Con 60 mil espectadores a una semana de su estreno en salas el pasado jueves, Kryptonita se ha convertido en el último éxito comercial del cine nacional. Pero en relación con otros éxitos enormes (Abzurdah y sus 700 mil espectadores, Sin hijos, Papeles en viento, Locos sueltos en el zoo, Socios por Accidente 2, La patota, Voley), la diferencia radica en que Kryptonita, dirigida por Nicanor Loreti, es una película de género. Pero no es una de superhéroes, incluso aunque sus protagonistas sean versiones carbónicas (por su potencial de diamante y de fuego) de personajes clásicos como Batman o Superman, pero criados en esquinas de Isidro Casanova. Es una película distinta, hecha a pulmón y corazón: es un triunfo para el cine de género local, que ha sabido resistir en las sombras hasta éste, su primer home run, su primer súper clásico ganado. El mismo Oyola, crucial en el ADN del film, sus ideas, sus frases y su nervio, habla sobre las diferencias que genera la propia película: “Es raro verla en diferentes salas y ya no jugando con el mimo del estreno en el Festival de Mar del Plata. Verla en diferentes salas y sentir la reacción de la gente. En el Oeste, por ejemplo, la gente ni a palos se ríe de la jerga, porque nosotros hablamos así allá. Y acá el Ráfaga te manda ‘es verdad que está medio fiambrín’ y se caga de risa la gente. Allá no. No es por criticar, es para dar cuenta de algo que se da con el film. La cercanía y la localía, por como son los personajes, se viven distinto. Eso ayuda a la película y a su riqueza”.
—¿Cómo estás viviendo el fenómeno de la película y su éxito?
—Teníamos fe en que la gente iba a acompañar, y eso es lo que más nos tranquilizó. Cuando estuvimos juntos con el director, Nicanor Loreti, el viernes, apenas después del estreno, veíamos esos números y estábamos contentos. Pero aun así no esperábamos los números que existen hoy.
—¿Qué pensás que tuvo la película que conectó tanto y tan rápido con la gente?
—En el fondo, todos siempre tuvimos alguna fantasía con el tema de lo superheroico. Después, muchos espectadores fueron buscando una parodia, y eso el boca a boca lo desactivó. No es una parodia, es otra cosa. Hay un factor suerte, seguro, pero cuando veo la película, y otra gente me lo ha dicho, se nota todo el amor que le pusieron todos. Entonces, eso también ayuda. Los dos epílogos que eligió Nicanor para la película la definen. No fue hacer algo “como las de Marvel”. Es una película sobre la familia y los amigos, y eso establece una conexión.
—¿Les da un poco de escozor el próximo estreno de “Star Wars” y cómo puede afectar a la película en la taquilla?
—Me parece que eran las reglas del juego. En eso no cortábamos ni pinchábamos nosotros, ni Nicanor Loreti ni la productora. Fue una decisión del distribuidor, y como se dieron los resultados es para celebrarlo. Hubiera sido fulero que se estrenara cerca de algún film de superhéroes, como Batman vs. Superman en marzo (que era la idea original), porque me parece que habría comparaciones que no iban a favorecer a la película. Además, la película no busca ser eso. Ya tenés ahora algunos bastante virulentos que esperaban ver una película de superhéroes purasangre y se encontraban con esto. Por ahí, en esas fechas habría sido peor. Lo que viene con Star Wars es inevitable, pero es lo que salió.