ESPECTACULOS
juliAn kartUn-EL KUELGUE

“El rock argentino es solemne”

El vocalista de la banda asegura que hoy todos los integrantes juegan el mismo papel y se reconoce admirador de Luis Alberto Spinetta. También actor e hijo del dramaturgo Mauricio Kartun, reivindica el colectivo Futuröck.

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Futuro. El jueves 30 Santiago Martínez, Juan Martín Mojoli, Nicolás Morone, Pablo Vidal, Tomás Baillie y Julián Kartún en Niceto. | Gza. Paula Berdichevsky
En un show de El Kuelgue puede pasar cualquier cosa”, dice Julián Kartun. Se refiere a la energía que domina el escenario en cada concierto de esta singular banda que en poco más de diez años de carrera cosechó la suficiente cantidad de fieles seguidores –como para animarse a armar un ciclo de cinco conciertos seguidos en un mismo mes– sin temor al fracaso. Todavía queda el jueves 30 en Niceto para celebrar el heterogéneo repertorio de la banda que, además de Kartun (comediante, hijo del reconocido dramaturgo y director Mauricio Kartun), integran Santiago Martínez, Juan Martín Mojoli, Nicolás Morone, Pablo Vidal y Tomás Baillie.
“Desde el primer momento tuvimos la idea de mezclar muchos géneros –explica Julián–. A todos nos gusta mucho la música uruguaya, entonces hacemos candombe. Pero también nos gustan mucho el funk y el punk rock. Algunos se copan con el heavy metal. Otros con el rock nacional. Entonces se termina armando un lindo cambalache. O un varieté, si querés. Lo único que no vas a ver un show de El Kuelgue es solemnidad”.   
Con tres discos ya editados –Beatriz (2010), Ruli (2013) y Cariño reptil (2015)–, El Kuelgue prepara ahora el próximo, que saldría a la venta el año que viene. Algunas de las canciones nuevas ya aparecen en los shows, donde además hay un gran despliegue escénico. “Es que nuestras influencias no se limitan al terreno de la música –señala Kartun. También son importantes para nosotros el teatro y el cine. Cuidamos todos los detalles de los espectáculos que montamos: hay un equipo dedicado al sonido, otro al vestuario, otro a la iluminación, otro que trabaja los personajes que van apareciendo en escena. Un ciclo de cinco conciertos está bueno porque nos da la posibilidad de probar y pulir. Yo creo que nos va bien porque la gente valora todo ese laburo y disfruta también de cierta frescura que hay en la improvisación en el escenario. Nosotros no tenemos pretensiones exageradas. Nos tomamos todo con mucho humor”.
Cuando Kartun remarca que “puede pasar cualquier cosa” seguramente piensa en shows como el que dieron no hace mucho en el Konex, con un abanico de invitados muy ecléctico: Fernando Samalea, Nazareno Casero, Lowrdes de Bandana, Gonzalo Aloras... “Está todo pensado para el espectador, es entretenimiento puro”, remata Julián.
¿En quién piensa Kartun como contrapartida cuando asegura que la solemnidad es palabra prohibida para El Kuelgue? “La verdad es que el rock argentino muchas veces es demasiado solemne –responde rápido–. Hay mucha pose, y la gente ya no se cree eso. Entonces empezaron a aparecer este tipo de formatos más performáticos, con más humor. Tiene que ver con saber reírse de uno mismo. Hubo demasiado endiosamiento del que está ahí arriba, el líder carismático o el guitarrista que hace un solo de media hora... Hoy eso se acabó. Somos chabones haciendo nuestro laburo y estamos al desnudo en el escenario”.
Aun así, Kartun se confiesa fan de Luis Alberto Spinetta, un músico al que siempre le sobraron fans decididos a la devoción casi religiosa. “Spinetta fue un artista muy especial, es un caso aparte. Yo celebro que todavía me quede una parte de su inmensa obra por escuchar”, subraya.
Entre los favoritos de Kartun también aparece una banda de corte netamente independiente: “Fun People me voló la cabeza porque yo tenía 12 años y descubrí con ellos una rebeldía que no conocía hasta entonces. Fueron los primeros que empezaron a hablar de igualdad de género y los primeros veganos en el ambiente del rock. Gracias a ellos me di cuenta que había un mundo más complejo que el que venía viendo hasta entonces. Y además, tenían unas melodías increíbles”. La otra banda importante para él fue Illya Kuryaki & The Valderramas: “El Kuelgue tiene mucho de esa estética de la deformidad que propagaron Dante y Emmanuel”, sintetiza el cantante, que opina que “en la radio, hoy circula mucha basura impulsada por las grandes discográficas”.
Dada la repercusión que fue obteniendo El Kuelgue, Kartun tuvo que dejar de lado temporalmente sus espectáculos teatrales, siempre enmarcados en el territorio de la comedia. Mantiene, sí, su espacio en la radio online Futuröck (La hora animada, de lunes a viernes de 12 a 13). “El lenguaje de la radio me encanta –admite–. Y en este caso hay un equipo atrás que piensa y arma todo para que yo pueda sentirme muy cómodo y haga personajes, notas o charlas con la gente que escucha. También elijo la música, que es algo que me gusta mucho hacer. Por otro lado, está bueno ser parte de este colectivo de gente que hace Futuröck, un proyecto de los más interesantes que hay hoy en día en Argentina, hecho por gente con la cabeza muy abierta y con data real de lo que está pasando día a día en la política, la cultura y la sociedad”.