Como lo indica el subtítulo del film, esta es una historia de amistad y también de una estafa. Respecto de lo primero, trata sobre una relación tóxica pero necesaria entre un pintor rebelde, provocador y de enorme talento, que reniega del corrupto mercado del arte pero lo necesita. En cuanto a lo segundo, con una muy aguda ironía el director y su guionista van haciendo cómplice al espectador de una estafa muy bien urdida.
Los hermanos Duprat, Gastón (director) y Andrés ( guionista), conocen muy bien el mercado del arte en la Argentina y los innumerables caprichos de los artistas locales. Con estos elementos conquistan al público con una comedia cuyo filoso sarcasmo y corrosivo entramado de situaciones dan en el blanco para ilustrar, y demasiado bien, ese típico retrato de vitales reacciones impunes en las que, muchas veces, los argentinos demostramos que podemos ser tan solidarios como indiferentes ante las necesidades de los otros. Como en El hombre de al lado, en el que Duprat codirigía con Mariano Cohn (ahora productor), acá el conflicto se desarrolla entre dos personalidades opuestas, dos hombres en pugna, que se aprecian y se odian, pero juntos son el ideal perfecto. Arturo es un marchand de arte y Renzo un artista plástico, dueño de una técnica admirable, pero que vende poco. El primero le reprocha al segundo sus caprichosas reacciones y este último se aprovecha de ese marchand que paga sus gastos, aunque se da el lujo de reacciones imprevisibles como la escena que produce en una galería y deja a todos atónitos (un acer tadísimo homenaje de los Duprat al admirado Oscar Bony y su cuadro Fusilamiento). La posterior enfermedad del pintor pone en crisis la amistad entre ambos hombres, pero les posibilita imaginar un astuto plan que beneficiará a ambos.
El film remite a otra gran obra de Duprat y Cohn, El artista, con Alberto Laiseca y el fallecido León Ferrari, y como en aquella cuestiona el intrincado laberinto de los negocios en el mercado de las artes. Con un guión ingenioso, que no deja de sorprender por sus innumerables giros y su filosa ironía, tiene como valor agregado las valiosas actuaciones de Luis Brandoni y Guillermo Francella y una muy admirada Andrea Frigerio, en una película excelente, que propone un guiño al público: adivinar a qué pintor corresponde la obra exhibida, cuyo misterio se revela al final.
Ficha Técnica: Película Mi Obra Maestra
- Puntuación: Muy buena
- Dirección: Gastón Duprat
- Guión: Andrés Duprat
- Intérpretes: Guillermo Francella, Luis Brandoni, Raúl Arévalo, Andrea Frigerio, María Soldi, Alejandro Paker, Roberto Peloni y Mucio Manchini
- Origen: Argentina, España (2018)
- Duración: 100’
