ESPECTACULOS
Teatro

Reflejo de lo que nos pasa como país

Generalmente tratamos de analizar el estado de las cosas mirando el estado de nuestra actividad o trabajo, y muchos solemos coincidir, salvo muy contadas oportunidades, en que nuestra actividad, siempre que no tenga un contexto que la relacione con exportaciones en materia económica, refleja lo que nos pasa como país.

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Luchan. El vestidor (foto), Dos más dos y Perfectos desconocidos, obras que integran la cartelera porteña, que padeció una merma de público del 25% en el último año. | cedoc

Generalmente tratamos de analizar el estado de las cosas mirando el estado de nuestra actividad o trabajo, y muchos solemos coincidir, salvo muy contadas oportunidades, en que nuestra actividad, siempre que no tenga un contexto que la relacione con exportaciones en materia económica, refleja lo que nos pasa como país.

El teatro no se escapa a este enunciado.

Hace años que la calidad de las obras ha virado a un teatro basado más en el entretenimiento; esto no quiere decir que bajaron la inversión, ni la calidad de la presentación de las obras de la calle Corrientes, sí que nos encontramos con una cartelera llena de comedias, salvo contadas excepciones. Y estas comedias es lo que busca el público, al menos de acuerdo con lo que reflejan las cifras. Esto nos habla de la necesidad de evadirse, de “no pensar”, de no ser interpelados por una obra profunda o reflexiva, por poner algunos adjetivos que nos ayuden a describirlas de manera general y que históricamente han sido tan bien recibidas por nuestro público teatrero.

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Por otra parte, las cifras de ventas nos indican el estado del bolsillo de nuestros espectadores y también, cómo no, el estado de ánimo. Por supuesto que cuando las figuras se suben a los escenarios, las cifras crecen, es una ley dentro del teatro desde siempre, aunque hace algunos años surgieron ejemplos que la contradicen con éxitos sin figuras rutilantes y hace tiempo, también es verdad, que esto no vuelve a suceder.

Hoy el teatro nos muestra el fiel reflejo del país, a mi entender.

Hay una caída estrepitosa en las cifras. Si además convivimos con un Poder Ejecutivo empeñado en sostener la timba financiera con uñas y dientes entregando nuestras reservas del Banco Central que se terminan fugando por los mismos que formaron parte del blanqueo reciente, la degradación social y la pérdida de la cultura del trabajo nos dejan descolados, sin ánimo de emprender. Además sumamos las altas tasas en pesos por encima del 50%, que invitan a los empresarios a que no hagamos lo que más nos gusta y sabemos hacer, que es producir y generar empleo, y lleguemos a pensar que el dinero que cuesta una producción es más rentable dedicarlo a la timba y no tener contingencias laborales, por ejemplo; esto hace que los pronósticos contradigan la frase presidencial de “lo peor ya pasó” y podamos decir que esto recién empieza. Quizá ya es hasta tarde para entrar en la timba financiera, porque nos están diciendo que siempre que las tasas fueron tan altas hay un gran riesgo detrás. De ahí la parálisis y los problemas en la cadena de pagos que estamos sufriendo hoy, donde guardarse el dinero y no cumplir con las obligaciones empresariales está a la orden del día por muchos empresarios con pocos escrúpulos.

Mientras tanto, en cifras objetivas que no son materia de opinión, el teatro cayó en CABA en cantidad de espectadores en junio un 27% respecto de junio de 2017, ¡¡la recaudación cayó un 25%!!, con lo cual, si tomamos la inflación interanual, la caída real de la recaudación supera el 50%, y el precio promedio de las entradas solamente aumento un 3% interanual. Estas cifras hablan del mapa de hoy, pero más grave aún: sin duda hablan del futuro inmediato, de lo poco que se producirá en verano, cuando seguramente veremos a Mar del Plata otra vez con problemas de contenidos para abrir sus salas y seguramente una empobrecida  temporada que viene en CABA, ya, por suerte, sin obras ni cortes en la avenida Corrientes.

Además, fue el peor junio de al menos los últimos cinco años con 188.731 espectadores en el mes contra 258.786 de 2017, y si tomamos 2014, con el Mundial de Brasil y partidos en horarios nocturnos, a diferencia de este año donde se jugaba a las 15, junio de 2014 nos da un total de 212.792 espectadores. Las cifras hablan, no hace falta explicar demasiado.

En el interior, siempre según cifras de Aadet, la caída de espectadores de junio contra junio es de un 25% también. Es decir que no hay dos realidades, hay una sola y es muy preocupante.

Ningún país del mundo es viable con tasas de interés superiores al 50%, sin restricciones a los capitales especulativos y sin incentivar el consumo interno. Por lo tanto, lo que vemos y vivimos en el teatro y en el país es el fiel reflejo de las políticas económicas que implementó el gobierno de Mauricio Macri en estos dos años y medio.

*Presidente de Aadet, integrante del directorio del Fondo Nacional de las Artes, productor teatral.