Desde la toma del poder de Afganistán por parte de los talibanes, la situación de las mujeres quedó en el centro de la escena. Estos ejercen una fuerte opresión sobre ellas con prohibiciones para trabajar y circular libremente.
Al respecto, la exjueza y activista afgana, Najla Ayoubi, advirtió que una mujer fue "incendiada por cocinar mal” por los insurgentes.
La denuncia realizada al medio Sky News por esta abogada, que actualmente vive en Estados Unidos después de “huir por mi vida” de los talibanes, subraya la preocupación que vienen manifestando diferentes personalidades y organismos de todo el mundo sobre los derechos de las mujeres en ese país.
Ayoubi dijo que una mujer fue "incendiada porque fue acusada de cocinar mal para los combatientes talibanes" en el norte Afganistán. Esto se da en un contexto donde las ellas están siendo torturadas y asesinadas, dijo y completo que ha estado hablando con mujeres de ese país que le han dado ejemplos de "mal comportamiento y violencia” contra sus personas.
La también directora de operaciones de la organización Every Woman Treaty denunció que "hay tantas mujeres jóvenes en las últimas semanas que fueron enviadas a países vecinos en ataúdes para ser utilizadas como esclavas sexuales". Por otro lado, están obligando a las familias a casar a sus hijas pequeñas con combatientes.
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También manifestó que esto se da incluso después de que el grupo islamista de línea dura les aseguró que respetarán sus derechos y les permitirán trabajar y recibir una educación de acuerdo con el Islam. Al respecto, el 17 de agosto, las mujeres afganas fueron las primeras en manifestar su resistencia al control de los talibanes, a quienes le hicieron saber que no iban a permitirles que las borraran de la sociedad.
Desde su llegara a Kabul tras la retirada de las tropas estadounidenses, los extremistas prometieron en repetidas ocasiones un gobierno diferente al brutal régimen impuesto en la década de 1990, en el que las mujeres quedaron confinadas en sus hogares, la mayoría de las actividades de entretenimiento se prohibieron, al tiempo que se practicaron castigos como lapidaciones y ejecuciones públicas.
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Los talibanes además se comprometieron a respetar los avances logrados en los derechos de la mujer, pero solo de acuerdo con su estricta interpretación de la ley islámica. Algunas mujeres en la ciudad, impulsadas por el miedo, volvieron a usar burka, que cubre todo el cuerpo y el rostro, con una rejilla de tela a nivel de los ojos, el cual ya es común en el sur que se caracteriza por ser profundamente conservador.
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Otras denuncias
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados recibió, a principio de esta semana, informes de abusos a los derechos humanos contra mujeres en todo Afganistán, con casos que muestran que en algunas áreas no se permite que las mujeres vayan a trabajar.
Hace dos días, el 20 de agosto, dos presentadoras de Radio Televisión Afganistán (RTA) fueron intimidadas y prohibidas de cumplir con sus funciones por el nuevo director de RTA con el respaldo de los talibanes, indicó el medio Sputnik News.
Entre los gobiernos preocupados por la situación de las mujeres afganas están el de Argentina, las naciones integrantes de la Unión Europea y otros 19 países, quienes firmaron (18 de agosto) una declaración conjunta donde manifiestan estar “profundamente preocupados” por la situación de las mujeres y niñas en Afganistán, a partir de la toma del poder de los talibanes.
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