Apenas finalizó el rodaje de Corazón de León –película que protagonizó con Guillermo Francella bajo la dirección de Marcos Carnevale y que estrenará el 15 de agosto– en tierras brasileñas, Julieta Díaz (35) descansó unos días en las playas del vecino país con su esposo, Brent Federighi (40), y regresó a Buenos Aires con las energías cargadas para iniciar los ensayos del musical Los locos Addams, una súper producción que debutará el 15 de junio y en la que estará acompañada por Gabriel Goity (Homero) y Laura Esquivel (Merlina) en los roles principales. La actriz se encuentra motivadísima por este nuevo desafío ensayando de lunes a sábados con horario de 10 a 18. “Amo mi trabajo, soy agradecida y consciente de este presente laboral que cada vez crece más –sostiene–. Me voy a dar el lujo de hacer un musical en el que fui elegida por la misma gente de Broadway”.
—¿Cómo llegaste a “Los locos Addams”?
—Estoy estudiando canto hace dos años, y si no fuera por mi profesora Katie Viqueira, no hubiera ganado la audición para el papel de Morticia. Cuando me llamaron de la productora les dije que era una estudiante de canto, que no me parecía, y me pidieron que igual diera la audición. Lo consulté con Katie, vimos las escenas y me dijo que me tenía que preparar durante un mes. En ese tiempo nos juntamos con Gerardo Gardelín (director del musical), nos dio directivas, y después vinieron los gringos, los mismos supervisores de Broadway, y filmaron la audición que se llevaron a EE.UU. Al tiempo, me llamaron y confirmaron que había quedado.
—¿Qué significa hacer de Morticia?
—Es una oportunidad única en la vida. Es tremendo lo que estoy viviendo, nunca estuve en un teatro tan grande, ni canté sobre un escenario. Es el desafío más grande que me tocó hasta ahora en mi vida profesional. Me llena de ilusión, siento que si trabajo muy duro lo puedo hacer bien. Es raro. Por momentos estoy feliz y por otro lado aterrada.
—Pasaste de una historia swinger en “Dos más dos” a una trama de amor poco convencional como en “Corazón de León” donde te enamorás de un enano. Hiciste de Eva Duarte y también vas a hacer de Morticia en teatro. Mujeres atípicas con amores atípicos. ¿Creés que sos una experta en amores no convencionales?
—(se ríe) Sí, y ojalá se me vea así. Me siento halagada, bendecida y afortunada de que se me piense para proyectos tan disímiles, era lo que soñaba cuando quería ser actriz. Estamos en un país donde se tiende a encasillar y poder hacer de todo es un golazo.
—¿Fue pensado?
—Claro. Siempre quise tener una continuidad en el cine. He dejado de hacer cosas en televisión, por ejemplo, después de Soy Gitano y Locas de amor. En Argentina nadie tiene continuidad en el cine, son pocos, Darín, y los directores se cierran con dos o tres actores o actrices como Oreiro y Bertuccelli que nadie duda que son buenísimas, pero también las eligen porque traen público.
El presupuesto de Corazón de León fue de diez millones de dólares por la técnica y efectos que debieron utilizar para convertir en enano al personaje de Francella (León Godoy). Díaz celebró trabajar con Carnevale y sostiene que encarnó a Ivana (su papel en el filme) de pensar en qué le pasa al enamorarse de una persona que mide 1,35 metros. “Aparece el conflicto de la mirada de los otros y del prejuicio interno, porque este hombre mide medio metro menos que yo. Es como el hombre perfecto, pero enano. Entonces, uno pregunta: ¿por qué no? ¿Lo hago de manera clandestina o realmente me juego por amor? Sufre ante la mirada social del otro que es tremenda, y en un momento en una discusión con Guillermo en el film dice “siempre fue este momento de mierda”, “siempre fue que mido 1.35”. Es un tema tan pelotudo y a la vez importante como ese porque socialmente es así. Somos prejuiciosos y lo digo sin demagogia”.
—¿Cómo fueron tus experiencia amorosas antes de casarte?
—Más convencionales, mis ex medían entre 1.60 y 1.80 metros, nada atípico siendo que mido 1.68. Lo más raro de mi vida es que mi marido es norteamericano. Yo conocía todo lo de su infancia: la música, series de TV, películas, comidas, pero él no. Tuve que hacerle escuchar música, le gustó León Gieco y Mercedes Sosa, pero desconocía las comidas, le mostré Esperando la carroza, entre tantas cosas.
—¿En algún momento pensás en ser madre?
—Sí, es algo que hemos conversado con mi marido. Estamos bien por ahora, me da pudor hablarlo porque son cosas personales y me considero una persona reservada. Pero es un tema presente desde que me casé y por supuesto que hay un deseo de ser madre. La verdad es que mi marido es un gran compañero, tiene mucha paciencia, se banca los horarios del cine, que por ejemplo, en Dos más dos tuve dos semanas de noche que me iba a las cinco de la tarde y volvía a las cinco de la mañana Ahora llego tipo 20 hs y me da tiempo para hacer la cena.
—¿Te das maña con el arte culinario?
—Mi marido no es tan exigente (se ríe). Me gusta lo que hago, porque soy bastante simple para comer al ser vegetariana y a él le gusta cuidarse, comer sano, y sólo come carne cuando salimos de casa. Le encanta lo que preparo, me lo festeja. Es un buen marido.
“Me irritan los chimentos”
La última vez que se vio a Julieta Díaz en la TV fue enCuando me sonreís (2011), una especie de cuenta pendiente de trabajar en Telefe siendo que estaba más vinculada a los productos de Pol-Ka. “La pasé bien aunque lo bajaron antes por el rating. Yankelevich es una persona especial. Además, fue el año en el que me casé y conocí a gente hermosa como Facundo Arana, Lali Espósito, Patricia Palmer, todo un elenco fabuloso”, recuerda la actriz nacida en Barrio Norte. Y cuenta que forjó una amistad con Arana: “Hemos ido con mi marido a comer varios asados a su casa. María (Susini, esposa de Arana) es una genia. Soy vegetariana y ella me iba a comprar comida a un local y él me hacía verduras a la parrilla. Son divinos y gran anfitriones”.
Díaz revela que rechazó volver a la pantalla chica porque quiere “estar abocada a Los locos Addams. No puedo comprometerme con nada por la exigencia física y vocal que voy a tener”. Sobre si hace zapping contesta que ve muy buena ficción: “Volvió Diego Torres y la novela de Adrián (Suar, Solamente vos) está muy buena, falta que estrene Farsantes con Julio Chávez y está por terminar Sos mi hombre. Esta Historias del corazón y la TV Pública tienen buenos proyectos. Yo los festejo”.
—¿Mirás programas de chimentos?
—No me gustan. Entiendo que los productores deben hacer plata con escándalos y la vida privada. Prefiero latas de otros años como Mi cuñado. Me irritan, ¿a quién no? La mayoría de los que se sientan ahí no son ni actores ni actrices. Es toda una parafernalia sin sentido, y a veces, no entiendo cómo la gente los mira.