Oscuridad. Vacío. Sanación. Dar vuelta de página. Ese es el proceso que experimentó Calu Rivero en los últimos siete años, y ella misma se encarga de remarcar las palabras con fibrón indeleble al instante de indagar en sus momentos más difíciles. Palabras que tal vez podrían acompañar a su tatuaje con la inscripción “FE” que lleva en la parte posterior del brazo derecho. Calu desciende de una camioneta en pleno Palermo, entra al bar, saluda, sonríe y dice: “¿Que cómo estoy? Estoy muy bien”.
—¿Qué te manifiesta la gente en la calle?
—Apoyo. Son palabras muy efusivas, alegres. “Gracias, Calu”. “Aguante Calu”. “Gracias a vos me di cuenta de lo que me había pasado”.
—¿Algún comentario incómodo?
—No. Nada. Ninguno.
Vida de película. Rivero –que al día de la publicación de este reportaje estará en su departamento de Manhattan– regresará a la pantalla grande con El sonido de los tulipanes, de Alberto Masliah, película de género policial que llegará a los cines el jueves 18 de abril, y en la que Calu comparte elenco con Pablo Rago, Roberto Carnaghi, Gerardo Romano y Gustavo Garzón. “Amo el cine. Me gusta el romanticismo, los tiempos, el sonido, la predisposición de meterte en ese universo”, cuenta la actriz, quien había debutado en el séptimo arte con Tesis sobre un homicidio (2013). Calu, de 32 años, confiesa que le encanta ir sola a ver películas en Nueva York: “Voy al Angelika film Center & Café cerca de casa, es hermoso, medio independiente. Me encanta apagar todo. Es como volar. Me pongo modo avión total”.
—¿Cómo ves el desafío del cine nacional en un año difícil?
—En estos momentos es donde más hay que abrazar a la cultura, a todas las personas que apuestan a hacer. Es terrible, es muy feo, es toda una presión de venta, entonces uno hace arte no para vender, sino para transformar. Y sigamos apoyando al cine nacional porque yo creo que el cine es educación, es identidad.
—¿Cómo venderías la película?
—Es un pedazo de un romanticismo argentino, con la virtud de mezclar lo político, con el periodismo, con lo artístico, y un drama generacional con oscuridad. No te da respiro con universos donde no hay héroes. Pinta muy bien a una Argentina de 2001 con personajes grises. Es una peli interesante para que vean los jóvenes.
Times up nacional. “Hoy, 9 de abril, te digo que ya no cuesta entender el ‘no es no’. Se plantó una bandera muy clara con un mensaje muy claro, sobre todo con una actitud muy clara, que nos despertamos, ya no queremos callar más, queremos luchar por nuestros derechos y por sobre todas las cosas nuestra integridad en todos los ámbitos que tengan que ver con lo cotidiano. Imaginate cuánto tardó en concebirse el patriarcado que va a llevar mucho tiempo deconstruirlo. Hay que darle tiempo”, afirma Calu.
—¿En qué estado está la causa con Juan Darthés?
—Está en el mismo tema, la misma situación, el juicio está iniciado por daños y perjuicios que me inició él. No cambió nada de nada. Entiendo que es un tema público, pero como yo ya di vuelta la página, ya escribí trescientas páginas en un libro que no tiene que ver solo con eso, eso son solo dos páginas, pero me vacié para justamente transformarme y yo siento que hoy estoy viviendo otras páginas. Siento que volver a hablar de eso es como seguir anclada en algo que no es mi intención. De hecho, les pedí a mis abogados, también para poder despegarme de todo, que no quería leer más nada, ni ver más nada. Simplemente cuando algo cambie en el juicio, me informen, así que todavía sigo esperando.
Yo soy Calu. Calu Rivero escribió su autobiografía editada por Planeta que presentará el 3 de mayo en la Feria del Libro. “Habla de dónde vengo, con muchas fotos, van a encontrar momentos hermosos, mis elecciones, mis valores, mis oscuridades, inseguridades, la que me hizo ser quien soy”. Uno de los capítulos más tristes lo escribió en Los Angeles. “Lo leo y digo: “Wow, qué mal estaba”. Y yo sentí que escapándome se podía resolver algo cuando pasó todo este tema de Dulce amor, y que después vino una burla. Todo lo que sucedió. Estamos hablando de 2012/2013, que Ni una Menos no había empezado. Entonces, obviamente, estaba instalada la burla, el no creerle a la mujer y el “quiere fama”. Y todo eso, cuando uno está afectada por el dolor, duele el triple. Me sentí ultrajada, como que no había qué ponerme para sentirme protegida”.
Amores míos. Calu Rivero afirma que está enamorada de Joaquín (Vitola, cantante de Indios). Y reconoce que cuando siente mariposas en la panza canta muchísimo dentro del auto. Sube el volumen y programa un set list con Tu amor de Charly García, El fuego y el combustible de Jorge Drexler y Ya lo sé de Indios. Un amor que la encontró de casualidad cuando acompañó a su hermana Marou a un recital de Indios. Jura que nunca imaginó encontrar a su compañero esa noche. “Honestamente, estoy rebien, recontenta. Tiene que ver con un todo, de estar bien conmigo misma y eso ya atrae a personas correctas a tu vida, y a proyectos, y a gente que tiene una energía muy hermosa, y Joaquín también, nos conocimos de pura casualidad, fue totalmente que cayó… No me lo esperé para nada”.
—Saliste con Aíto de la Rúa, el Chino Darín, Polito Pieres. ¿Le das espacio al amor en el libro?
—Hablo de mis amores, no los nombro, pero tengo mi reflexión sobre el amor, y de hecho ese capítulo se llama “Cuando estoy enamorada canto”. Puse bastantes cartas de mis ex en el libro pero no pongo de quiénes son. En cada viaje o mudanza, siempre vienen conmigo esas cartas de amor, me gusta, me parece muy romántico, algo que no quiero que se pierda, que es eso de la letra, el tiempo que invirtió en escribirlo, me encanta.
El rating de ‘Campanas’
A mediados de mayo llegará el final de Campanas en la noche, la tira de Telefe que marcó el regreso de Calu Rivero a una ficción tras su salida de Dulce amor. “Yo no creo que no haya cumplido con las expectativas, depende cómo se lo mire, y honestamente el rating no es mi interés, mi interés es muy claro: que el mensaje llegue, de por qué hice esta novela y es a través del personaje de Luciana. En Telefe están contentos. Y yo estoy feliz, y sobre todo porque yo no veo la televisión, creo que hoy se le habla a una gente mucho más joven, y esa gente joven elige verlo en streaming o en internet”.
—¿No tenés televisor en tu casa?
—No, no tengo. A mí me hablan por las redes, me escriben un montón de Campanas, y entonces claramente lo ven.
En Nueva York volverá a tomar clases de actuación con su coaching y empezará a hacer castings. “Quiero seguir creciendo y tengo que estar allá –subraya-. Tomo la decisión de estar más en Nueva York este año y volveré en junio. Hay una película que también voy a hacer.
—¿Con quién?
—Se llama El azote del diablo, de Pablo Sack. Es un drama. Serán tres semanas de rodaje. Tengo mucha energía puesta en la película que estamos escribiendo con mi madre, que finalmente empezaremos a hacer la preproducción para después rodarla a fin del año que viene.
