Dos argentinos célebres le transmitieron en las últimas horas su apoyo a Lula, detenido en la cárcel de Curitiba, donde purga una pena de 12 años y un mes por corrupción pasiva y lavado de dinero. El Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, visitó el jueves al ex presidente de Brasil y el papa Francisco envió un mensaje, a través del ex ministro brasileño Celso Amorim.
“Hoy por fin pude ver al presidente Lula. Lo he encontrado bien físicamente, con mucha fuerza, pensando en el país, en el pueblo de Brasil y en la América Latina”, dijo Pérez Esquivel a la prensa apenas salió de la cárcel. “Una de sus grandes preocupaciones es que se reconozca su inocencia, que él no cometió ningún delito. Que lo que le ocurre es una acción política que involucra a los grandes medios de comunicación como O Globo, que miente permanentemente”, aseveró el fundador de la ONG Servicio Paz y Justicia (Serpaj).
Pérez Esquivel llegó el lunes a Brasil para mostrar su apoyo al líder del Partido de los Trabajadores (PT). En abril las autoridades le habían denegado un permiso para visitar al ex jefe de Estado en prisión. "Reclamamos la libertad de Lula, es un preso político y toda esta movida que han hecho el gobierno y los jueces es para sacarlo del escenario político”, dijo el referente de derechos humanos.
El argentino también se refirió a la postulación de Lula al Premio Nobel de la Paz. “Es el único presidente que sacó de la extrema pobreza a más de 36 millones de brasileños y brasileñas, eso debe ser reconocido como construir la paz. Hoy la campaña tiene cerca de trescientas mil firmas, y se han sumado referentes internacionales como Noam Chomsky y Rigoberta Menchú Tum, así que en los próximos meses voy a hacer la presentación oficial en el Comité Nobel de Noruega”.
Mensaje. El ex ministro de Defensa Amorim también participó de la reunión con Lula. Una vez fuera de la cárcel, el dirigente brasileño mostró a los medios de comunicación un libro con un mensaje manuscrito que el Papa envió a Lula. “A Luiz Inácio Lula da Silva, con mi bendición y pidiéndole que rece por mí. Francisco”, rezaba el texto, escrito en la primera página del libro A verdade vencerá. El pueblo sabe por qué me condenan.
“Lo que más hablamos con el presidente Lula fueron todos los esfuerzos que hicimos en América Latina para construir la Unasur y la Celac, que están siendo destruidas por acción de varios países. Lula estaba indignado por la sumisión brasileña a los Estados Unidos, ilustrada por la visita del vicepresidente, Mike Pence, y ahora la del secretario de Defensa, James Mattis, que vinieron a darnos órdenes de con quién nos tenemos que relacionar y con quién no”, aseveró Amorim.
Pérez Esquivel comparó la situación de Lula con la de otros líderes de la región. “No es solo un problema de Brasil, es un problema latinoamericano. Están judicializando a todos los gobiernos progresistas”, declaró el Nobel argentino, que denunció un golpe de Estado en Brasil, “con la complicidad de jueces y legisladores que se venden por treinta monedas”.n