Tanto Enrique Pinti como Diego Ramos integran el elenco junto a Florencia Peña de la comedia musical Vale todo (Anything Goes), de Cole Porter, con dirección de Alejandro Tantanián. En el teatro El Nacional se ve el movimiento antes de las funciones que se iniciaron este fin de semana y que irán de miércoles a domingos.
“Para todos nosotros es un placer tenerlo a Enrique –asegura Diego Ramos–, aprendemos sobre y bajo el escenario, porque es muy generoso. Es parte de nuestra cultura teatral, cada vez que me habla o me canta una canción siento este privilegio, porque también lo vivo como público. También me sucede con Roberto Catarineu, ambos forman parte de nuestros intérpretes más representativos de este género.” Y Pinti confiesa: “Siento ese cariño todo el tiempo”.
“Somos un grupo extraño, los tres –dice Ramos– tanto Florencia, Enrique como yo sufrimos de vértigo. Por eso nos agarramos entre nosotros, ya que la acción transcurre en un inmenso barco y debemos actuar en un tercer piso.”
—¿Cuáles son las particularidades de esta comedia musical?
PINTI: Es un Cole Porter clásico y auténtico. Para mí, hay tres fundadores del musical moderno: George Gershwin, sinfónico; Irving Berlin, que siendo un inmigrante mostró el triunfalismo norteamericano; y Cole Porter, que es el refinamiento sensible y jazzístico. Cada uno impulsó la creatividad y sus melodías. No son muchos los musicales que tienen temas pegadizos, reconocidos con facilidad. Vale todo aparece después de la gran crisis y antes de la Segunda Guerra Mundial, se ven gangsters, falsas predicadoras y chicos que quieren ascender.
RAMOS: Lo fundamental está en la música, es una estética que se apoya tanto en ella como en las actuaciones. En aquellos tiempos, el público iba sólo a divertirse y no pretendía nada más.
—¿Por que tardó tanto en estrenarse aquí, si en Broadway se conoció en 1934?
P: Se creyó que era muy localista, pero como su trama es tan liviana los actores pueden agregarle su estilo, por eso hubo muchas versiones, ya que cada intérprete le sumó parte de su estilo. Por ejemplo, Patti LuPone la hizo en 1985, donde no bailaba tap, porque esa no es su especialidad.
R: Esta comedia es un homenaje a los actores que la hacen, por eso tanto Pinti como Florencia (Peña) son intérpretes capaces de hacer guiños.
P: Mi papel podría haberlo hecho desde Jorge Luz hasta Nicolás Scarpino, cada uno le daría su impronta.
—¿Creen que se la comparará con las puestas extranjeras?
R: No, porque aquí se compraron sólo el texto y las canciones, pero la puesta en escena es original de Alejandro Tantanián, así como también lo son la escenografía, el vestuario y las coreografías.
P: Tantanián había dirigido musicales en Berlín, pero quería poder hacerlo en Buenos Aires. Tenemos una orquesta de diez músicos que se asemejan a los de un barco. En mi caso, bailaré, aunque no haré tap –tampoco pude aprender el malambo–.
—¿Tuvieron que audicionar para integrar el elenco?
R: En este caso, no me tomaron prueba, pero no me molestan las audiciones.
P: No, me llamaron directamente para ofrecerme este papel. La única vez que hice una audición la perdí, pero fue para cine. Me presenté para la película de Robert Duvall –Assassination Tango– y él mismo me hizo la entrevista. Me dijo: “Sos el primero en mi lista”, pero por suerte no me llamó, porque no fue un buen film.
—¿Sufrieron otros prejuicios?
R: Sí, por ser galán de televisión. Creo que lo sentí más fuerte en el teatro oficial. Por ejemplo, nunca me llamaron para hacer pruebas en el San Martín.
P: Todos los tenemos, por eso solemos poner rótulos de “puede o no hacerlo”, pero nos pasa incluso con las jóvenes que salen en televisión, quienes a veces están muy preparadas. Siempre nos sentimos víctimas de los prejuicios, recuerdo que cuando hice Hairspray me pusieron que no bailaba como Travolta.
R: Es que la ignorancia es atrevida.
—¿Cambió mucho el público en estos años?
P: Fue la sociedad la que cambió, ya casi no hay capacidad de concentración. Cuando era pequeño, todas las obras duraban tres horas, pero ahora es inimaginable. Mi teoría es que la gente mayor, pero que no tiene plata, va a ver espectáculos muy largos, con textos importantes, como los que se dan en las salas oficiales. El gran cambio en los espectadores llegó con el video en la casa, se pensó que el entretenimiento es comentable, por eso toman a la platea como si fuese su propio living.
R: Es raro, la gente paga mucho dinero y prefiere los espectáculos muy cortos. También extraña esta adicción por los celulares, no sólo no los apagan, sino que graban escenas y después te las suben a internet. En los Estados Unidos hay una ley que permite que los acomodadores le saquen el aparato y sólo lo devuelven a la salida del espectáculo.
P: Voy todos los años a ver teatro en los Estados Unidos y noto estos cambios, allí también se perdió la puntualidad en los espectáculos.
—¿Alguna vez fantasearon con exiliarse?
R: No pensé en irme y sin embargo estuve cinco años trabajando en Colombia. Elegí no ser un galán itinerante. Amo a Buenos Aires, me gusta lo que suceden tanto en lo artístico, la gente, como la ciudad.
P: Me pasa igual, la adoro y no puedo dejar de amarla más allá de cómo está hoy, sucia y rota. Dudé en 1979, temí que la dictadura no se fuera.
Sueñan con temporada
Aseguran que los contratos de Vale todo en el teatro El Nacional están vigentes hasta el 10 de noviembre, pero ambos, tanto Enrique Pinti como Diego Ramos, sueñan que se puedan extender las funciones en la próxima temporada del 2014. En el elenco, además de contarlos a ellos y a Florencia Peña, están: Roberto Catarineu, Sofía Pachano, Noralih Gago, Josefina Scaglione, Leo Bosio y Martín Salazar. La dirección musical de Hernán Matorra tendrá una orquesta de diez músicos, mientras que las coreografías son de Rodrigo Cristófaro y Vanesa García Millán.
“Me llamaron para hacer una participación en Vecinos en guerra –asegura Pinti–, pero estábamos ensayando, por lo cual no pude hacerla. Ahora sigo preparando un espectáculo teatral –aún sin sala– para julio de 2014, donde evocaremos a las divas que pasaron por el país. La dirección será de Alfredo Rodríguez Arias, con Alejandra Radano, Sandra Guida y tal vez Elena Roger. Debo escribir el texto sobre María Félix, Marlene Dietrich, Edith Piaf, Joséphine Baker y Lola Flores. “Terminé de grabar –dice Diego Ramos– para Disney Channel la segunda temporada de Violetta y creo que vendrá la tercera, que se filmará en enero o febrero. Espero estar en la próxima.