ESPECTACULOS
felipe colombo

El día que Shakespeare leyó Cervantes

El joven actor que saltó a la fama con Chiquititas y Rebelde way protagoniza una obra perdida del Renacimiento inglés, basada en personajes de Don Quijote.

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Tonos. Luego de radicarse en Argentina, el actor prácticamente perdió el acento mexicano. | Néstor Grassi

Cardenio es una pieza perdida que William Shakespeare escribió juntamente con John Fletcher, sobre una historia insertada a partir del capítulo XXIV de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, pero que nada tiene que ver ni con el hidalgo ni con su fiel escudero. Hay documentos que dan cuenta de que The History of Cardenio se estrenó en 1612 pero el manuscrito se perdió en el incendio de Londres en 1666. Sin embargo, en 1727 Lewis Theobald, editor de Shakespeare, presentó Doble falsedad, obra que podría estar hecha sobre la no tan perdida Cardenio. Así se confirma la fascinante hipótesis de que Shakespeare fue lector de Cervantes, y que de él tomó esta historia de parejas cruzadas. Estos autores quedan así unidos por la genialidad compartida, por haber muerto ambos en abril de 1616 y por una historia en común. El inglés ha debido leer al español en la traducción que Thomas Shelton hizo, hacia 1612, de la primera parte de Don Quijote, publicada originalmente en 1605.

El argentino Patricio Orozco, gran especialista en Shakespeare en la Argentina, trabajó en una versión que se ve los sábados y domingos, a sala llena, en el Teatro 25 de Mayo (Av. Triunvirato 4444). La propuesta, a la vez fresca, atractiva escénicamente y respetuosa de este intrincado laberinto editorial, está protagonizada por Felipe Colombo. El joven mexicano, que ganó popularidad a través de productos televisivos como Chiquititas, Rebelde way y Floricienta, se estableció en nuestro país, formó su familia y participa de proyectos teatrales y cinematográficos. En los primeros días de enero de 2017 –pese a que no fructificó una anunciada participación en La momia, en La Plaza–, se integrará a Stravaganza tango, dirigido por Flavio Mendoza, junto a Nacha Guevara y Eleonora Cassano, en el Teatro Broadway. Mientras tanto, hasta el 27 de noviembre, realiza el papel de Cardenio, quien busca reunirse con su amada Luscinda, casada con el traidor amigo Fernando, a su vez deshonrador de la también traicionada Dorotea. El elenco se completa con Arturo Bonín –que oficia de narrador y muestra las diferencias entre la obra de Shakespeare y el dramático planteo original de Cervantes– y jóvenes actores; mientras, Héctor Romero dirige la música en vivo, de atmósfera flamenca. Colombo explica las razones por las que el enrevesado argumento es materia para la risa.

—¿Cómo sintetizarías el objetivo principal de esta obra?

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—Patricio quiso hacer esta obra cercana a la comedia, algo popular, que descontracturara a Shakespeare. El teatro de Shakespeare era popular: el escenario circular estaba rodeado de gente, que estaba parada, que opinaba, que comía, porque las obras duraban tres o cuatro horas… Básicamente, Cardenio es una comedia de enredos, una comedia pastoril, una obra para entretener a un público popular, una de esas obras en las que no muere nadie. Aun así, plantea cuestiones profundas, como el valor del honor y la amistad. Fernando vive un embelesamiento de amor; Cardenio enloquece de amor al ver perdida a Luscinda y enloquece de furia al sentirse traicionado por uno de sus amigos. Se toca así la ética del ser humano. El texto es complejo para memorizar y para decirlo sin que suene amoldado. Es difícil para el oído del público acostumbrarse a estos textos tan floridos, pero son muy bellos.