie, la protagonista absoluta, volviendo al ruedo amoroso y también con cambios laborales, que es lo que la mantiene activa. Hasta que reaparece Aidan en el episodio 7. Si, aunque fue la foto más compartida cuando estaban rodando, vas a tener que esperar bastante para verlo de nuevo en la vida de la protagonista. Está claro que solo podía reaparecer cuando Big no estuviera más y Carrie pudiera volver a enamorarse. Es todo lo que voy a decir al respecto.
Te vas a entretener a puro glamour y outfits exóticos (sobre todo el tapado inflado con que enfrenta una tormenta de nieve) que nos harán soñar con una realidad posible para las mujeres maduras… en Nueva York. En resumen: esta segunda temporada está buena, interesante, variada y divertida. Aunque Miranda dé lástima ajena.