Eligió ser actor a los siete años, aunque proviene de una familia signada por la música. Decidió subir al escenario para presentar la historia real de un escritor checo asesinado por el nazismo. Es Luis Gianneo quien cuenta los por qué de hacer todos los domingos a las 19 horas en el teatro Belisario (Corrientes 1624) Julius de Rubén Pagura. El texto está basado en el libro Reportaje al pie de la horca de Julius Fucik y su puesta en escena siguió las premisas de la dirección de Pagura. Las entradas son de las más económicas de la actual temporada teatral: $700 y dos por $1000, además jubilados y estudiantes a $600.
—¿Por qué presentar esta historia real y dura del escritor Julius Fucik?
—Cuando la leí sentí que era difícil para hacerla en estos momentos, pero al mismo tiempo la vi esperanzadora. Muestra cómo en la vida se puede luchar por los ideales y por lo que se quiere. Noté ese mensaje y lo quise mostrar. Hasta ahora la devolución del público me demuestra que se siente conmovido, además descubre la historia de este escritor y crítico checoslovaco. Busqué como actor no caer en lo depresivo.
—¿Cómo llegaste a Julius de Rubén Pagura?
—Durante la cuarentana le pedí a varias autoras si me podían escribir monólogos, ellas fueron Patricia Suárez, Beatriz Pustilnik, María Rosa Pfeiffer y sumé uno mío. Así estrené Monólogos en cuarentena, con funciones vía on line y a la gorra. Tuve mucha repercusión y empecé a buscar hacer un unipersonal. Entré en la página del CELCIT y así descubrí Julius del argentino Rubén Pagura. Le escribí a Costa Rica, donde vive y le envié mis antecedentes. Me dio los derechos y me subrayó que este texto era para él como un hijo. Me pidió que me basara en su puesta en escena y me envió un video. Le anticipé que no iba a hacer una fotocopia. Me basé en su dirección del 2009, pero los personajes los hago con mi estilo. Lo empecé a ensayar el año pasado, muy lentamente.
—¿Qué técnica usas para autodirigirte en este unipersonal?
—Suelo filmarme y reviso el material. Es mucho texto y hago varios personajes, por lo cual busqué tener coherencia. Ya lo hice con otros espectáculos donde actuaba y también dirigía, como en Peceto de sindicato y Dos perdidos en una noche sucia. Busqué director, pero no se concretaba y quería hacerla. No quise esperar, ni perder el tiempo.
—Estrenaste varias obras como dramaturgo: ¿qué pasó con el autor?
—Si se conocieron Peceto de sindicato, Dos perdidos en una noche sucia y el monólogo La despedida. Tengo otros textos, pero no se concretaron los estrenos. Las obras se las pasé a varios directores y actores. Siempre se postergaron. Tengo en el cajón: Una cena saludable, No me querés, Hotel Boutique y Culpable...o inocente. No es mi fuerte la dramaturgia, me cuesta y me lleva mucho tiempo.
—¿Alguna vez te arrepentiste de ser actor?
—No, desde los siete años que decidí ser actor. Vengo de una familia de músicos. Mi padre fue el compositor Luis Gianneo, mi madre profesora de piano y mis hermanas también músicas. Fue muy difícil dedicarme al teatro, todos me presionaban para que fuera músico. Hasta que a los dieciocho años empecé a estudiar con Carlos Gandolfo.
—Actuaste en comedias y también en dramas: ¿Qué preferís?
—Me gusta transitar por estas dos aguas. En el drama trato de no caer en la tragedia, busco contar la historia. Con la comedia persigo no hacer reír, sino que por lo contrario, mostrar lo trágico de la situación para que sea la gente la que se ría del personaje. Hay que tener el ritmo para seguir a cada uno de estos proyectos.