El cuidado de tu visión debe ser una prioridad

Si hay un sentido que todos valoramos y queremos conservar sano es el de la vista. Por esa razón, las doctoras Karina y Vanesa Villalba nos cuentan cuales son los problemas de visión que pueden ocurrir a lo largo de la vida y la importancia de la prevención y la detección temprana de las enfermedades visuales para no sufrir daños irreversibles.

“En la niñez el sistema visual se modifica por crecimiento y maduración durante los primeros años de vida. Cualquier obstáculo que impida la formación de imágenes nítidas durante el período crítico de maduración traerá como resultado alteraciones en la visión en el niño”.

En estos tiempos modernos surgieron nuevos problemas como es el exceso de uso de celulares y tabletas electrónicas que han incrementado la incidencia de miopía ya que el uso de estos dispositivos impide o dificulta el estímulo de la visión lejana.

“La hipermetropía, miopía, astigmatismo, caída del párpado, estrabismo, tumores, catarata congénita, glaucoma congénito, son enfermedades que si no son detectadas a tiempo pueden llevar a la  pérdida de la visión en el niño en forma permanente”, aseguran las oftalmólogas.

Los niños en la actualidad están más tiempo con sus pantallas interactivas que realizando juegos al aire libre por eso Villalba recomienda. “Lo aconsejable es que desde el nacimiento a los dos años de edad, los mas pequeños no usen dispositivos electrónicos y a medida que vayan creciendo no abusen de su uso”.

Según La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el 80% de los casos, la pérdida visual puede ser evitable o tratable. La realización de un examen oftalmológico al nacimiento, a los 6 meses, al año, a los tres años y luego en cada año escolar es fundamental para diagnosticar alguna patología que perturbe el desarrollo normal de la visión.

“En la edad adulta por medio del examen visual, podemos no sólo determinar si padecemos algún defecto refractivo (miopía, astigmatismo, hipermetropía, y también presbicia) sino observar  algunas enfermedades que pueden afectar la visión como la hipertensión arterial, diabetes, enfermedades infecciosas e inmunológicas, y otras de origen ocular: catarata, glaucoma y degeneración macular”, afirman.

Algunas preguntas que nos debemos hacer para saber si nuestro hijo ve bien son las siguientes: ¿Le molesta la luz? ¿Tiene desviado un ojo? ¿Guiña un ojo? ¿Se acerca demasiado a los objetos? ¿Se saltea palabras cuando lee? ¿Tiene un reflejo blanco en el ojo? ¿Se distrae en el colegio? ¿Siente dolor de cabeza?

Por último, recomiendan que las personas adultas chequeen su vista seguido. “Entre los veinte y los cuarenta años, debemos revisar nuestra visión por lo menos una vez al año, excepto que la presencia de algún problema visual aconseje acortar ese plazo. A partir de los cuarenta, la visita al oftalmólogo debe ser más frecuente, pues a partir de esta edad se dan los principales problemas visuales”.

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